22/2

2K 129 2
                                    

Engañar al que engaña es doblemente entretenido 

Jean de La Fontaine


Estoy muy nerviosa, este baile puede arreglar todo o joderlo. Miro a la chica reflejada por el espejo, con un traje rojo.

— Riley no sé si esto sea buena idea.

— Si lo es, ahora haz lo que te he dicho

Con inseguridad asiente, para que la música comience a sonar.

Lo único que ve el público es la sombra de una mujer, extendiendo la pierna de manera coqueta, añadiéndole unos movimientos de muñeca siguiendo con las caderas.

Los hombres abuchean, cosa que no me sorprende, pero allí es donde entra la voz neutra, pero con un toque de picardía a la hora de advertir que no van a ver más si siguen abucheando, eso los calma.

— ¡Todos quieren ver esos pasos de baile con más nitidez, ¿cierto?!

Por unos instantes se escucha un pequeño murmullo, que se detiene de golpe, pero igualmente sé que ya lo están deseando.

—¡Demuestren cuanto ansían ver a su bailarina!, ¡aplaudan, vitoreen y silben!

La música rompe al igual que sus aplausos y a lavaciones, es allí cuando todo el mundo ve a la mujer sonreír, mientras que sus pasos y movimientos se vuelven más sensuales e intrigantes.

— ¡¿Soy la única que ve mucha ropa?!

— ¡No!

Gritan unos pocos

— La bailarina no os ha oído. ¿Soy la única que ve mucha ropa?

Vuelven a negar, pero esta vez con más interés, no puedo evitar sonreír, pues la prenda cae dejando a la vista un top en el que sobresalen dos senos.

El movimiento de caderas se vuelve más rápido acompañando a la música, al igual que los pechos y los brazos.

— ¡Acércate preciosa!

Me repugna el comentario, pero lo hago, todo para quedar en primera fila delante de mis acompañantes que están boquiabiertos, por ser yo la que baila y no Betsabé

Me muevo por la primera fila, oyendo a los demás hombres pedir que me acerque.

— No te hagas de rogar y acércate...

— Señores, hoy hay bailarina de comer, Pero como siempre al mejor postor...

Me acerco hacia el hombre que grito la anterior frase y comienzo a mover las nalgas cuando me las toca, noto que tiran de mi brazo y es Ronan, para disimular le bailo llegando hasta donde se había sentado.

— ¡El caballero no se equivoca, el que más demuestre que la quiere en sus aposentos se la lleva! ¡Silben, aplaudan y vitoreen!, que se note que les tiene contentos.

Eso es lo que hacen. Doy un saltito para atrás para seguir moviendo el culo, con una sonrisa sabiendo que esto está más que ganado.

El espectáculo termina conmigo moviendo las caderas y el pecho.

— ¡¿Les gusto?!

— ¡Sii!

— ¡¿Seguro?!

— Si

Afirman haciendo aún más bullicio, tiro un beso al aire antes de que me vaya del lugar.

[...]

LacronetteWhere stories live. Discover now