🌤️🌦️Trueno de tormenta (JMxJK) 🌧️🌪️

Capitulo 37

Pov Jimin

No quería moverme de la cama, mi cuerpo se sentía en extremo pesado y por otra parte mi estado anímico empeoraba con el pasar de las horas. Siendo mi madre la que más se veía preocupada por mi estado al ya haber transcurrido 4 días desde la última vez que vi a ese pelinegro, con sus tiernos ojos viéndome con desprecio y profundo odio.

Un odio que jamás creí recibir de su parte.

Porque claro, es normal el recibir odio de cualquiera dentro de la manada, pero el hecho de que aquel ser del cual estas loco y profundamente enamorado, hace que el sentimiento crezca exponencialmente dentro de tu pecho. Sin contar que tu mejor amigo te evita tal como si tuvieses rabia.

El único que parecía compadecerse de mi inepta existencia era ese pelinegro tan molesto durante nuestra niñez, pero que ahora permanecía pendiente de mi, ofreciendo un hombro para llorar. Lo cual agradecía en extremo, pero no significaba que mi lobo por dentro se dejará de esconder en lo más profundo de mi ser y se negara a salir mientras lloraba por la ausencia de aquel omega con almizcle de jazmines y fresas que tanto añoraba volver a oler.

—Ey Jimin, cuanto a pasado desde que no nos vemos.

—Ya basta, acabas de verme hace dos horas. Y si tratas de animarme, dudo que eso sea de utilidad.

Mi falta de ánimo, podía hasta notarse con solo oírme hablar.

—Vamos Jimin, te dije que este tendría que ser el plan B.

—Tu no lo comprendes, no sabes como fue ver todo su odio hacia mi en una mirada.—Tan solo recordarlo me provocaba un dolor intenso en pecho, justo en el corazón —Si permanecía más tiempo a su lado era seguro que saltará justo a mi cuello y me arrancaría la cabeza después de dejarme sangrar hasta la inconsciencia.

—Wow, eso sí que sería extremo.

—Pues así de odio me tiene, Hoseok.

—Solo debes darle tiempo, seguro cuando su amigo despierte, se le habrá pasado y seguirán tan acaramelados como siempre.

Y ahí el otro detalle. También habían sido 4 días desde que encontramos a ese chico pálido a mitad del bosque inconsciente. Sabiendo que el pelinegro iba a verlo todos los días a la casa del curandero, obvio por obra del alfa junto a mi, él cual actuaba más como mejor amigo que el verdadero. Aunque claro, después de esto, podría considerar mi mejor amigo a Hoseok.

—En ese caso, seguiré agonizando en mi desgracia hasta que un día ya no despierte y pueda librarme de esta asquerosa vida...

—Basta. Puedo escucharte quejarte todo el tiempo de que Jungkook te odia, que no quiere verte nunca más y toda la sarta de tonterías que se te pasan por la cabeza. Pero no pienso permitir que te sumerjas en una depresión profunda en la cual no salgas más de este lugar.

—Pero...

—Nada de peros. Viendo la situación y que estas cuatro paredes te están comiendo esa cabeza hueca que tienes —por mi parte exclame un ofendido 'Oye', el cual fue olímpicamente ignorado por mi primo—. Vamos a dar un paseo. Así que tienes 10 minutos para mover tu trasero de esa cama, abrigarte y acompañarme con el resto de los alfas para una reunión que tendremos en unas horas.

—Pero yo no quiero salir.

—Dije nada de peros, y no te estoy preguntando si quieres salir o no. Además, si no lo haces por tu cuenta, tengo el respaldo de la tía Park para sacarte arrastrando de casa de ser necesario.

Y dada esa amenaza, no tuve más remedio que hacer lo ordenado por el estúpido pelinegro de mi primo, el cual comenzaba a cuestionar si podría ser realmente mi nuevo mejor amigo.

❄

Pov Jungkook

Cuatro amaneceres insoportables habían transcurrido. No sabía que me atormentaba aun más durante las noches: la preocupación de mi hyung, el cual seguía sin dar alguna señal de despertar; aunque claro había mejorado en cuanto a su estado anímico, pero no podía decir lo mismo de mí. Desde ese día había disminuido mi apetito considerablemente.

Taehyung se esforzaba por mantenerme lo mejor posible, desde obligarme a ingerir alimentos aunque me empeñara en rechazarlo, argumentando que debía comer cuando menos la mitad de los platos que se servían durante las comidas, hasta obligarme a asearme diario. Todo esto sin considerar su ausencia. E inclusive comenzaba a pensar que era más la falta de su presencia en los últimos días, porque seria mentir el decir que no me hacia falta.

—Kookie, recuerda que debes comer aunque sea la mitad de la comida—el castaño decía a la vez que me recriminaba con la mirada y acercaba los cubiertos a mi boca, alimentándome como un bebé. Lo cual era en definitiva, vergonzoso.

—Tae, no soy un bebé. Puedo alimentarme por mi cuenta.

—Si fuese el caso, no te estaría obligando a probar bocado los últimos días.

Nuestras miradas permanecieron en una batalla durante un largo tiempo, desafiandonos al siguiente movimiento; que de ser necesario, ninguno se quedaría de brazos cruzados.

—Bien, si esto es lo que quieres perfecto.—Terminó soltando el castaño, lo cual me lleno de orgullo, porque para que mentir, soy competitivo y odio perder.—Pero si piensas que voy a quedarme viendo como te destruyes por tu cuenta, estas equivocado.

Y esa satisfacción se esfumó más rápido de como había aparecido.

—¿Q-qué quieres decir con eso?—este no respondía, solo tomaba en manos la vajilla junto con los cubiertos, dispuesto a marcharse.

—Jungkook—demonios, esto si que va enserio. Solo me llama así cuando está en verdad molesto conmigo —. He pasado estos días pendiente de que no te mueras de inanición, pero no puedo forzarte todo el tiempo a mantenerte vivo. Crees que no me doy cuenta, pero no eres la primer persona con la que trato de impedir que se mate dejando de comer y sumergirse en su propio dolor.

Su mirada al decir esas palabras me estaban demostrando cuanto dolor sentía de solo recordarlo.

—Sin embargo, también comprendo que no puedo obligarte todo el tiempo. Así que, a partir de ahora pienso respetar tus decisiones...

—Tae, sabes que no lo hacía para lastimarte, yo...

—Lo sé, más aún eso no evita que así me sienta. Así que iré a donde mi mejor amigo, para asegurarme que Hoseok está haciendo lo que le pedí antes de venir a preocuparme por ti.

Y sin más salió de la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas, dejándome con una sensación aún peor en el pecho.