💮EPÍLOGO💮

548 73 50
                                    

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y un año pasó tan rápido como si hubiera sido solo en un abrir y cerrar de ojos, pero el dolor, ese mismo se instaló de forma permanente en los corazones de la familia de Robbie, aunque comprendían por completo que su tiempo había llegado, y especialmente Alex había estado intentando prepararse desde siempre para ese momento, pero cuando había llegado, simplemente había sido inesperado y sobre todo muy doloroso y repentino que ni siquiera había podido asimilarlo sin sentirse completamente molesta con el destino y el ser supremo que estuviera detrás de la partida de su hijo justo cuando parecía que todo iba marchando a la perfección.

Habían sido tiempos difíciles para la familia Vause Chapman, especialmente para Alex, pero tal y como Robbie lo había previsto, ella se encontraba en las mejores manos, y la rubia estuvo a su lado encargándose de que comiera a sus horas, que durmiera y sobre todo, que no se sintiera sola y encontrara la forma de recobrarse de los pedazos en los que había quedado luego de que su hijo había fallecido.
Y nunca fue una carga para Piper, quien a pesar de sentir también un inmenso dolor por la ausencia de Robbie, no dejó de luchar para mantener a su familia de pie y sobreviviendo a la partida y el vacío tan grande que él, su hijo mayor había dejado.
Siempre estuvo pendiente de Ryley, de llevarla a la escuela en cuanto pudo ser capaz de ir y le explicó exactamente lo que su hermano pensaba de la muerte para que ella estuviera más tranquila y comprendiera que él se encontraba en paz y mucho mejor de lo que jamás había estado aunque no pudieran verlo más.

Alex dejó de bailar meses después de que todo había sucedido, y claro que le dieron su espacio para que se recobrara, pero luego Piper no dejó de insistirle en que necesitaba dejar salir sus emociones de la forma en que más lo disfrutaba, pues sabía que desde siempre la danza era la válvula de escape que la pelinegra solía usar y disfrutar más, lo único que le servía para tranquilizar su mente en los momentos en que la tormenta parecía alcanzarla sin dejarla ver más allá del dolor y la preocupación.
Así que a penas consiguió levantarse de la cama y cocinar algo ella sola, Alex entendió que el distraerse la haría sentir mejor, tal y como Piper le había estado insistiendo, y que aunque no pudiera superar del todo el sufrimiento, porque ese dolor iba a estar pegado a ella como un chicle en el zapato todo el tiempo sin importar cuánto intentara despegarlo de ahí.

Y la mañana en que precisamente se cumplió un año de la partida de Robbie, Piper se estiró en la cama y se giró para envolver a su esposa lo más cerca que le fue posible, pero a penas abrazó su frío cuerpo, se dio cuenta de lo deshecha que estaba, tal y como ya se había esperado que sucediera, y aunque lo había previsto no podía evitar sentirse como si no pudiera hacer nada para ayudarla.
Aún así le besó la mejilla y sintió el sabor salado de las lágrimas que cubrían el hermoso rostro de su mujer que ni siquiera había sido capaz de levantarse como todas las mañanas, a preparar el desayuno para ella y Ryley, pero Piper lo comprendió por completo.

— Sé que jamás voy a sentirme exactamente igual como tú te sientes, pero estoy aquí contigo y también lo extraño cada día. — le dijo la rubia casi en un susurro intentando contener el llanto.

— ¿Por qué tuvo que irse tan pronto, Pipes? ¿Por qué no pudo quedarse unos años más con nosotras? — sollozó.

— No lo sé, pero sabes que él se fue tranquilo... — Piper pasó saliva con los labios temblando y las lágrimas comenzando a salir por sus ojos azules — Siempre nos dijo que estaba con esa inmensa sensación de calma al verte feliz conmigo... Sabes que todo lo que él anhelaba era que fueras feliz, porque eso lo hacía feliz también a él.

— Pero yo no estaba lista... No debía... Él solo... — otra vez rompió en llanto sin poder terminar su frase.

— Lo sé, mi amor... — Piper la apretó con un poco más de fuerza a su cuerpo — Sé que no debía irse, no queríamos que fuera así, pero quizás él se sentía preparado para descansar al fin después de tantas batallas aquí en la tierra. Podemos estar seguras de que donde sea que él esté siempre nos va a acompañar porque su recuerdo es sagrado para nosotras y también puedes estar segura de que él está bien y en paz... Así que aunque nos duela su ausencia, una parte de él siempre va a acompañarnos en nuestros corazones.

MORE BEAUTIFUL FOR HAVING BEEN BROKENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora