《Gambler》◇Yoonmin◇²

⛓03. Celda 225⛓

Una vez todos los novatos estuvieron con su respectivo uniforme amarillo, Seung se dirigió a la puerta que daba paso a las celdas, siendo seguido por los seis chicos.

A penas pusieron un pie dentro, todos los reos comenzaron a gritarles de todo, Yoongi jamás había tenido tantas invitaciones para follar tan simultáneamente.

Y claro, las amenazas tampoco faltaron, sin embargo no les prestó atención.

Ya solo faltaban él para asignar la celda.

- Min Yoongi. Módulo dos, celda doscientos veinticinco. - Informó Seung.

- Vaya, le tocó con Park. - Escuchó a uno de los reclusos hablar. - Ese demente te va a comer, enano. - Se burló, Yoongi solo esperaría a que no estuviera el gobernante cerca para golpear a ese idiota.

- Si no supiera los motivos por los que estás aquí, Min, te diría que tengas cuidado con este chico. - Le dijo el gobernante en cuanto estuvieron frente a la celda. - Pero en realidad son iguales. Solo traten de no matarse mutuamente. ¿Escuchaste, Park? - Preguntó, abriendo la puerta.

- ¡Gobernante, vamos! - Ese fue Park, frente a la puerta. - Acaban de sacar la mierda de Changkyun de mi celda, ¿Ya me traen otra? - Se quejó sin siquiera mirar a Yoongi.

- No te quiero oír, Park. - Le advirtió. - Entra, Min. Esa es tu litera. - Apuntó hacia la cama de la izquierda, Yoongi a penas dio un paso y Park se puso delante de él, haciéndose el despistado. Se movió al otro lado y Jimin volvió a hacer lo mismo. - ¿Quieres irte a aislamiento una puta semana, Park? - El menor alzó sus manos en seña de rendición y dio unos pasos atrás. - Mañana se te asignará un lugar de trabajo después del desayuno, Min. - El mencionado simplemente asintió y Seung salió de ahí.

Yoongi dejó la caja con las pertenecias que le dieron en el cajón de al lado de su cama y comenzó a tenderla con las sábanas. Sonrió burlón cuando escuchó el bufido molesto de Jimin tras él.

No había volteado para nada, sin embargo sabía que el chico no había salido de la celda. Estaba casi seguro de que ahora estaba recostado sobre su litera.

Después de terminar con su propia cama, comenzó a acomodar sus pertenecias en el cajón que le correspondía.

Creo que será más difícil de lo que pensé.

- Oye, flaquito. - Le habló el menor. - ¿Porqué te encerraron?

- Robé un dulce en el supermercado, ¿A ti? - Le contestó burlón, Jimin bufó con molestia.

- Puto molesto de mierda. - Murmuró tomando el libro sobre su cajón.

- ¿Estás de malas o siempre eres así? - Preguntó sentándose sobre su cama recién hecha. Jimin no le respondió. - Supongo que siempre eres así. - Nada. Lo estaban ignorando. - dos seis tres. - Leyó el número que estaba al lado derecho del uniforme del menor. - ¿No planeas hablar más conmigo? Somos compañeros de celda, hombre.

- ¡Jimin! - El mencionado rodó los ojos ante la repentina presencia. Yoongi lo miró discretamente y lo identificó al instante. Lee Minhyuk. - Hyungwon te está buscando.

- Dile que ahora voy. - Le contestó sin más.

- Nop. Te quiere ya. - Jimin solo murmuró un "De acuerdo" con molestia. Minhyuk notó la nueva presencia en la celda. - Pero mira que tenemos aquí... ¿Porqué lo tienes tan guardadito, Jimin? - Preguntó mirando de arriba a abajo a Yoongi.

- Si te lo vas a follar que sea lejos de mi celda, Lee. - Le pidió saliendo del lugar.

- Por desgracia, tengo que ir junto contigo. - Avisó con tristeza y salió tras Jimin.

Y ahí, una nueva invitación que no iba ni siquiera a considerar.

Salió del lugar en cuanto avisaron que tenían que pasar al comedor para la hora de comida, sabía que a partir de ese momento todos lo iban a observar, pensarían que podían llegar a él para poder convertirlo en el criado de la cárcel, pero por supuesto que no estaba dispuesto a dejarse y sabía como defenderse.

Ahora, estando en la fila para tomar la comida de porquería que estaban sirviendo, estuvo analizando el lugar.

Había muchos grupos divididos. Unos se veían más peligrosos que otros, y había dos de ellos que llamaron su atención.

El primero, donde estaba Jimin. Tuvo algún tiempo para analizar a cada uno de los hombres que siempre estaban con él.

Chae Hyungwon, el líder del grupo, Im Changkyun, Lee Hoseok, Lee Minhyuk y por último, pero no menos importante, Kim Seokjin.

Todos con al menos un delito de sangre, bueno, todos en ese lugar tenían mínimo uno, era la prisión de máxima seguridad después de todo.

Y del otro grupo no sabía nada, solo había investigado sobre su objetivo y sus compañeros.

Se sentó en una mesa donde estaban solo dos personas y con el dolor de su corazón, comenzó a comer. No estaba tan mal, pero su mente le jugó sucio y recordó la última vez que fue a comer a su restaurante favorito junto a Namjoon.

En cuanto saliera de ahí, tenía que ir de nuevo.

- Hola, novato. - Le saludó un chico sentándose junto a él. - ¿Porqué te encerraron?

- ¿Esa es la forma de presentarse aquí o qué? - Preguntó sin mirar al chico. - Ya van como cinco idiotas que me preguntan. - El contrario lo miró con una ceja alzada.

- Chico, lamento que no tengamos tan buenos modales. - Le dijo burlón. - Soy Jung Hoseok.

- Min Yoongi. - Se presentó, mirando de reojo al recién llegado. Era uno de los chicos del otro grupo que llamó su atención. - ¿Qué quieres?

- Vaya, eres directo. - Murmuró divertido. - Necesito que me hagas un pequeño favor.

Yoongi sonrió ladino, ahí estaba. Un idiota queriendo aprovecharse de él.

- ¿Qué clase de favor? - Preguntó fingiendo inocencia.

- Nada complicado, hombre. - Le restó importancia. - Mira, tienes que salir al patio a las 21:20, te van a entregar algo y nada, me lo llevas a la celda.

- Entonces... Después de hacer eso, les dirás a todos los simios de aquí que soy un idiota que haces mandados de a gratis. Te aprovecharás de mi, ellos lo harán y seré el puto criado del lugar, ¿No? - El chico lo miró sin expresión alguna. - No lo creo. Vete de aquí y déjame tranquilo, imbécil.

Hoseok le dio una última mirada al mayor y se fue de ahí.

Yoongi no iba a ser una presa para nadie, el era el depredador.

𝙹𝚞𝚗𝚐 𝙷𝚘𝚜𝚎𝚘𝚔. 𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚜𝚎𝚒𝚜 𝚊𝚗̃𝚘𝚜.
𝙲𝚞𝚕𝚙𝚊𝚋𝚕𝚎 𝚍𝚎 𝚗𝚊𝚛𝚌𝚘𝚝𝚛𝚊𝚏𝚒𝚌𝚘, 𝚙𝚘𝚛𝚝𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗 𝚍𝚎 𝚊𝚛𝚖𝚊𝚜 𝚒𝚕𝚎𝚐𝚊𝚕𝚎𝚜 𝚢 𝚑𝚘𝚖𝚒𝚌𝚒𝚍𝚒𝚘𝚜. 𝙲𝚘𝚗𝚍𝚎𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚜𝚎𝚒𝚜 𝚊𝚗̃𝚘𝚜.