"Caperucito Blanco y el lobo depresivo" pt. 3

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Debía encontrar al lobo de nuevo.

[...]

Kim Dokja sintió que habían pasado horas desde que entró al bosque, aunque solo fueron unos minutos, y pudo notar que estaba realmente perdido en la profundidad del lugar. Le preocupaba no haber visto a su amigo lobo aún.

Su canasta ahora estaba más ligera y sólo la enorme tijera iba dentro. Kim Dokja estaba pensando en si era mejor dejar la canasta y decirle a Sangah que la había perdido, cuando escuchó un gruñido a sus espaldas.

Se trataba de un hombre lobo, pero no de Wolfhyuk. Este tenía la ropa toda rasgada y manchada de sangre que hacía un juego escalofriante con el tono de su pelo enmarañado.

—Niño, no deberías estar aquí —le dijo sin poder ocultar su burla.

—Estoy perdido —Caperucito Blanco sintió algo de miedo.

—Qué mal —el lobo trató de sonar amable—. Ven conmigo, yo te llevaré a casa —pero sus ojos no eran para nada amables.

Kim Dokja sintió que "Cuarta Pared" estaba temblando y no podía hablar o pensar rápido para escapar de esa situación. Era un cuento, por supuesto que los hombres lobo iban a ser comunes, pero el problema fue la apariencia del lobo.

Debía tratarse de un truco del sueño hipnótico, era un rostro que él ya conocía. Creyó que nunca más lo volvería a ver. A Song Minwoo.

—Puedo volver por mi cuenta...

Kim Dokja habló pero su voz sonó débil, comenzó a retroceder poco a poco. Estaba seguro de que ese hombre lobo era el que engatusaba a otros para después matarlos. Al ver los ojos hambrientos del lobo, Caperucito Blanco comenzó a correr. El hombre lobo lo siguió también.

Algo no estaba bien, se dio cuenta de que cada vez que su habilidad temblaba en ese sueño, parte de su mente se volvía realmente como del personaje, Caperucito Blanco.

Kim Dokja maldecía estar en esa situación, él era muy débil en ese momento y no sabía de qué manera defenderse. Le estaba faltando el aire y sus pies tropezaban a cada rato, hasta que finalmente se cayó al suelo y el lobo lo alcanzó.

Caperucito Blanco no pudo evitar gritar con mucha fuerza al sentirlo sobre él. Kim Dokja se sintió asqueado cuando el lobo pasó la lengua por su mejilla.

Pero justo antes de que el lobo pudiera clavarle los dientes, un aullido se escuchó en la cercanía.

El lobo Minwoo levantó la mirada de su presa y al ver al otro hombre lobo, sus ojos se llenaron de temor. Yoo Wolfhyuk se estaba acercando a ellos a mucha velocidad.

El lobo chasqueó la lengua y se apartó del niño. Él sabía que ese lobo no mataba humanos y que también era más fuerte que él, por eso lo odiaba y quería deshacerse de ese lobo pero no era tan valiente para enfrentarlo. Si lo atrapaba en ese momento, se volvería un hombre lobo muerto. Así que sin esperar a que llegara, el lobo Minwoo salió huyendo.

Kim Dokja todavía estaba sintiendo escalofríos cuando vio la cara por la que había estado esperando. Poco a poco se calmó y le sonrió brillantemente.

Yoo Wolfhyuk lo había salvado y Kim Dokja estaba muy agradecido.

—Te dije que no volvieras al bosque —le reclamó el lobo.

—Me perdí —se excusó.

El hombre lobo resopló molesto y ayudó a levantar al niño. Observó que su capa estaba sucia pero no tenía daños, al contrario de su cara y extremidades que tenían lesiones. Pero contrajo aún más su entrecejo al ver rastros de saliva en el cabello del niño.

Cuentos cortos de la compañía Kim DokjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora