Desde que yo y mis hermanos caímos, nunca volvimos a ser los mismos.
El enojo, la ira y el odio nos invadió, en espacial a mi.Cada uno callo por su pecado, cada quien es responsable de lo que hicimos, no busco culpar a nadie por qué estaba consiente de lo que hacía y como lo hacía, pero justo por eso no me arrepiento.
El le dio el libre albedrío a los humanos, les dio la oportunidad de pecar y equivocarse y aún así no los dejo de amar, de ver cómo lo perfecto.Yo caí por la lujuria, caí por el bendito placer en el cuerpo y sobre todo caí para ser libre.
