Espada Inquebrantable

Preparativos

Yeong llego al palacio luego de su control. Le habían sacado los puntos y estaba ya más libre de movimiento.
La expectativa lo estaba carcomiendo.
Cuando se hacerco al despacho del rey se sentía un poco como aquel día después de la charla con See Jim. Tenía una emoción a flor de piel.. la emoción de ir un paso más adelante.

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El rey estaba con la secretaria Mo y Soon Hac terminando unos asuntos.
- Bien, veo que están llevando bien los tiempos. Confío en que todo lo tendrán listo para las elecciones.
- Esa es la idea majestad.
- Yeong pasa, ya hemos terminado aquí.
Las mujeres se retiraron y el capitán y el rey quedaron a solas.
- Estas bien? Cómo te fue en tu sesión?
- Si, todo está bien. Es algo incómodo pero aguantable.
- Mm.. me alegro.
El rey trataba de ser prudente. Sabia perfectamente que Yeong lo había evitado toda esa mañana y no quería seguir presionandolo. Él había hecho su parte al encararlo, ahora quería darle el tiempo que necesitaba para darle una respuesta.
- Ya almorzaste?
- No.. te estaba esperando. Vamos?
Yeong no sabia porqué dijo eso. Él no quería dilatar más las cosas..
El rey pasó a su lado en direccion a la puerta pero Yeong lo detuvo.
- Espera yo..
- Si?
- Yo.. quería decirte algo
Al rey le partía el corazón ver la lucha de Yeong con sus sentimientos.
- No tenemos que hablar ahora.. en verdad. Vamos a comer.
- Te amo..
El rey se quedo parado mirándolo. Solo sonrio..
- Lo sé..
- Yo.. sé que sido esquivo pero la verdad es, que amo lo que hemos empezado.. y en verdad anhelo que siga siendo una realidad.
El rey se acerco a su amado capitán y tomó su rostro entre sus manos.
- Y así será Yeong, te lo prometo.
Yeomg cerró los ojos ante su tacto y le dedicó la más dulce de sus sonrisas.
- Quiero dedicar mi vida a hacer feliz, y para eso debemos ser libres.
Aquello tomó al rey por sorpresa.
- Así que.. cuando consideres que sea oportuno, quiero que sientas la total libertad de hablar ante el mundo lo que quieras. Especialmente aquí adentro.. no quiero andar pensando cuando puedo besar o no al hombre que tanto amo.
Yeong dijo estas últimas palabras viendo directo a los ojos de su rey, su mirada era de lo más dulce y transparente. Era como si por primera vez hubiera abierto totalmente su corazón y eso se reflejaba por completo en él, dejándolo aún más bello.
Lee Gon no respondió. Beso a su espada inquebrantable con todo el fervor de un corazón feliz.

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- Yeong, que bueno que estás de vuelta.. dime cómo te fue?
- Bastante bien señora Noh, todo está en orden.
- Me alegro mucho! Sé que su majestad espera con ansias que vuelvas a ser su guardia principal.. 
Claro.. ambos estaban esperando eso con muchas ansias.
- Y ya que lo menciona, donde esta su majestad ahora?
- Tenía varias diligencias afuera el día de hoy. Aún no ha regresado. Creo que lo hará hasta la noche.. por qué? Necesitas algo?
Vaya que sí, pero eso no lo discutiría con ella claro esta.
- No, solo era de curiosidad. Ahora sí me disculpa creo que aprovecharé mis últimos días de reposo para descansar un poco. La vere mañana.
-Claro que si muchacho ve a descansar.
Yeong se apresuró a su habitación. Se dio una larga ducha y se alistó muy cuidadosamente.
Se cambió de ropa tres veces. No lograba decidir que le sentaba mejor aquel día. Al final de cuentas optó por una camisa blanca y unos jeans oscuros. El rey había mencionado que le gustaba cuando Yeong estaba vestido a lo casual. Preparo algunas municiones y salió de la habitación. Era el último tramo de la jornada así que todavía algo de movimiento por el palacio. Ese día su viaje entre los guardias y las cámaras fue algo más lento. Pero finalmente logró entrar a la habitación del rey. Acomodo sus cosas, se volvió a mirar en el gran espejo que había en la habitación, respiró profundo y se sentó en la cama, a esperar, no tan pacientemente asu rey.

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