these two knows

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Apenas un día había pasado desde que Kanroji se enteró de lo que había entre el menor de los pilares y el hermano de Sanemi.

Solo un día y ya no podía ocultarlo más. Se tuvo que ir a la villa del herrero sabiendo que estaría sola y que no metería la pata. O por lo menos creyendo eso.

Se encontraba degustando unos sabrosos platos de curry, así que no notó que alguien más había entrado al sitio.

— ¡Buenos días Kanroji-san!

Se ahogó con su comida al reconocer la voz de la persona detrás suyo. Rengoku. Comenzó a toser y escupir con fuerza mientras golpeaba su pecho con su puño.

— ¡Kanroji! ¿Estás bien? — el mayor se acercó a ella preocupado y la ayudó a toser.

Después de un rato ya se había recuperado, así que tomó un sorbo de su té de fresa.

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Ahora se encontraban los dos amigos almorzando mientras charlaban de cosas triviales, Mitsuri parecía haberse olvidado de esos nervios que antes la hicieron ahogarse, ahora estaba segura de que no metería la pata.

— Hoy me lo crucé a Tomioka en el cuartel, ¡Hubieras visto el chupetón que tenía en el cuello! —exclamó Kyojiro riendo para después dar un sorbo de su té de miel.

Kanroji también rió, pues esas cosas pasaban siempre cuando a Sanemi le picaba el bichito de los celos, literalmente Giyuu podría estar hablando con Shinobu, la que parecía odiarlo, y Shinazugawa se ponía insoportable.

— ¡Tú hubieras visto ayer cómo me los encontré a Tokito-kun y a Genya-kun! —dijo sin pensar sacudiendo la cabeza, con un enorme sonrojo acompañado de una sonrisa nerviosa.

Ahora era Rengoku el que casi se ahoga con su té.

Escupió todo y se dio la vuelta para verla a Mitsuri con una expresión de sorpresa, la que no se dio cuenta de la tremenda metida de pata que había hecho.

— ¿Genya Shinazugawa y Tokito Muichiro? —exclamó gritando con el té todavía algo atravesado.

Mitsuri procesó lo que había dicho y su rostro se palideció. Abrió sus ojos como si estos se fueran a salir y puso una expresión de puro horror.

— ¿Qué? ¿Yo? ¿Qué dije? ¿Quién? ¿Cuándo? —gritó rápido, poniendo sus manos en sus mejillas. Ahora estaba completamente roja y apenada, ¿enserio había sido tan tonta diciendo eso que durante todo un día intentó no decir solo porque le contaron un chisme similar?

Honestamente se había olvidado de que eso no se decía, pero ya no había marcha atrás. Ahora quiera o no tenía que hablar con Rengoku de eso que vio.

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Le había dicho todo, con lujo de detalles. Desde el comienzo de su día hasta la promesa que había hecho a los menores.

— Ya veo... —fue lo único que pudo decir Kyojuro, quedando completamente mudo.

— Me da mucha pena que estén en esa situación...—comenzó a emplear un tono exageradamente dramático— una unión prohibida de dos cuerpos y almas tan puros y compatibles por el miedo al rechazo que impone el hermano mayor con corazón de piedra de uno de esos enamorados, incapaz de ablandarse ante una historia de dos amantes perdidos en el laberinto del amor sincero y pasión desenfrenada. Capaz de arrebatarle las entrañas a la luz de los días y amo de las noches de su hermano menor, a quien repele imponiendo horror a su paso solo para que este sea feliz, solo por creer que su hermano merece desposar a alguien mejor que solo ese simple humano entregado a la guerra...

Mitsuri era una persona con un enorme corazón y una mente muy... especial, lo suficiente como para crearse un libro imaginario llamado "amor a espaldas"; Ahora disponible con un descuento del 20% en las sucursales de su cerebro "fantasías e historias de amor bonitas" y "escenarios e historias ficticias que si pasaran sería hermoso, pero a la vez feo".

Llame ya.

— ¡No piense eso dulce plebeya! —exclamó Rengoku. Cierto, las mentes de esos dos parecían compartir neuronas. — ¡Aquél cruel y testarudo ser aún no ha dado su sentencia ante este problema, estamos a tiempo de ayudar a esos ardientes corazones a abrirse ante ese dictador de la razón! Lo único que necesitamos, mi bella dama, ¡Es la ayuda de los siete mensajeros de la llama del amor para lograr hacer que el temerario endulce ese ajo que se ha colocado en el lugar de su corazón! Todos juntos, los ocho elegidos para derrocar los muros de su negación ¡seremos capaces de conseguir encender una llama que cambie su visión de las cosas!

— ¡Oh, mi tierno caballero! ¿Cómo pretende usted reunir al resto de los enviados por la corazonada del ardiente deseo?

— Eso no lo sé, mi querida amiga... ¡Hay que convocarlos, uno por uno y planear un fogoso ataque!

Al parecer a "amor de espaldas" le fue tan bien que se comenzó a comercializar en el extranjero, en la mente del ardiente Rengoku en los locales del cerebro "Fogosos cuentos alucinantes" y "Si algo sale mal nos van a colgar".

Solo disponible hasta que se le olvide de su existencia.

Así, con todo ese espectáculo que montaron mientras seguían comiendo, comenzaron a elaborar un plan para que "la profesía del dios cupido" se cumpla, es decir; para poder hacer que Sanemi descubra la relación de su hermano y la acepte para que ni Genya ni Muichiro tengan que seguir escondiéndose. Tal y como Kanroji prometió, ella no diría nada a Shinazugawa, él solo lo descubriría y entre todos se encargarían de eso.

Sin duda alguna, algo iba a salir muy mal.















buenas banda, al fin puedo actualizar esta historia lpm soy feliz.

Voy a tardar un poco con las actualizaciones por tres principales razones, la primera es que mi cerebelo está escribiendo como cuatro historias simultáneamente y quiero dedicarle a cada una el tiempo necesario para traerles historias decentes. La segunda es pq estoy escribiendo desde una computadora pq mi celu no me guarda las actualizaciones y solamente puedo usar la compu a la noche pq mi mami XDDDD. La tercer gran razón es pq banda, el tercermundismo me está superando, mi ciudad es la capital nacional de robos de fibra óptica, sobre todo de movistar, así q cada dos días se me corta el internet.

Gracias por la paciencia y el apoyo bebus <3

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