Camille se estaba desperezando en la cama, después de pasar la noche con Connor. Estaba contenta, le miró y le dio un beso. Empezó a buscar su ropa con la mirada. Connor se incorporó en la cama y la miró, muy serio.
- Tenemos que hablar. Hay algo que no te he contado. -
Camille suspiró. Con lo bien que iba todo...- No me lo digas - dijo Emily cuando Camille les explicó la conversación a sus amigas - está casado.
- Noooo... - contestó riendo Camille - No es eso, no es tan grave. Lo que pasa es que a Connor se le acaban hoy las vacaciones, esta tarde se marcha a Dublin. El avión sale en una hora. Ya nos hemos despedido. -
Didi se acercó y la abrazó.
- Lo siento, Camille -
- Gracias, la verdad es que es una pena, me gusta mucho. -
Maiqi intentó animarla.
- Tiene tu instagram y tu whastapp, ¿no? Ya verás como vuelves a verle. Dublin está muy cerca en avión, podríais quedar algún fin de semana.
Camille también lo creía. Habían conectado tanto que podía ser. Aunque por otro lado, solo se habían visto un par de veces... Camille no lo tenía claro.Ese día, al salir del trabajo, todas se fueron a casa. La noche antes habían acabado tarde y estaban cansadas.
Maiqi se subió al autobús más pronto que de costumbre. Llevaba días sin ver al chico del Manga. Qué pena, pensó. Aún así, estiró un poco el cuello para ver si le veía entre la gente que acababa de subir en la parada. Nada, no estaba.
Se volvió a poner los auriculares y a mirar por la ventana. Ya faltaba poco para llegar a casa.Al día siguiente, Maiqi fue a la facultad. Estuvo hablando con uno de sus profesores sobre la posibilidad de hacer un master. Aunque también podía hacer el doctorado, le sugirió su profesor. Maiqi tenía aún semanas para decidirse.
Ahora que había acabado la carrera sentía que estaba a punto de cerrar una etapa en su vida. Por un lado, quería seguir estudiando pero por otro, le apetecía ganar dinero y dejar de depender de sus padres.
Maiqi iba pensando en todo eso cuando al girar por uno de los pasillos de la facultad se encontró de cara, a menos de un metro de distancia, con el chico del Manga. Fue tan inesperado, y a Maiqi le hizo tanta ilusión verle, que abrió los ojos y sonrió de oreja a oreja. El chico se detuvo al verla. Estaban frente a frente, a tan poca distancia que a Maiqi de repente le pareció rara la situación y de la vergüenza, sin decir nada, bajó la cabeza y se fue por el pasillo sin mirar atrás.
Maiqi se sintió ridícula ¿por qué había tenido que actuar así, como una niña pequeña? ¿Y si ahora se lo encontraba en el autobús? Se miró en el espejo del lavabo de chicas, donde se había refugiado al salir disparada por el pasillo y se arregló un poco el pelo. Abrió la puerta para salir, todavía agobiada por lo que acababa de pasar cuando el corazón se le aceleró de golpe. Allí estaba el chico del Manga. Esperando en la puerta. Cuando se cruzaron la mirada, él sonrió y empezó a caminar hacia ella.Mientras, en la otra punta de la ciudad, Didi también estaba viviendo una situación emocionante. Iba por la calle cuando recibió una llamada inesperada. Habló durante más de 20 minutos, luego colgó y soltó un grito ahogado seguido de un gesto de triunfo. Le acababa de llamar el representante de un grupo de inversión que estaba interesado en su startup. Didi no se lo podía creer, ¡querían comprar su empresa!
- ¿Eso quiere decir que vas a ser rica? - le preguntó Emily.
- Bueno, es una posibilidad - le contestó Didi riendo.
Acababa de llegar a la oficina de turismo y nada más entrar les había hablado a sus amigas de la llamada. Estaba muy ilusionada. Aún así, intentó ser prudente.
- Ya veremos qué pasará, hemos quedado para reunirnos dentro de dos días. -
Las chicas se alegraron mucho por ella, la abrazaron, hicieron bromas sobre el dinero que iba a cobrar y empezaron a fantasear divertidas sobre cómo gastarlo.
- Bueno - dijo Didi - las buenas noticias hay que celebrarlas. ¡Chicas, esta noche, salimos! -Esa noche, todas estaban muy animadas. Fueron al bar de siempre y antes de entrar, Didi revisó su whatsapp. Había escrito a Max para hablarle de la llamada del inversor pero no parecía haber leído su mensaje. A Didi le supo mal que su relación se hubiera vuelto tan distante. Antes, pensó, hubiera sido la primera persona a la que habría llamado. Recordó lo amigos que eran antes, lo mucho que compartían. Le entró la nostalgia pero fue solo un momento, cuando se sentó en una mesa con sus amigas, se olvidó de Max y volvió a animarse en seguida. Pidió una ronda de chupitos y todas brindaron y se bebieron de un sorbo el tequila.
Varias rondas de chupitos después, y aún sin haber cenado, Didi estaba explicando una anécdota divertida y todas, igual de bebidas que ella, se reían a carcajadas, cuando se fijó en que su móvil se iluminó porque había entrado un mensaje nuevo de whatsapp. Cogió el teléfono y miró lo que Max le había escrito. No era un mensaje, era solo un emoticono contento. ¿Eso era todo? se preguntó Didi molesta. Ni siquiera se ha molestado en escribirme un texto, pensó. Yo le he explicado toda mi conversación con el inversor ¿y él solo me manda un emoticono?. Max era su socio, habían creado juntos la empresa ¿y mostraba tan poco interés? Estaba muy enfadada. Siguió pasándoselo bien y bebiendo mucho pero ya no fue lo mismo. Al coger el taxi para volver a casa, Didi seguía molesta, así que, para sentirse mejor, llamó a Carlo.
Carlo estaba solo en casa esa noche, sus compañeros de piso habían salido. Cuando sonó el teléfono, estuvo a punto de no cogerlo pero al ver que era Didi, contestó al instante. Vaya, pensó, parece que la noche mejora. Y empezó a recoger deprisa el desorden de su cuarto mientras esperaba a Didi.
- Nadie puede enterarse de esto ¿de acuerdo? ¡Promételo! - Le dijo Didi nada más entrar y varias veces después mientras se desvestía y besaba a Carlo - Nadie puede saberlo nunca. Camille me matará si se entera. -
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4 amigas
Romance"No sabes cuánto tiempo hacía que soñaba con tenerte aquí" le susurró Carlo. Didi cerró los ojos y suspiró. Nunca era una buena idea acostarse con el compañero de piso de una amiga pero ya era tarde. "Camille va a matarme", pensó. Esta es la histori...