|36

99 16 0
                                    

Innocent II

Jimin Pov

Lo primero que hago al abrir los ojos es soltar un gemido de dolor, un agudo y filosos ardor por toda mi cadera y trasero me azota violentamente. Siento como si un camión me hubiese pasado encima, todo mi cuerpo está entumecido y cuando trato de moverlo duele terriblemente. Es como si hubiese hecho el ejercicio de mi vida.

Me levanto de la cama y abro mis ojos de par en par al encontrarme desnudo. Rápidamente tomo lo que llevaba ayer y me lo pongo con las manos temblorosas antes de salir. No sé si es cosa de la vida o si está planeado, pero Yoongi sale de otro cuarto en ese mismo instante con cara de pocos amigos.

— Buenos días. — Saludo tratando de mostrarme despreocupado. Pero Yoongi solo pasa junto a mí y comienza a bajar las escaleras sin siquiera voltear a verme o dirigirme la palabra. Lo sigo con la mirada y frunzo el ceño molesto antes de seguirlo escaleras abajo en silencio. Ambos nos dirigimos a la cocina que huele bastante bien. Al entrar observo la mesa puesta y un plato lleno de panqueques.

Observo a Yoongi de reojo pero él no contesta nada, se va a sentar en silencio y yo me voy a sentar frente a él sin decir nada. Escuchamos unos pasos y la señora Min sale de la alacena, nos observa en silencio unos segundos antes de sonreír suavemente y acercarse.

— Buenos días. — Saluda con un tono extraño en su voz. — ¿Cómo durmieron?

Yoongi levanta la vista hacia mí mientras comienza a servirse. Desvía la mirada después.

— Oh... y— yo dormí bien. — Sonreí un poco. — Me dio un poco de frío en la madrugada pero estuvo bien.

— ¿Tuviste frío o... tuvieron frío? — La señora Min se sienta en la cabecilla de la mesa con una expresión algo molesta en su rostro. — Porque supongo durmieron juntos, ¿no es así?

Trago duro y me siento palidecer. Oh mierda... lo sabe, lo sabe. Volteo a ver a Yoongi suplicando que me ayude pero él está muy tranquilo poniéndole miel a sus panqueques.

— Yoongi. — Llama la señora Min.

— ¡Mierda, sí! — Yoongi voltea a verla muy cabreado. — ¡Dormimos juntos! ¿Y qué?

Tierra hazme un puto favor y trágame en este instante.

La señora Min parpadea entre sorprendida y perturbada, no creo que se esperara esa respuesta. Me observa a mí pero yo solamente bajo la mirada sintiéndome completamente avergonzado mientras me sirvo el chocolate con manos temblorosas.

— Bien. — La señora Min suspira y aprieta sus labios. — Me abstendré a hacer comentarios al respecto... pero cuando Jimin se vaya tú y yo vamos a hablar. — Observa a Yoongi. — ¿Me entiendes?

— ¿Conversaremos acerca de por qué me follé a Park Jimin durísimo en la noche? Claro. — Yoongi sonríe y yo inmediatamente me atraganto con el panqueque. — Fue excelente si eso necesitas saber.

Comienzo a toser sonoramente y llevo el vaso a mi boca para tragar rápidamente. La señora Min abre sus ojos cada vez más y me observa escandalizada para comenzar a golpear mi espalda. Yo niego con la cabeza y me aparto mientras sigo tosiendo.

— ¡Yoongi! — Grita se señora Min molesta. — ¡Ya basta!

— ¿Qué? — Él la observa de mala gana. — ¿Eso querías saber, no? No es necesario tirar indirectas. Jimin y yo follamos ayer en la noche, ¿contenta? ¿No escuchaste acaso sus gritos anoche? ¡Claro que los escuchaste!

— ¡Te lo prohíbo Yoongi! — Grita la señora Min exasperada.

— Al menos yo soy honesto y acepto a quien me tiro, ¿no, madre? — Yoongi le dedica una frívola mirada que hasta a mí me estremece.

También te gustarán

          

La señora Min se encuentra en blanco y yo completamente rojo. Arrastro la silla hacia atrás y comienzo a levantarme poco a poco evitando tambalearme.

— Yo... n— necesito ir al baño. — Me excuso temblando y antes de que la señora Min o Yoongi digan algo ya me encuentro corriendo hacia el baño.

Abro la puerta de golpe y la cierro igualmente en un fuerte azote. Me apoyo contra la puerta con la respiración sumamente agitada, mis mejillas se encuentran ardiendo y mi corazón latiendo como loco. Quiero gritar, quiero gritar y romper todo... Quiero destrozar todo lo que está a mi paso y gritar hasta que arda mi garganta... no creo aguantar.

Aprieto mis puños y tiro de mi cabello con fuerza mientras muerdo mi labio. Muerdo más fuerte para evitar gritar, tornándome completamente rojo y comenzando a dar vueltas para calmarme. Golpeo la pared y me pongo contra ella después cubriendo mi rostro. No puedo creerlo... sencillamente no puedo creerlo. Vuelvo a tomar aire y espero largos minutos hasta calmarme. Abro la puerta con temor y vuelvo al comedor en silencio pero Yoongi no se encuentra allí ni su madre. Los platos ya están recogidos y colocados en el fregadero, pero el mío sigue allí, completamente intacto.

Me siento en silencio y sigo comiendo sintiendo un dolor en el pecho que me impide tragar bien. Debo tolerar un poco más... en dos días nos vamos de aquí y todo regresaré a la normalidad. Sí... eso dijo Yoongi, ya no más... ya... no más.

Trago duro y sigo comiendo haciendo chocar los cubiertos contra el plato, eso es lo único que logro escuchar en aquel frívolo y espeso silencio que se ha formado. No sé dónde está Yoongi o la señora Min, prácticamente han desaparecido sin dejar rastro.

Cuando finalmente finalizo de desayunar me levanto y voy a dejar los platos en el fregadero con un suspiro. Me estiro para agarrar la esponja pero en ese preciso instante la señora Min llega del pasillo con una sonrisa pero los ojos rojizos e hinchados.

— Déjalo dulzura, yo lo lavo. — Evita verme a los ojos y sorbe por la nariz. — Gracias Jimin.

— No se preocupe señora Min... — Susurro suavemente. — Provecho.

Ella asiente sin verme y comienza a frotar agresivamente los platos con la esponja. Yo lentamente retrocedo y me voy por el corto pasillo por donde ella vino, llegando a la sala principal con las escaleras. Trago saliva al ver a Yoongi apoyado contra la ventana viendo el exterior con la mirada perdida. Me acerco un poco a él.

— Yoongi. — Llamo suavemente. — ¿Estás bien?

Pero él no contesta. Me acerco molesto hasta quedar frente a él pero Yoongi observa el exterior y no mis ojos como espero. Trato de tomar su brazo pero él lo aleja con agresividad.

— ¿Qué pasó? — Pregunto preocupado. — Yoongi háblame.

— ¿No te quedó claro lo que te dije ayer? — Espeta fríamente finalmente viéndome a los ojos.

— No puedes simplemente botarme como un muñeco de trapo. — Digo entre dientes.

— Claro que puedo, ya lo hice. — Sonríe. — Eres un maldito.

Me calló y tapo mi boca cuando me percato de lo que digo. Retrocedo un poco cuando veo el ceño de Yoongi fruncirse y lentamente me voltea a ver con muy mala cara.

— ¿Soy un maldito? — Repite. — ¿Eso es lo que dijiste?

— Eres cruel. — Susurro.

— No, eso no fue lo que dijiste. — Él se va acercando. — ¿Qué fue lo que dijiste Jimin?

— Que eras un maldito, o mejor dicho eres un maldito. — Repito frenándome.

Yoongi suelta una fría carcajada y niega con la cabeza antes de regresar la vista al exterior.

Innocent - [Libro 1] YOONMIN |100% completo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora