10 - Una suposición bastante acertada

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— ¡Yo no lo hice! — gritó Alex con suma molestia luego de unos minutos de discusión con su novia.

Piper había ido tras de ella rumbo a la habitación en la que se estaba quedando en el sótano y aunque los ánimos estaban algo caldeados, no había otro sitio donde ella prefiriera estar que aclarando las cosas con su novia.
Ella estaba convencida de que todo era un malentendido y que Alex no sería ni siquiera mínimamente capaz de intentar algo como lo que había dicho Caroline, pero las circunstancias apuntaban a todo lo contrario y era difícil que los señores Chapman cambiaran su parecer de un momento a otro.

— Mi amor, yo lo sé, — habló la rubia con serenidad — pero Caroline piensa que sería mejor que no fueras a su cena esta noche. — Alex suspiró con pesar ante las palabras de su novia. — Igual va a ser muy aburrido, de hecho tienes suerte de no tener que ir.

— Bien.

— Oye, ven aquí... — le dijo Piper con dulzura tomándola de las manos para hacerla sentar a su lado en la cama. — ¿Podemos salir esta noche después de la cena? Mis amigos quieren salir, podemos ir con ellos o no, pero yo creo que hay que descansar de la familia... — dijo la rubia como primer gesto amable en referencia a su novia sobre la familia que tantos malos ratos la habían ya hecho pasar.

— Suena perfecto, preciosa. — Alex se acercó para besarla en los labios cuando de pronto escucharon la puerta abrirse y Piper se puso de pie con rapidez.

— Piper, ¡Dios! ¿Qué te pasa? — dijo Carol entrando a la habitación — Nos tenemos que ir ya, se nos hace tarde.

— Okay... Te veo luego. — le dijo con pesar a Alex que solo asintió viéndola salir de la habitación mientras que Carol solamente se quejaba porque no habían podido tomar esa absurda fotografía.

La pelinegra suspiró mirando a su alrededor, estaba tan sola que ni siquiera se sentía a gusto en esa casa.
Es cierto que jamás había crecido con demasiadas personas a su alrededor, y aunque muchas veces se había dicho a sí misma que estaba bastante cómoda con su propia compañía, en ese momento hubiera adorado que su novia se saliera del plan con sus padres y se decidiera a quedarse con ella, pero comprendía que la rubia le daba suma importancia a su familia, sobre todo a sus padres, por lo que le parecía bastante normal que hubiera optado por irse a esa cena tan importante para Bill.

No le apetecía probar una cena congelada del refrigerador de los Chapman, así que a penas se dió cuenta de que la familia se había marchado, ella misma tomó de nuevo su chaqueta y se dispuso a salir de la casa, aventurándose a hacerlo ella sola como no se había atrevido a hacerlo desde que habían llegado a Connecticut y así conseguir al menos una cena caliente aunque tuviera que hacer una reservación solo para ella.
Estaba segura de que sería la única persona en cualquier restaurante al que fuera que estaría sentada sola en una mesa, y quería que eso no le importara, pero de cualquier forma le despertaba cierta incomodidad en la que prefirió no pensar cuando llegó al sitio y pidió una mesa para una sola persona.

Era un restaurante modesto pero parecía lo suficientemente limpio y tranquilo como para cenar en paz, así que al recibir el menú ordenó una crema de champiñones seguida por un corte de carne con espárragos salteados y una copa de vino.
La comida era deliciosa y más aún por el hecho de no tener a los sobrinos de Piper mirándola fijamente como solían hacer en todas y cada una de las comidas que daban en el comedor de los Chapman.
El ambiente era realmente acogedor pues la música era solamente de fondo, suave y sin interrumpir ninguna conversación o molestar con su alto volumen a los comensales, así que ella pudo comer como si en el fondo nada le estuviera preocupando o molestando.
Pero tal y como lo había pensado, ella era la única persona que estaba en una mesa sola en todo el lugar.

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