Solo mírame~ (Lumelia) G!P

II

                              𝘼𝙢𝙚𝙡𝙞𝙖

Iba caminó a la escuela de Javier. Iba tarde, mi niñera ya no podría cuidarlo y tenía que salir corriendo de el aquelarre para llevarlo hasta alla, estaba apunto de cruzar la calle cuando suena mi teléfono

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-¿Hola?, ¿Wionna que pasa? Estoy un poco ocupada ahora-

-Que gustó escucharte Amelia, oye ,      tengo niñera para Javi.-

-¿Así?, ¿Quien es?

-Despues de que te vayas de el aquelarre del emperador irá a tu casa, para que la conozcas descuida ella es amiga mia de hace mucho años, no te arrepentirás.-

-Esta bien, más te vale que sea buena, y trata de llegar a tiempo al aquelarre.* Cuelga.*-

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Al llegar a la escuela de Javier el me estaba esperando en la entrada, me acerco a el pero antes unos niños un poco más mayores se acercaban y lo empujaban, el solo se quedó ahí, con la cabeza baja mientras los otros niños lo insultaban, decidí ir.

—Javier, cariño ¿Esperaste mucho tiempo?.* Me agaché para  quedar a su altura.* ¿Por qué lloras Javi?, ¿Esos niños te molestaron?.* El no contestaba así que lo tomé en Brazos y lo llevé por un helado, todo el camino a el aquelarre era silencioso así que rompí el silencio.*

—Hey.* Llamo su atención.* Vi lo que pasó con lo niños ¿Por qué no hiciste nada?

—Tenia miedo, ellos me podrían hacer algo.* Decía apunto de llorar, quedó a su altura y le sonrió tomándolo de los hombros.*

—Tendras una niñera nueva, ¿Quieres conocerla?, Irá más tarde a la casa.* El pequeño sonreía ampliamente, acarició su cabello y dejo que entre a él aquelarre.*

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Había ordenado lo que más pude de la casa, quería que la niñera se sintiera cómoda, y para que conociera a Javier
Senti el timbre y rápidamente fui abrir, puede ver a una chica muy alta sonriente con una chaqueta de cuero

—Buenas tardes, ¿La casa de los Wittebane?.* Decía un poco nerviosa* Asentía y la dejo pasar.*

—Mi nombre es Lucia Noceda, Wionna Park me dijo que necesitaba una niñera, me acabo de mudar a la Islas y me dijo que tenía el trabajo perfecto para mí

Me da la mano en shock.—tal vez no te acuerdes de mí yo soy.. . Amelia.* Ella me mira sorprendida hace mucho tiempo que no nos veíamos pero Henry interrumpió abriendo la puerta principal.*

—¡Ya estoy en casa!, ¿Amelia?.* Preguntaba entrando a la sala.*

—¡Oh disculpa! No sabía que alguien vendría.* Me miró disgustado.* Henry Wittebane mucho gusto ¿Será la nueva niñera de Javier?.* Lucia asentía sin quitar la mirada en mi.*

—Lucia Noceda un gusto Bueno siéntate siéntete cómoda.* Asentía Lucia.* Iré por Javier para que lo conozcas.* Henry subía rápidamente las escaleras haciendo que quedará sola con Lucia.*

—Bueno ¿Que te parece las islas?.* Dije rompiendo el silencio.*

—Genial, todo es muy lindo aquí.*sonreía Lucia.* Veo que tienes tu vida hecha, digo tienes una casa, un hijo y un esposo.. .

—Oh no estoy casada, Lucia, cuando volví a las Islas mi madre me dijo que tenía que estar con Henry, me obligaron a estar con el y pues me embarace y tuve que mudarme con el.* El silencio otra vez dominaba el lugar.*

—Bueno ¿Cuántos años tiene el pequeño?.* Rápidamente Lucia cambio de tema.*

—uh si tiene 4 años es muy pequeño aún ¿Segura que podrás con el?.* Le sonreía y aparecía Henry bajando las escaleras con Javier.*

—Aqui está Javier, ella es tu nueva niñera, Javi, te va a cuidar y te ayudará

—¿Se van a ir?.* Decía tímido y escondiéndose detrás de las piernas de su padre.*

—No Cariño.* El se acercaba y lo siento en mis piernas.* Ella te cuidara y te ayudará cuando la necesites, puedes confiar completamente en ella, te dará de comer, y te va acompañar a jugar.

—Si y puede llevarte a tomar helado o a comer hijo.* El pequeño Miraba a Lucia y sonreía*

—¡Si!¡Vamos a comer helado!.* Decía Javier saltando, tomaba de la mano de Lucia y la llevaba hasta la puerta.*

—Emm ¿Está bien que lo lleve?.* Decía Lucia, rascándose la nuca nerviosa, se veía tan linda, inconscientemente tenía una sonrisa en mi rostro por lo linda que se veía poniéndole los zapatos al pequeño.*

—Si está bien, estaré esperando oh estaremos esperando.* Dije un poco nerviosa al darme cuenta que Hunter aún seguía ahí.*

—Esta bien, permiso.* Hacía una pequeña referencia antes de que Javier la jale a la salida.*

                                𝙇𝙪𝙘𝙞𝙖

—Bueno y ¿Que helado te gustaría pequeño?

—¡De Chocolate!.* Decía el niño gritando estando emocionado, al llegar a la heladería, pedí dos helados de chocolate y nos sentamos en las mesas de afuera, era un día hermoso perfecto, el sol estaba brillando fuertemente y solo había un poco de brisa, al mirar al pequeño puede ver una versión de Amelia pequeña, tenía sus rasgos, y esos ojos dorados que la identificada, de un momento a otro empecé a recordar todos los momentos que estuvimos juntas, cuando caminábamos por el parque tomadas de la mano, y siempre parabamos al frente de la fuente y prometiamos cosas, tal vez ningúna se hicieron realidad, nos prometimos amarnos por siempre sin importar que pasará, desde ese entonces he amado a Amelia y a nadie más, varías chicas se me declaron después de que supieron que Amelia y yo habíamos terminado, pero no acepte a ninguna, por qué aún sigo amando a Amelia, y ahora que veo a este pequeño no puedo evitar sentirme de la mierda, fue un error pensar que Amelia aún me amaba y que nos volveríamos a ver, pero la vida no estuvo de mi lado está vez. Amelia ya tiene su pequeña familia y que ahora irónicamente me convertí la niñera de su hijo.*

Estaba tan metida en mi mundo que no me habia dado cuenta que el niño me estaba abrazando con fuerza de la cintura

—No llores por favor, ¿Comer helado te hace sentir mal.* Decía el niño sin soltarme.* No quiero que estés triste.* Limpie mis lágrimas y sentaba al niño en mis piernas.*

—No te preocupes solo recordé algunas cosas.* Sonreía levemente.*

—¿Estrañas a tu mamá? Yo siempre la estraño cuando se tiene que ir a trabajar, aveces me lleva pero, siempre está ocupada y no puede jugar conmigo y eso me pone muy triste, tampoco papá está siempre en casa ¿podemos ser amigos?

—Claro que si pequeño lo que necesites solo dime ¿Está bien?.* El Asentía con la cabeza y me abrazaba.*