O.14

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— Hola, soy Choi Soobin; el capitán del equipo de atletismo. — el chico alto y lindo se presentó al tener a aquella chica frente a él. Atrás observó a un grupo muy conocido, así que levantó sus comisuras regalandoles una sonrisa de bienvenida. — Te he visto en la escuela, ¿Es tu primera vez postulandote para un equipo escolar? — preguntó, comenzando a escribir algo en una tabla que mantenía en su mano.

Yewoo observó hacía atrás, encima de su hombro, como si le estuviera pidiendo permiso a esos siete chicos expentantes. Sunghoon alzó ambos pulgares, después todos lo hicieron, apoyándola y regalandole una sonrisa. La pelinegra suspiró, voltenado a ver al lindo castaño de mejillas visiblemente suaves.

— Sí, es primera vez.

— ¿Has tenido entrenamientos? ¿Tu cuerpo está acostumbrado a los entrenamientos fuertes? ¿A grandes cantidades? — seguía lanzando más y más preguntas, sin mirarle; poniéndola aprueba. — ¿Sabes qué si pasas, serás la única mujer en el equipo y por lo tanto, tendrás más peso sobre tus hombros?

El chico ya no sería lindo si continuaba hablándole de esa manera. No le gustaba a Yewoo.

— Corro desde que estaba muy pequeña, siempre me ha gustado correr a grandes cantidades. Supongo que tengo buena complexión y una buena respiración. No he entrenado mucho, pero puedo aguantarlo. — sonrió, se sentía cómoda, hablar en lo que ella era buena le hacía sentir bien. — Y sí, sé que tendré más peso si soy la única mujer en el equipo.

Aquellas respuesta dejaron sorprendido a Soobin, el cual sonrió un poco, sin aún levantar la mirada del papel en el que apuntaba el nombre y todos los detalles que observaban en Yewoo. ¿Acaso sería está la persona que necesitaba en su equipo? Bien, todavía faltaba observar su rendimiento.

— Genial. — sonrió el castaño. — ¡Taehyun, ven aquí! — gritó y de inmediato un chico algo sudado se acercó. — Vas a calentar con ella, es Yewoo. — apuntó con una sonrisa, el nombrado Taehyun asintió acercándose hacía dónde estaba la chica. A este punto, los siete chicos que se encargaron de traerla hasta el centro, se fueron esparciendo por toda la cancha, observando todo lo que pasaba con la pequeña pelinegra.  — Normalmente les pongo trote de díez minutos a mis muchachos, sin parar, pero como eres mujer te lo bajaré a sólo cinco.

Yewoo frunció el ceño. Sí bien, cualquiera hubiera aceptado solamente por el poco tiempo de trote –que significa menos cansancio– el comentario que hizo Soobin no le gustó. Aparte qué, si llegara a quedar, no se adaptaría completamente al equipo sí solamente le dan la mitad de ejercicios que a los hombres le daban. Negó varías veces.

— Yo también quiero trotar díez minutos. — Soobin alzó una ceja al escucharla.

— Es sin parar.

— No importa.

A lo lejos, Ni-ki notó del descontento de la pelinegra y no tardó en acercarse un poco para escuchar lo que ocurría. Escuchó como Soobin asentía y tomaba un cronómetro igual al que Yewoo cargaba en un principio y después de que está haya estirado lo suficiente, comenzó a trotar en su lugar.

— Cuando yo lo diga, van a trotar por toda la cancha. Sin parar. — comentó tranquilo el capitán, con su mirada pegaba en Yewoo.

Anotaba algo en su tabla y regresaba la mirada a la fémina, así varías veces, hasta que pasaron cinco minutos. Avisó el cambio y la primera en salir a correr por la cancha fue Yewoo, mientras que el otro chico había parada un momento ya que sus piernas dolían y estaba extremadamente sudado.

La chica no se sentía cansada aún, suponía que correr esos díez minutos de su casa hasta la cancha le hicieron bien. Hasta que faltaban dos minutos para acabar, su pierna comenzó a fallar. Tomó aire profundamente, no podía parar. Era un reto, ella podía hacerlo.

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— ¡Alto! — Yewoo se dejó caer al suelo, sudada y cansada. Sus piernas ardían, pero suponía que era algo normal, después se acostumbraría. — Yewoo, tienes buena condición, más que Taehyun. — miró de reojo al nombrado, el cual estaba tirado en el suelo mientras sacaba su lengua al aire. — Te espero mañana en el primer receso.

Yewoo sonrió un poco, quitando de si frente algunos cabellos rebeldes que se habían pegado gracias al sudor.

— ¿Estoy dentro? — preguntó con notable emoción.

Soobin sonrió, mostrando su hilera de dientes, muy linda:

— Aún no, pero para que entres necesito saber que tan bien concuerdas con mis muchachos. —  su voz se escuchó amable y a continuación hizo algo que heló a la pelinegra y bueno, a Ni-ki.

El castaño dió tres pasos bajo la luminosa mirada de Yewoo y se paró frente a ella, dejó de mostrar sus dientes, pero aquella sonrisa seguía en su rostro, alzó una de sus manos y quitó con cuidado algunos de los rebeldes cabellos de la pelinegra y los apartó, para que no le molestaran la mirada.

— E-Estoy sudada... — murmuró Yewoo, llena de vergüenza. Se tapó la cara. De seguro debía de oler horrible, había sudado como puerco. No estaba presentable para tener skinship y menos un chico, un chico como Soobin.

— No importa. Huelen peor los del equipo. — soltó una risa. — Te vas a tener que acostumbrar.

Yewoo se fue destapando el rostro poco a poco, sonriéndole de igual manera. Pero un ruido, o bueno, alguien se había aclarado la garganta e hizo que Soobin diera tres pasos hacia atrás y se separara de Yewoo.

— ¿Quedó o no? — Ni-ki preguntó de golpe, pegando la planta de su pier derecho contra el suelo.

— Se le mira nerviosa, ¿La sobreexplotaste? — Heeseung se acercó hacía la chica y la abrazo por encima de los hombros. — Se ve bien. Aunque está agitada.

— ¿Vas a tratarla bien en tu equipo, verdad? — Sunoo se acercó, mirando de reojo como Ni-ki fruncía su ceño y abría más sus orificios nasales, con algo de molestia. — Yewoo está nerviosa, ¿Te gusta Soobin?

Sunoo sólo quería molestar a Ni-ki.

— Bien, es hora de irnos. — El japonés caminó pasando enmedio de Heeseung y Yewoo, separandoles y comenzando a caminar hacía la salida. Al sentir que nadie le seguía, volteó y como ya estaba algo alejado, gritó: — ¿Vamos a comer pizza?

 Al sentir que nadie le seguía, volteó y como ya estaba algo alejado, gritó: — ¿Vamos a comer pizza?

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— Te rechazó. — Dahyun soltó al escuchar todo lo que la pelinegra le había contado. Algo decepcionada, negó con la cabeza. — Lo lamento, Yewoo. Por mi culpa pasaste por eso.

— No te preocupes, ahora tengo algo en que pensar. — recordó a Soobin, y claro, al equipo de atletismo. — Hoy iré a entrenar con el equipo de atletismo, creo qué pasé las pruebas.

Dahyung abrió sus ojos con sorpresa, casi escupiendo su jugo de manzana.

 — ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A qué hora? — explotó de preguntas, pero Yewoo soltó un jadeo, de igual forma recordando que la reunión era en el primer receso y ahora estaban en el primer receso. La pelinegra se levantó de un brinco y corrió hacía los baños con prisa. Por otro lado, la castaña observó a su amiga irse. — ¡Me lo cuentas después!

Su corazón latía cómo loco, estaba retrasada y ni siquiera estaba oficialmente dentro de el grupo. Si ella quería entrar y hacer lo que le gusta ahora, tendría que tener mucha responsabilidad. Después de cambiarse un poco –literalmente se quitó la falda y se colocó un mallón, se colocó una blusa de ejercicio, esas que Soodam le había comprado– volvió a correr hasta el lugar acordado.  Al entrar al lugar vió como el chico alto y lindo les hablaba sobre algunas cosas a los cuatro chicos frente a ella.

— Así que ya saben, esta chica es muy buena: más les vale dejarme buena imágen porque...

— H-Hola...— Yewoo sonrió claramente nerviosa. Los cinco chicos frente a ella eran lindos, muy, muy lindos. Era un tomate andando en ese momento. Suspiró sin dejar de ofrecer una linda sonrisa y Soobin soltó una risita nerviosa. — Perdón por llegar un poco tarde.

— Oh, no te preocupes... Acabamos de llegar. — Soobin sonrió, acariciando levemente el hombro descubierto de la pelinegra.

— Eso es mentira, llevamos cinco minutos esperándote. — un chico detrás del hombro del más alto habló. Soobin carraspeó y Yewoo no pudo sentirse más avergonzada.

— Lo siento... — Se palpaba la incomodidad, solamente un poco, pero antes de que empeore Soobin decidió comenzar con el entrenamiento.

 — Se palpaba la incomodidad, solamente un poco, pero antes de que empeore Soobin decidió comenzar con el entrenamiento

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Cansado era corto. Ese entrenamiento fue literalmente un suicidio para la chica. Todos los miembros del equipo estaban totalmente sudados y cansados, en el caso de Yewoo al no estar tan acostumbrada al entrenamiento, sentía sus piernas temblar.

Escuchó algunos murmullos, así que alzó la mirada hacía las gradas de la cancha escolar, pero se dió cuenta que habían muchas chicas sentadas ahí. ¿En qué momento la cancha se había llenado de colegialas suspirando por el grupo de atletismo? En realidad, eran por los chicos, porque por ella nadie suspiraba. Se hizo a un lado, caminando a una esquina rebuscado en su mochila una botella de agua o una toalla para secarse.

Soobin tenía razón; si ella apestaba un poco al sudar, los chicos apestaban mil veces peor que ella.

¿El mal olor en los hombres de último grado era tan atractivo? Buah, no lo creía.

— Se ven tan bien juntos. — escuchó la voz de Jungwon detrás de ella. Volteó con curiosidad en su cuerpo y preguntó.

— ¿Quiénes? — Yewoo se cruzó de brazos. Tratando de seguir la mirada de Jungwon, el cuál miraba a la cancha, para ser más específico, hacía Soobin. — ¿Soobin y Kai?

Escuchó una risita detrás de ella. — Soobin y tú. — dijo y la chica se atragantó con su propia saliva. Jungwon golpeó un poco su espalda con nervios. — ¿Estás bien?

— ¿Soobin y yo? — bufó, negando levemente con su cabeza. — ¿Por qué dices eso?

— ¿Eres ciega? Se ve que Soobin está loquito por tí. Le pones rojito y todo eso.  — aquello hizo que una sonrisa saliera del rostro de la pelinegra.

— No lo creo. Apenas nos conocemos. — Y aún sentía algo por Ni-ki, no podía ignorar aquellos sentimientos en su pequeño corazón.

— Puede ser tu primer amor.

— ¿Qué es eso?

only you ↺ n. ni-ki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora