{Parte narrada por el padre Simon}
El control se deriva de la posesión, el poseer es un punto importante entre el amor y la pertenencia, un hombre sueña con poseer y controlar, uno como yo espera más bien que las personas pidan ser poseídas y controladas.
Un puro en mi mano derecha y un vaso de ron en la otra, mientras hojeaba los papeles de Harry que debía entregar para completar su solicitud de traslado, ese chico por supuesto no estaba enterado que había iniciado los trámites, nunca ha aceptado mi idea de ir a roma, yo me iría con él y podríamos entrar en el mayor de los honores de los clérigos, que es pertenecer al santo vaticano, había sacrificio y había soledad, pero él no estaría solo, me tendría a mí y solo a mí por el resto de sus días, y yo del mismo modo a él.
Desde que lo acogí bajo mi manto, él había puesto su devoción completa en mí y yo entregado mi alma por él, su lealtad y sus preciosos ojos verdes habían mirado solo en mi dirección durante estos dos años, ahora estaba por descubrir que había algo más que la obediencia ciega y yo no podía permitir eso, no podía perderle, no podía.
Me levanté de mi sillón de cuero y caminé hasta el mueble de madera que servía como librero, en él un cofre rojo pequeño el cual abrí con la diminuta llave que llevaba colgada a mi cuello.
Saqué la fotografía y la puse contra mi pecho—te extraño tanto...—suspiré.
Cerré los ojos y sentí que unas cuantas gotas salían de mis parpados, guardé la fotografía y cerré el cofre, pensar en él últimamente me pasaba mucho y no podía dejar que la locura llegara a dominar mi mente, yo no sería dominado.
Me senté de nuevo y los recuerdos atacaron mi cabeza como una flecha, comenzó a doler, mi sien punzaba, apoyé la cabeza en mis dos manos cerrando los ojos fuertemente intentando soportar la ola de dolor, mis dientes apretados y las arrugas en mis ojos, el sudor empezó a llegar.
No soportaría mas, no se iba a apoderar de mi mente, él ya no estaba, no estaba...se fue.
Se fue y me dejó aquí.
Un grito estridente salió de lo más profundo de mi garganta, me levanté de un golpe y busqué con manos rápidas y torpes en el cajón de mi escritorio, no solía usarlas mucho pero no quería que él regresara a mis recuerdos, tomé el frasco de pastillas y puse 3 en mi boca, las tragué sin más.
Debía calmar mi respiración y en definitiva necesitaba otro trago, y terminar el papeleo de Harry.
[...]
{Narrador homónimo}
Louis tenía más o menos media hora de haber comenzado a limpiar la habitación de nuevo, era domingo así que estaba usando su sotana negra con las mangas dobladas para no ensuciarla, también se había quitado los zapatos y ahora mismo estaba usando un plumero para sacudir el mueble enorme que parecía un librero sin usarse, estaba al fondo de la sala pegado a la ventada de la derecha, desde luego no usaría el cubo para alcanzar los estantes más altos esta vez.
Comenzaba a creer que Harry no aparecería, esta vez él esperaba que si porque su naturaleza chismosa de verdad quería hacerle algunas preguntas, él esperaba que el chico al menos lo mirara a los ojos esta vez.
Cerca de diez minutos más pasaron cuando la puerta sonó, Louis fue a abrir aun con unas pocas manchas de tierra en la cara.
—Hola—dijo simplemente cuando Harry entró.
El chico de rizos no le respondió, solo hizo un asentimiento con su cabeza y paso por un lado de él.
—uhm...de acuerdo—dijo Louis por lo bajo, tenía que pensar en cómo iniciar una conversación con el chico.
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La Sinfonía de lo Divino; Larry Stylinson
FanfictionAu, de internado católico donde Louis es obligado a entregar su vida a la religión y Harry es el protegido del padre superior. "nunca hubo dos almas más destinadas a encontrarse" Advertencia: -se tocan temas religiosos, en ningún momento es para ofe...