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Narra George.

Ya habíamos ido a tres de las direcciones y no había nadie en ninguna de las casas, así que decidimos ir a la última para ver si teníamos suerte, me dijo que si no la encontraba hoy, que volvería a buscar mañana, la verdad es que me dolía ver a mi mejor amigo así y que yo no pudiese hacer nada por ayudarle...

-¿Cuál es la siguiente? -Dijo él sin quitar los ojos de la carretera.

-Tú gira y la siguiente a la derecha, es como una urbanización de chalets.

Asintió y siguió conduciendo.

-Oye... ¿Y qué pasa si no la encuentras?

-Nada, porque la voy a encontrar. -Respondió en un tono seco.

-¿Y qué pasa si no?

-¿No lo entiendes, George?, tengo que encontrarla, tengo que hacerlo, no sé en qué estaba pensando cuando me fuí y la dejé sola, la quiero George, la quiero más de lo que nunca he querido a nadie, y si eso me supone buscarla en todos los rincones del mundo, lo haré, no me importa cuanto tarde, tengo que encontrarla, se merece saber la verdad.

-¿Estás seguro?

-Sí.

-¿Pero y si esa verdad hace que no quiera volver a verte?

-Me da igual, se merece saberlo, todo. Y si no quiere volver a verme, al menos la habré visto por última vez, quiero volver a oír su voz, quiero volver a mirarla a los ojos, quiero volver a tocarla, quiero volver a estar con ella, y para estar con ella tengo que contarla todo...

-Es aquí. -Le interrumpí.

-¿Qué número es?

-Es el siguiente a este.

Dió la vuelta y aparcó el coche.

-¿Qué haces parando?

-Es mejor si vamos a pie. -Dijo saliendo del coche.

Le perseguí aunque parecía ir sin rumbo. Estaba desesperado por encontrarla, miraba a todos lados y parecía desconcertado.

Minutos después vi como paraba en seco y se dejaba caer sobre sus rodillas en el frío suelo de piedra, levanté la vista y la vi, vestida de azul, con el pelo largo, suelto hasta las caderas, era más bonita de lo que recordaba, iba agarrada de la mano de un hombre más alto que ella, la verdad es que parecían felices, parecían la típica pareja de película, los dos bien vestidos, guapos y hacían muy buena pareja, él se agachó para coger su bolso y ella le besó en la mejilla, después se metió al coche y se podían oír sus risas desde aquí.

Llevé la vista hacia mi mejor amigo, y vi lo que nunca antes había visto, vi como las lágrimas caían de sus mejillas sin parar.

//por ti, por mí// matty healyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora