Capitulo 1:

13 2 3
                                    

Ella es una joven francesa de 17 años, cuyo nombre es Angèle Stella Rosé. Es una chica arrogante, asocial, orgullosa y fría, pero se muestra cariñosa y sentimental ante las personas en las que confía profundamente.

Angèle es un chica frágil, de cabello negro, ojos marrones, pestañas largas, manos delicadas, una nariz y una cintura pequeña. Es bastante linda, no es ni muy alta ni muy bajita, mide 1,67. Le gusta dibujar, escribir, escuchar musica, cocinar y dormir.

Es una mujer de clase alta, pero ella no quiere ser tratada así... me refiero a que la tratan como si fuera una niña caprichosa e irresponsable, la trataron de maleducada cuando intentó defenderse de comentarios malos. Según los padres, esa no es comportamiento de una "Dama" o "Señorita".

Para Stella era irritante tener que lidiar todos los santos días de su vida con los comentarios de sus padres, nunca podía hacer nada sin recibir quejas de estos, sin duda, cualquiera que le pase lo mismo querría irse de ese lugar de inmediato.
Pero en el caso de ella era diferente, quería cumplir 18 y pedirle dinero a sus padres, con la excusa de que ese sería su regalo. Con ese dinero lograría irse de ese país... ¿A donde se irá?...bueno, ni ella sabe a donde.. quizás a ¿España? no, no ¿Italia? no, ¿México? no... o tal vez a ¿Brasil? ¡No!... puede ser cualquier lugar. Esta chica es capaz de irse hasta la otra punta del mundo con tal de no ver nunca más a sus padres.

(...)

Ella tenia pensado decirles esa noche lo del dinero a sus padres, estaba más que nerviosa, no sabia como iban a reaccionar. Hasta que por fin se armó de valor y decidió hablar.

- Madre, Padre...
-

¿Si, querida? -Respondió Fareeda, la mamá de Angèle-.

- En 6 días es mi cumpleaños y... me preguntaba si ustedes me podrían dar de regalo..
- ¿Que cosa?

Angèle dudó un poco en su respuesta, tenia miedo en que dijeran "No". Luego de varios minutos, estaba lista para decir aquello, dió un fuerte suspiro y comenzó a hablar.

- Verán, quería saber si me podrían dar dinero.
- ¿Solo dinero? -Habló Amadeo, el padre-.
- Si.

Dijo cada palabra asegurada de lo que pedía, tenia muchas ganas de irse de esa casa, si es que así se le puede llamar a ese lugar tan horrible.


- ¿No quieres otra cosa? -Insistió Fareeda-.

Angèle suspiró cansada.

- No, solo dinero, estoy segura.
- Bueno, si eso es lo que quieres, ¿Cuanto será? -Preguntó su padre-
- Tal vez... ¿500.000?
- Perfecto, 500.000 serán entonces.
- Gracias.
- No es nada, después de todo eres nuestra hija.

Luego de esa charla Angéle subió a su habitación, con una enorme sonrisa se tiró a su cama, daba vueltas en esta. Era tan feliz que sin darse cuenta cayó al piso, se había lastimado un poco la muñeca pero eso no detuvo la gran felicidad que sentía ¡Al fin se alejaría de sus padres y podrá vivir en paz!

Se levantó del suelo, se acostó de nuevo en su lujosa cama, estaba pensado en como escaparía sin ser vista por el personal y las cámaras de la casa. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se dió cuenta de que había amanecido.

(...)

Llegó el cumpleaños de la señorita Angèle Rosé,
Había esperado mucho tiempo para esto, desde hoy en adelante podrá ser libre, sin recibir quejas, sin ser juzgada ni tener padres estrictos que la controlen.

Estaba muy ansiosa por recibir el regalo, pero antes tenía que esperar la noche e ir a la habitación de camaras de seguridad, para desactivarlas y así poder escapar sin dejar ningún rastro.

El día pasó y Angèle ya había recibido su regalo.
Puso el plan en marcha, entró al cuarto de las cámaras y buscó un botón que desactivará la función de estas, cuando encontró ese botón lo presionó y se aseguró de que se hayan desactivado todas las cámaras.
Salió rápido de aquel lugar y se dirigió hacia su habitación. En una mochila guardo el dinero, unas prendas de ropa y unas botellas de agua, luego agarró un par de sabanas y comenzó a hacer un tira larga, luego la ató en un lugar firme y colocó las sabanas en la ventana haciendo que cayeran. Comenzó a bajar lento, con cualquier movimiento brusco que haga se caería todo.

(...)

Angèle estaba en el suelo de su patio, viva por suerte.
Empezó a caminar lejos de su casa, llamó a un Taxi y le pidio que la lleve hacia el aeropuerto.

Douce vengeance~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora