🍒Capítulo 42

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╭─────╯•╰─────╮NARRA SEBASTIÁN╰─────╮•╭─────╯

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NARRA SEBASTIÁN
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—¡Emma!

Le arrebato el celular de las manos lo más rápido que puedo ¿En qué momento empezó a desconfiar de mí para revisar mi celular? Veo la pantalla y la conversación con Anna es lo que estaba viendo ¡Mierda!

Se queda mirando sus manos sin hablar por un par de segundos, luego me mira con tanta furia que no sé ni dónde meterme. Mal momento para estar de toalla solamente.

—Tú... —me clava su dedo índice en el pecho y se para frente a mí.

—Emma no es lo que parece —intento ganar tiempo pero ninguna excusa coherente se me ocurre.

Mi mente está nublada, tengo miedo, no quiero que esto termine, todo lo que hice fue por un nosotros... un nosotros que nos merecemos después de tanto tiempo.

—¡Era mentira ese beso! ¿Ustedes lo planearon? —me mira pero no respondo, solo bajo la cabeza en señal de rendición— Me hiciste creer que estaba correcto bloquearlo, que no debería ni siquiera hablar con él, que no se lo merecía ¡Cuando tú mismo sabías que ellos no se habían besado de verdad! ¡Me usaste!

—No te usé, solo quería que estuviéramos juntos y Anna me ayudó a engañarte...

—¡Ja! Ni te atrevas a hablarme nunca más en tu miserable vida —lágrimas comienzan a caer de sus suaves mejillas, intento sacarlas pero me empuja— ¡Me hiciste vivir en una mentira por tres meses, lamentándome el tiempo perdido con él, sintiendo que me ponía el cuerno mientras decía amarme; y que la persona que más quise en mi vida me hubiera engañado tan rápido como pudiera!

—Solo quería que estemos juntos, y poder protegerte —mi voz se quiebra. No quiero que esto se termine, podríamos haber estado felices si no lo hubiera descubierto.

—¡No quiero que me protejas! No necesito que lo hagas, solo quiero que te alejes de mí para siempre. Todo esto fue una mentira, una vil manipulación para conseguir estar conmigo y besarme —me grita y la verdad es que me intimida, me odia, eso lo veo en su rostro.

—Pero te amo, Emma —digo en un susurro.

La amo, perdidamente, todo esto fue por ella, por nosotros, para ser felices de una vez por todas.

—¿Cómo puedes hacerle tanto daño a alguien que dices amar? Si me amaras, dejarías que fuera feliz con quien amo.

—Tienes razón, soy egoísta.

—¡Eso no me sirve de nada! —reflexiona unos momentos antes de volver a hablar— Mis padres me privaron de mi felicidad, me obligaron a estar contigo y fui lo suficientemente débil para no luchar contra ellos y aceptar mi cruel destino ¡Ya no más! Esto acaba hoy.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora