"Los recuerdos son un clan peligroso, son escurridizos y cautelosos, permanecen bajo las sombras esperando que baje la guardia para atacar de nuevo. No soy tan fuerte, pero lo intento"
⊹˖ ࣪.
FLASHBACK
—Adel ¿Por qué no quieres decirles la verdad?—Tomas estaba recostado a su lado en la camilla del hospital, ambos miraban al techo mientras hablaban.
—Esa es la verdad Tommy, lamento haberte asustado, fui muy torpe—mintió.
Había inventado toda una historia para justificar cómo terminó con una herida que necesito 16 puntos de sutura, y el único que parecía no creerle era Tomas. Él comenzaba a sospechar sobre Katherine.
—Si alguien estuviera molestándote de nuevo me lo dirías ¿Verdad? Yo volvería a ayudarte Adel, como cuando nos conocimos—Tomas la miró. Había sinceridad en sus palabras, y preocupación.
Un nudo se instaló en la garganta de Adeline, pero se limitó a asentir. No podía decirle nada, por más que lo deseara. Si le contaba todo lo que realmente ocurría él estaría en peligro también, sabía bien que intentaría mover el mar y la tierra para ayudarla. Pero los monstruos que la asechaban eran mucho más fuertes y peligrosos.
Una semana más tuvo que quedarse en el hospital. A la mayoría de las personas les aterraría la sola idea, pero para ella resultaba bastante bueno en realidad, ahí se sentía segura. Nadie más que sus padres, los doctores y Tomas podían entrar ahí, se sentía tranquila, ni siquiera el dolor de su herida era tan importante, todo lo que necesitaba era paz y seguridad, al menos por un tiempo.
Durante ese tiempo, su amigo no faltó ni un día a visitarla. Llevaba juegos de mesa o libros para leerle, adoraba que Tomas le leyera, él interpretaba los diálogos y cambiaba de voz en cada personaje, era todo un espectáculo. Ella siempre pensó que él sería un gran actor, exitoso y aplaudido por el mundo, lo suyo era talento natural.
El último día que estuvo en el hospital el cielo estaba nublado, el pasillo del estacionamiento olía a tierra mojada y a pan recién horneado de la cafetería de frente. Ese día Tomas no llegó a verla, lo cual le pareció extraño, pero lo perdonó porque había estado yendo toda la semana, seguro estaba cansado.
Sin embargo, las cosas se pusieron más extrañas cuando al llegar a casa tampoco respondió sus mensajes, y su teléfono no recibía las llamadas. No quería entrar en pánico pero comenzaba a sentirse nerviosa, así que le pidió a su mamá que la llevara a su casa. Quizá estaba enfermo también o demasiado cansado para levantar el celular.
Al llegar a su casa hizo sonar el timbre repetidas veces, pero nadie atendió. Eso si era demasiado extraño.
Miro a sus alrededores con ansiedad, no sabia que más hacer. A su lado, la vecina anciana de Tomas regaba sus plantas mientras con tranquilidad.
—¿Disculpe?—Adeline se acercó un poco a ella con timidez.
—Hola linda ¿Qué necesitas?—la mujer la miró pronto dedicándole una sonrisa.
—Hm ¿Sabe si está Tomas en casa?
El rostro de la anciana se tornó de lastima en un segundo. Adeline odiaba esa expresión, pero en esta ocasión lejos de molestarse, se aterrorizó. ¿Por qué estaba mirándola así?
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SOMNIA
Random"Arderá a través de ti como un incendio forestal en medio de un bosque, encendiendo tu alma y bailando entre las llamas, y cuando se haya ido el olor de su humo será lo único que quede para calmarte." Las hadas solo vuelan en los sueños, los príncip...