La Esfera de Jack Frost

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Jack explotó la esfera en el suelo y se encontró en un gran bosque con un hermoso sol. Luego vio una torre de la cual salía una melodiosa voz. Se elevó y se acercó a la ventana.

En lo alto de su torre, Rapunzel, con su largo cabello dorado que brillaba como el sol, estaba disfrutando de una tranquila tarde. Dentro de la torre Rapunzel estaba cocinado unas exquisitas galletas cantando alegremente una canción romántica al cual el oyente le agrado.

De pronto mientras cocinaba vio caer un copo de nieve pequeño y se extraño lo toco y se derritió, luego otro copo le callo en la mano izquierda, la miró con curiosidad, sintiendo cómo el frío suave del copo se derretía lentamente en su piel.
Luego empezaron a parecer más y más dentro ,de manera muy suave se veían caer copos desde la ventana. Se preguntaba de dónde provenían esos copos de nieve.

De pronto se acercó a la ventana lentamente, siguiendo los copos de nieve que parecían flotar en dirección a ella.

Jack: —¡Hola, Rapunzel!¿Te gusta la nieve, verdad?, exclamó con entusiasmo el recién llegado. ¿Qué hace una chica como tú encerrada en un lugar como este? ¡Te estás perdiendo toda la diversión!

Rapunzel dio un salto del susto, llevándose las manos a la boca. —¿Cómo entraste aquí?, preguntó, su corazón latiendo con fuerza.

Rapunzel lo miró con desconfianza, aunque algo en su voz la hizo sentir menos temerosa. Jack, dándose cuenta de su inquietud, decidió aliviar la tensión con un chiste.

—¿Qué le dijo el muñeco de nieve al sol?, preguntó Jack con una sonrisa pícara.

Rapunzel parpadeó, confundida. -¿Qué?

Jack:  ¡Me derrites de risa! , respondió Jack, soltando una carcajada.

Rapunzel: ha ? ( Sin entender nada) ¿Quién eres? Y ¿Tú produces esto tan frío?.

Jack: —Se llama nieve. Es genial verlo en invierno y es muy divertido (lo decía mientras volaba en las partes del techo). Wau si que te gusta dibujar . Has escuchado de las hojas de papel?.

Rapunzel: muy gracioso ,¿que es lo que quieres ?

Jack la mira de reojo ,ya pensaba que era muy bonita .

Jack:  estoy aquí porque eres mi aprendiz (viniéndose muy arriba )

Rapunzel: que ?

Jack: perdón mis modales.

Baja volando y se inclina hacia ella.—Soy Jack Frost, el espíritu del invierno y de todo lo divertido en el frío.El joven hizo una pequeña reverencia, sin perder la sonrisa.—Vine a traerte un poco de humor... y quizás una aventura, si estás interesada.

Rapunzel: —¿Eres un príncipe?

Jack, caminando y mirando aún las pinturas en las paredes, respondió:

Jack: —Soy algo más que un lord; soy un guardián y tengo encomendada una misión en la que tú me tienes que ayudar.

Rapunzel: —¿Una misión? Hmmm, debes estar en un error. Yo no puedo salir de la torre.

Jack se acercó a ella y la miró. Sus ojos verdes le encantaron; eran cálidos, llenos de luz y vida.

Jack: —¿Quieres decir que nunca has salido de esta torre?

Se puso junto a la ventana y le extendió la mano. Ella lo miró con curiosidad.

Rapunzel: —¿Espera, quieres que yo salga?

Jack: —¿Quieres ver cómo es afuera? ... ¡Vamos! Solo será un momento, my lady.

Rapunzel: —Mi nombre es Rapunzel (dijo con un tono más serio y cortante).

Él se le acercó y le besó la mano. Rapunzel lo miró y le guiñó un ojo, sonriendo.

Luego, volviendo a la ventana, Jack le dijo:

Jack: —Entonces, Rapunzel, ¿quieres venir a ver el exterior? ... ¡Vamos, será solo por un momento! Confía en mí.

Le volvió a extender la mano. Ella lo miró, luego miró hacia el interior de la torre y, finalmente, le dio la mano lentamente. Jack la elevó despacio por el aire, creando un momento verdaderamente mágico.

Desde arriba, Rapunzel vio el paisaje que era increíblemente hermoso. Jack la bajó suavemente al pasto.

Al tocar el suelo, Jack notó que el cabello de Rapunzel seguía dentro de la torre.

Rapunzel: —¡Wau, todo es tan mágico! Rapunzel sintió el pasto bajo sus pies, el agua fresca y el sol cálido; todo era hermoso. Jack, usando su magia, hizo nevar de manera tan suave y encantadora que verla contenta le alegraba a él también. Había algo en ella que le gustaba.

Entonces, mientras ella seguía disfrutando del momento, Jack se le acercó y le dijo:

Jack: —Y bien, ¿vendrás conmigo?

Rapunzel: —¿Pero cómo puedo ayudarte?

La noche había caído, y Jack, usando la magia de la esfera, encendió una fogata. Rapunzel se sentó cerca del fuego, sintiendo su calor reconfortante.

Jack: —Mira, en el mundo de donde vengo, hay niños a los que cuido. Uno en particular se llama Jeimmy; él creyó en mí cuando nadie más lo hizo. Su fe en mí me fortaleció e incluso hizo que más niños creyeran en mí.

Rapunzel: —Suena como si tuvieras una buena conexión con él.

Jack: —Pero necesitamos que nos ayudes tú para poder cuidarlos.

Rapunzel: —¿Yo? ¿Cómo podría ayudarles?

Jack: —Creo que tú, más que nadie, sabes cómo podrías ayudarlos.

Rapunzel: —No sabría decirte si es posible.

Jack: —Sin embargo, fuiste elegida, y sé que dentro de ti hay algo particular que nos ayudará a protegerlos, incluyendo a Jeimmy.

Rapunzel se quedó pensativa, observando cómo Jack expresaba su experiencia con Jeimmy y su hermana. Su relato de la aventura de hace dos años sonaba increíble, y era evidente cuánto le importaba Jeimmy.

Rapunzel: —De acuerdo, te ayudaré, Jack.

Jack: —¿En serio? Bueno, te lo agradezco.

Rapunzel: —Se nota en tus ojos que brillan cuando hablas de Jeimy.

Jack sonrió y, extendiendo la mano, le preguntó:

Jack: —Entonces, ¿Qué dices? ¿Vendrás conmigo?

Rapunzel: —Notarán que me habré ido...

Jack: —De eso no te preocupes. Volverás en el mismo momento en que te fuiste, cuando venga a visitarte. Tranquila, confía en mí.

Con esa convicción, Rapunzel tomó su mano y le dijo:

Rapunzel: —De acuerdo.

Jack se sonrojó levemente al recibir su mano confiada. Jack y Rapunzel entraron en el portal, envueltos en un torbellino de luz y color que los llevó a otro mundo.

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