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"-Extención de dominio."

.

Aprovechando el momento de distracción del mocoso pelirosa, Mahito liberó su dominio.
Las irritantes feromonas del alfa se desplegaban en todas direcciones, amenazantes y pesadas para cualquiera que estuviera por debajo de el.

Sometiendo a cualquiera que intentará ir en su contra.

Un mecanismo de último recurso que podía someter a cualquiera ante su poder, algo que muy pocos alfas alcanzan en su vida. Desatando un espacio en el qué seres inferiores a el no pudieran siquiera levantar la cabeza y solo se arrodillarian estando a su entera disposición.

Un simple beta como el siempre sería un simple beta. Una rama que solo existía para servír a seres superiores como el.

Jamás podría hacerle frente.

Pero en cambio el mocoso pelirosa era alguien del que debía tener precaución, no sabía exactamente a qué especie pertenecía y no podía irse sobre el sin saber a lo que se enfrentaba.

(...)

-¡Encarnación de la perfección! .- Tras decir aquellas palabras una descarada sonrisa se adueñó de su rostro.

Ver cómo las rodillas del beta flaqueando en la nieve frente a el, aumentaban en creces su orgullo como alfa, la emoción de haberle sometido le picaban sus colmillos y le aceleraba los latidos de su corazón.

Su alfa reclamaba por matarlo ante tales humillaciones que lo había sometido. Pero tal vez podría darse el tiempo de matarlo lenta y dolorosamente.

Primero se encargaría del beta, después del mocoso pelirosa que le desfiguró el rostro y finamente iría por su preciado conejito. Y en esta ocasión se encargaría de romperle las piernas, de ese modo nunca volvería a escapar de el.

Y aprendería a nunca irse de su lado.

-Te tengo... .- Le llamo al beta que estaba en su poder. De todas formas no podía escapar de el.

Mahito echo una vista rápida a dónde se encontraba el mocoso este estaba suspendido en el suelo llevándose las manos a la cara, aunque estaba fuera de su dominio, sea lo que sea que estuviera distrajendo debía darse prisa y matar al bastardo del beta.

-Debo darte las gracias, de no ser por ustedes nunca hubiera podido perfeccionar mi dominio.

(...)

La extensión de dominio eran las feromonas más letales que un alfa podía emitir. Un arma de filo que muy pocos podían alcanzar. Algo tan poco común de ver y que muy pocos habían podido enfrentar.

El como un simple beta, era el punto más alto de la jerarquía que no podría alcanzar.

Nanami sabia perfectamente en la situación en la que se encontraba.

Estando dentro de el dominio de un alfa solo significaba una cosa...

La Muerte.

Y el como beta no había algo en el mundo que pudiera hacer contrarrestarlo, su naturaleza era así. Si hubiese nacido alfa... Tal vez hubiera tenido una oportunidad de hacerle frente.

Pero estaba en la palma de su mano.

(...)

-No las necesito... Ya he recibido la gratitud de alguien en especial. .- Y era verdad, el agradecimiento del pequeño omega de cabello castaño era suficiente para el.- No necesito la tuya.

Un Omega DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora