No estaba vivo, pero tampoco muerto. El protagonista de esta historia no era nada y a la vez era parte del todo en un infinito espacio que lucía vacío y desolado. Junto a él, otras decenas de almas volaban sin rumbo. Cuando se percató, los demás empezaban a moverse con libertad, y los pasos que dejaban se convertían en destellos en medio de la nada; era como ver una lluvia de estrellas. También voló, inspirado por las demás almas, y así habrá pasado mucho tiempo hasta su llamado.
Todos empezaron a detenerse, sin motivo alguno. Una presencia omnipotente les abría la puerta a un nuevo mundo, y todos volaron hacia allí. Pero el protagonista no fue, se quedó quieto y empezó a dudar. Cuando fue el último en quedar en el vacío, con solo un camino frente a él, recordó su vida antes de llegar a ese lugar.
Era una sombra en ese vacío, sin rostro ni voz, y a duras penas se reconocía una figura humanoide desde la vista de un tercero. Pero esa sombra tomó forma, y tuvo voz. La voz se quebraba y decía entre un llanto ahogado que no quería volver a sufrir. El rostro se retorcía junto a las lágrimas que rodaban sus mejillas. La puerta seguía abierta frente a él, pero no hacía más que retorcerse en sus lamentos.
La presencia omnipotente, también sin rostro ni voz, lo empujó hacia esa puerta que abrió, y el protagonista voló a través de ella. Él estaba en contra de ir, pero lo obligaron a vivir de nuevo. En lo poco que podía razonar, una idea llenó su mente; vengarse de aquel que lo había enviado a nueva vida. Aunque eso signifique matar a un Dios, y suene imposible, él lo haría.
...
Max y Marta eran una pareja joven que esperaba a su primer hijo. Habían salido recién de una situación complicada, y quedaron indefensos y pobres ante un abrumador mundo opresor. La pareja sabía lo complicado que sería vivir de ahora en más, pero eso no les impediría darlo todo por su hijo que acababa de nacer.
Le llamaron Emil, y este sería el inicio de un radical cambio al estilo de vida que llevaban. La pareja buscaría empleos para adquirir el dinero suficiente que garantizara la estabilidad de su hijo.
No es sorpresa que el alma de Emil sea aquella que juro venganza al Dios que lo obligó a renacer, pues este pequeño será el protagonista de la historia. Aunque, dada la edad mental del niño, toda su vida pasada y el tiempo que pasó en el vacío no eran más que recuerdos lejanos y ajenos de Emil.
El bebé lloraba a cántaros, pues recién había nacido y no abría los ojos; los olores eran muy fuertes y le asustaban, las manos de sus padres estaban frías para su temperatura corporal, y el roce con la paja le causaba una picazón horrenda. No podía hacer más que llorar fuertemente.
Max y Marta estaban alegres, y se sentían reconfortados por tener a su primer hijo. Lo abrazaron entre ambos y se acobijaron debajo de una vieja manta para aguantar el frío del invierno. Sus primeros días rentaron un espacio junto a los caballos en un establo a las afueras de la ciudad. Después, se moverían a una posada a unas millas más adelante, donde a cambio de trabajar en la limpieza y recolecta de alimentos, se les dejaba usar un viejo cuarto de empleados. Las cuatro paredes de ese lugar era más cálido que el abierto y oloroso establo del principio.
El bebé pasaba durmiendo casi todo el día en la espalda de la madre, amarrado con unos harapos, mientras ella trabajaba arduamente dentro de la posada, ya sea limpiando o cocinando. De vez en cuando, el niño lloraba. A veces era porque el polvo le llegaba a su sensible nariz, y otras veces porque el olor a comida le causaba mucha hambre. El padre pasaba fuera casi todo el día. Antes de que anocheciera, regresaba con mucha leña para encender el fuego y con algunos alimentos recolectados en el camino. Con suerte, traería un par de conejos en su regreso a la posada.
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Mi vida desde el principio
FantasyUn chico quiere vengarse de quien lo hizo renacer. Mientras crece en un entorno volátil, su camino tomará varios destinos que lo llevarán a aventuras intrigantes. Pero no todo es genial como suena, tanto su vida pasada como presente estarán llenas d...