Mientras que unos de los hermanos volvía del futuro encontrándose que estaba con su amigo en una bicicleta el mayor de ello caminaba hacía sus clases extras.
Pov Masaru.
- Aaah...no tengo ganas de ir...con lo bien que estaría en mi casa jugando a videojuegos...- me lamento pero el tono de mi llamada de mí teléfono me sacó de mis pensamientos.
- Diga - dije cortante sin haber visto quién era, una pésima manía.
- ¿Masaru?- preguntó una voz varonil al otro lado haciendo qué tuviera mariposas en mí estómago.
- Mikey-kun - dije en un suspiro.
- Ven a...- me dió la dirección.
- Am...pero yo tengo...- intenté decirle qué tenía clases extras pero él me cortó la llamada antes.
Suspiré y me puse en camino.
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Llegué y me encontré con Mikey-kun sentado en el centro encima de unos tablones, a su derecha de pie estaba Draken-kun y luego a su izquierda habían dos chicos qué me miraban de manera intimidante.
- ¡Yo, Masacchi!- gritó alegre el rubio cuando me vio.
- Hola Mikey-kun, Draken-kun y...- miré a los otros dos chicos qué no me quitaban la mirada haciéndome temblar.
- ¡Oe idiotas, le estáis intimidando! - le gritó enfado Draken-kun.
- Mi pregunta es...¿Qué hace aquí un jodido omega? - preguntó el de cicatriz en su labio.
- Pachin más respeto a MI omega - dijo de manera calmada Mikey pero sus feromónas destonaban lo enfadado qué estaba. Mí corazón dió un vuelco a escuchar llamarme su omega.
- Yo...lo siento Mikey...- dijo arrepentido el que se nombraba Pachin.
- Ahora Masacchi ven, ponte detrás mía y así estarás protegido - dijo con una gran sonrisa.
Caminé lentamente hasta detrás del rubio, el de la trenza no me quitaba la mirada de encima haciéndome poner nervioso.
" No te tropieces, no te tropieces" pensaba todo el camino hasta ya pararme detrás del rubio.
- Ten - me extendió un caramelo Draken-kun - esto calmará tus nervios - habló con una dulce sonrisa.
- Gracias...- dije tímido abriendo el caramelo para luego metermelo en la boca saboreando su dulce sabor a fresa.
- ¡Oe Kencchin yo también! - dijo de manera infantil el rubio.
- No quedan, era el último - desvío la mirada.
- Moh...- infló sus mejillas.
Todo pasó demasiado rápido, Takemichi entró gritando algo de parar una pelea pero sus ojos se abrieron de sobre manera al verme.
