58.Sentencia

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Jimin llegó al juzgado penal de Seúl diez minutos pasadas las nueve. Aún faltaban veinte minutos para que comenzase el juicio pero el profesor le pidió a Namjoon que pasase a buscarlo antes. Llevaba dando vueltas en la cama desde las seis de la mañana.

Paseaba frente a la puerta de la sala número dos sin poder contener los nervios, mordisqueándose las uñas y mirando a Jin y a Namjoon una y otra vez, que lo observaban con expresión angustiada. Ellos también estaban demasiado nerviosos por todo lo que podía suponer para la vida de Jimin lo que ocurriese en esa sala unas horas más tarde. Aún así, quisieron transmitirle optimismo y tranquilidad.

- Jimin... debes relajarte - le dijo Jin tomándolo por los hombros para obligarlo a parar - todo va a salir bien, te lo prometo - sonaba a tópico pero el abogado lo creía ciegamente. No podía ser de otra manera.

Los tres chicos permanecieron unos segundos callados con Jimin intentando calmarse con respiraciones profundas y ajustando una y otra vez el nudo de su corbata azul. Jin se percató de que era Nam quien tenía la corbata hecha un desastre, como siempre, y rodando los ojos se acercó a él de forma natural para ayudarle a ajustarla. Pero ante lo inesperado de la acción y recordando los acontecimientos ocurridos hacía dos noches, Nam no tuvo por más que pegar un respingo en su sitio, cuadrándose como si se hubiese convertido en piedra y retirándose disimuladamente.

- Eh... esto yo... voy pasando - carraspeó un par de veces y se aferró a su corbata - ahora os veo dentro.

Jimin observó como Jin lo vio marcharse y el peligris no pudo evitar ver la decepción en los ojos del mayor. Sin duda esto era la perfecta distracción para sus nervios.

- ¿Se puede saber a qué ha venido eso? - susurró el profesor acortando el espacio y picando con un dedo a Jin en las costillas - ¿Quién lo diría? con lo pegaditos que estabais la otra noche...

- Oh... cállate - replicó el abogado con las mejillas de color escarlata - como si no os hubiese visto yo también a vosotros - Jimin palideció al instante - ¿Qué? ¿Ya no te burlas? - el mayor sonrió victorioso pero ablandó su mirada ante la expresión risueña del profesor - vale, vale... fuera de broma... ¿Estás contento?

- Buff, no sé... aún queda mucho por solucionar, ni siquiera hablamos de casi nada pero - y Jimin enseñó una sonrisita de lo más boba - no me odian hyung... y eso me da fuerzas.

- Pues esas fuerzas... - Jin abrazó a Jimin por los hombros instándolo a entrar en la sala de una vez - son las que vamos a usar para machacar al capullo de tu ex.

El peligris sonrió pidiendo una y otra vez que aquello sucediese pero la vocecita en su cabeza que siempre aparecía cuando Jimin se sentía inseguro le decía una y otra vez que la victoria no iba a ser tan fácil.

La sala era convencional, con un estrado para el juez, un par de atriles para los testimonios y los banquillos del acusado y la acusación. Detrás de éstos se extendían varias hileras de bancos de madera donde se sentaba el público que presenciaba el juicio pero gracias a la influencia de Paul y a sus contactos, el pintor consiguió que el enfrentamiento se realizase a puerta cerrada, evitando así rumores, especulaciones y filtraciones a la prensa.

Apenas dos minutos antes de que se cumpliese la hora de la citación Paul Rousseau hacía su aparición en la sala, con andares soberbios pero tranquilos, ataviado con unas gafas de sol que le cubrían casi todo el rostro y una gorra negra en su cabeza que lucía demasiado corriente para un artista de su clase.

Ridículo.

Jimin no quiso cruzar mirada con él y solamente alcanzó a verlo sonreír socarronamente mientras ocupaba el banquillo de al lado. Un fuego le recorrió el cuerpo de pies a cabeza y giró el rostro mirando al estrado, justo cuando hacía acto de presencia la jueza a cargo del caso, una señora de mediana edad con ojos grandes y expresión seria, con el pelo recogido en un impoluto moño italiano que dejaba ver algunas canas entreveladas en él. La señora tomó asiento y sin esperar más comenzó su discurso.

PARIS * VMINKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora