Nora McCall vuelve a Beacon Hills luego de 5 años de estar viviendo con su padre.
La elección de irse jamás ha sido iniciativa de Nora, al contrario, fue de su padre. Con el tiempo, el padre de Nora dejó de darle atención debido a su trabajo. Nora...
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El momento había llegado. Las personas de a mi alrededor comenzaban a entrar con entusiasmo y otros con pesadez. Subí los escalones de la entrada y contemplé las puertas metálicas. Cuando pase al interior de estas puertas comenzará mi vida. Por mi mente se me vinieron mil escenarios de lo que puede que pase con tan solo cruzar estas puertas. Aparté la mirada y me encontré con la de mi hermano.
—Nora, ¿estás bien? —preguntó Scott.
—Solo... un poco nerviosa —respondí.
—Relájate y respira. Recuerda que voy a estar aquí y no te voy a dejar sola —me susurró abrazándome por los hombros.
Respiré profundamente y le sonreí en muestra de que ya estaba lista. Abrí las puertas, en el interior de la primera planta estaba llena de chicos y chicas abrazándose, buscando sus taquillas, caminando de aquí para allá...
Scott y yo esquivamos a estudiantes hasta llegar a secretaría. Cuando pasamos nos atendió una mujer de unos cincuenta y tantos años, tenía como diadema sus gafas de montura rosa. Me dio una sonrisa amable y me entregó unos papeles que tendría que rellenar y traer mañana. También me dio un papelito con mi horario, al atravesar la puerta Stiles nos esperaba fuera, juntos nos acercamos a nuestra clase. Lo mejor era me que tocó con mi hermano, lo malo tenía que soportar al idiota.
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—Como todos sabéis, la pasada noche encontraron un cuerpo en el bosque, y estoy seguro de que vuestras ágiles mentes han fantaseado con escenarios macabros sobre lo sucedido —habló el profesor conforme escribía en la pizarra—. Pero yo estoy aquí para deciros que la policía ya ha detenido a un sospechoso —Scott, Stiles y yo compartimos miradas—. Lo que significa que podéis centrar toda vuestra atención hacia el plan de estudio preparado para este semestre.
Dicho eso, ojeé por encima el papel que nos repartió el profesor. Miré la pizarra y sonreí. En este trimestre estudiaremos uno de mis libros favoritos, La Metamorfosis de Kafka, aunque tengo que reconocer que soy más de cómics, pero hay libros que son geniales.
