27. Una chica perdida

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Simón Samuels

Existen ocasiones en la vida en la que ni siquiera tienes dos opciones, a veces solamente nos queda una salida y debemos tomarla. Y no, no digo que sea la mejor decisión para nosotros, porque nunca lo es, pero como lo e dicho en millones de ocasiones a lo largo de mi vida, todas las decisiones que tomamos siempre están relacionadas con las personas de nuestro alrededor.

Yo soy el vivo ejemplo de ello - ¡Que estupidez Samuels!- Todo el tiempo alejando a todas las personas de tu vida justo para evitar esto. Para evitar que estuvieran en peligro, para que mi pasado no los alcanzara y los quemara, consumiéndolos hasta dejarlos en cenizas, hasta apagarlos.

Repaso mentalmente una y otra vez, las palabras de Charly, cada oración salida de su boca, cada acción, cada movimiento. Estoy seguro que si presto atención puedo encontrar las respuestas de las preguntas que me faltan.

-¡Señor tiene que abrochar su cinturón. Estamos a punto de aterrizar! 

La señorita azafata, logra sacarme del trance en el que e estado las ultimas 6 horas de vuelo. Mi mente no deja de darle vueltas a todo, se que Charly tiene un plan, se que es lo suficientemente astuto para lograr que todos a su alrededor sepan solo lo que el quiere que sepan. Se que la realidad, su verdadero plan, ese plan solo lo sabe el. Todos somos sus títeres, somos desechables para el, nos usara hasta que logre que hagamos lo que quiera y después nos matara.

Así es el, es lo peor de la basura. 

Espero que esta vez el infeliz cumpla su palabra. 

La azafata vuelve a pasar y esta vez no puedo evitar fijarme en su redondo trasero, su cintura marcada debido a su ajustado uniforme y sus ojos perfectamente resaltados por el maquillaje. Por un momento me relamo los labios porque de pronto los pantalones comienzan a ajustarme en mi entrepierna. La chica me sonríe al percatarse de mi mirada mientras ayuda a un hombre mayor con su cinturón. Una sonrisa se refleja en ese rostro que parece tener la piel muy suave y justo estoy haciendo planes para poder encerrarla en ese baño del fondo mientras aquella corta falda se sube por sus muslos y de fondo el sonido de sus medias rompiéndose entre jadeos.

¡Mierda!

Ya no recuerdo cuando fue la ultima vez que tuve sexo. Con todo lo que a pasado, mi satisfacción sexual a pasado a segundo plano. Y si a eso le añadimos que Susy esta presente en cada bocanada de aire, caminando a un lado de mi, siendo una niña consentida y molesta... una linda muy linda pelirroja, valiente y...

 ¡¿Pero que estupideces estoy pensando?!

 ¿Como es que pase de la linda azafata a Susy Polo?

¡Céntrate Samuels, céntrate! Deja de pensar en la pelirroja, deja de imaginártela llorando por su precioso cabello cortado, deja de imaginarte que ese asqueroso de Bulmaka esta tocándola con sus sucias y grasientas manos... ¡No, ese infeliz no le pondrá un dedo encima! No lo hará, porque si lo hace...juro que lo cortare en pedazos con mis propias manos.

Mis manos están hechas puños, mi respiración a incrementado y mis fosas nasales están dilatadas. Mi sangre burbujea de ira en mis venas...

-¡Señor! ¿Necesita algo?- pregunta la linda azafata. Una vez mas, esta chica me saca de mi mente.

-Estoy bien.

¡Céntrate Samuels. Céntrate! 

Por esta ocasión yo llevo la delantera, no se si Charly es tan estúpido o simplemente no pensó con claridad su movimiento. Enviarme a buscar a Dakota me dará algo de ventaja, si logro encontrarla, tengo la posibilidad de hacerla hablar y decirme los planes de Charly, tal vez incluso logre conseguir la suficiente información para armar un plan B y hacer que libere a Susy, Fred y Lilith. 

          

Si algo me a dejado el FBI es saber que nadie es intocable, todos tenemos un punto débil, y se que Charly no es la acepción.

Y me juro que encontrare su punto débil

El aterrizaje fue tranquilo para todos los pasajeros, excepto para mi, claro. Mi mente era un caos completo,  estaba lidiando con absurdas ideas, planes de conspiraciones y formas de cambiar el  juego en el que Charly me había metido hacia 36 horas.

En cuanto mis pies tocaron tierra, encendí mi teléfono y tome un taxi a la dirección en la que Wanda me había enviado hacia algunas horas. No sin antes avisarme que Carolina estaba molesta por no haber regresado a la oficina y no informar de mis movimientos o siquiera mi ubicación, su posdata, fue que la jefa, me esperaba en su oficina mañana a primera hora.

No me moleste en responder, no tenia caso, no volveré a esa oficina, no creo volver a pisar el edificio del FBI en Miami... 

36 horas antes.

-¡Deja tus juegos tontos, para tus malditos lame culos Charly!

Mi donante de espera ríe. El hedor a trabajo y whiskys ya han comenzado a enfadarme, no se cuanto tiempo e estado en esta ratonera y ya siento que a pasado una eternidad, posiblemente un día entero.

- ¡Esta bien, esta bien! Te contaré el porque estás aquí... Veo que la paciencia no es uno de tus talentos...

Yo bramo mordiéndome internamente la lengua para  soportar estar aquí escuchando sus estupideces.

Charly, le hace una seña con su mano a uno de sus guardaespaldas y este se acerca.

-Revísalo- le ordena.- Quiero que lo dejes solo con la ropa puesta.

El hombre se acerca a mi.

-¡Sera mejor que ni si quiera lo intentes! - Le amenazo, levantándome de la silla a un lado de la barra.

El sujeto duda por un segundo, pero se recompone y sigue acatando su orden. ¡Seria un buen elemento tipos como este dentro del FBI! Que sean leales y obedezcan ordenes, sin cuestionarse o inmutar. 

Mi donante de esperma hace otra señal al otro guardaespaldas que espera en la entrada del lugar y se aproxima de igual manera hacia mi.

El primer sujeto, intenta tomar mi muñeca y aplastarme contra la barra para registrarme, pero soy mas rápido, termino dando una vuelta con su muñeca entre mi mano en cuanto toca mi piel. Como lo tengo de espaldas, lo lanzo en dirección al segundo guardaespaldas, ambos caen, quejándose por el empujón. No lo pienso dos veces para desenfundar mi arma y apuntarles. Cuando logran recomponerse y notan sus cabezas amenazadas por la dirección de mi cañón, ambos voltean a ver a Charly en busca de ordenes. Este mismo, asiente despacio su cabeza y los dos comienzan a alejarse sin quitarme la mirada de encima.

¡Estos son sus guardaespaldas! Estos sujetos tan enormes y formidables, no son mas que blancos demasiado sencillos, parecen niños en una pelea.

 Mientras esto sucede, Charly parece encontrarse en un circo. A este hombre todo le parece divertido...

-No cabe duda que heredaste mis habilidades en peleas ¿Supongo que no te interesa que te hable de mis peleas clandestinas? No es de mis mejores negocios pero si que te dejaría buenas ganancias.- Alega orgulloso mientras da pequeños aplausos , mientras se acerca.

Su sencilla cercanía me hace ponerme tenso, su siquiera existencia me provoca rigidez y absolutamente no me inspira nada de confianza. Estando en la misma habitación que el, las alarmas en mi cabeza no dejan de aumentar su volumen con cada segundo que pasa. Mi arma aun esta en posición, lista para ser disparada, siento un leve cosquilleo en los dedos que rodean el arma. Se me cruza por la cabeza disparar, solo para ver en que termina toda esta mierda que tiene Charly preparada.

Caótico. Un Maravilloso CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora