Capítulo 19

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- ¿Enserio me has traído a tu casa? -. pregunté tratando de ocultar mis ganas de romper a reír.

- Pues sí, ¿que pasa?

- Nada nada, solo que como me has dicho que querías mostrarme algo, que era una sorpresa pues... -. Me interrumpieron.

- Adrián, te he dicho que tirases la basura y te lo has pasado por la polla tío - se sorprendió al verme -. Hostias, tu eres el buenorro de Instagram.

- ¿Perdón?

- ¡Simón! - exclamó Adrián avergonzado -. Perdona a mi amigo, Simón es el chico que te comenté antes, mi compañero de piso.

Joder con el amigo, un poco más directo y no nace.

- Ah si - me acerqué más a él para saludarle -. Encantado de conocerte Simón, yo soy Íñigo.

- Sí sí, te conozco. He estado a punto de cogerte asco de lo tanto que habla Adrián de ti.

Está vez no oculté la risa. Rompí en una fuerte carcajada. Deslicé la mirada para a encontrarme a Adrián con la cara más roja que un tomate, no pude hace otra que seguir riéndome.

- Simón, ¿por qué no vas y sacas la basura? -. Preguntó Adrián mientras le extendía la bolsa.

- Porque hoy te tocaba a ti.

Una nueva carcajada, más fuerte que la anterior.

- Simón, quiere que te vayas porque vamos a follar -. Expliqué cuando me recompuse.

- Ah coño pues que lo diga así, venga sí, dame la basura - agarró la bolsa -. ¿Compro algo para cenar?

- ¡Vete ya pesado! -. Exclamó Adrián.

- Que simpático has sido siempre amigo, me voy -. Guardó un llavero en unos de los bolsillos de su chaqueta vaquera y salió de la casa.

- Oye, una pregunta tonta, ¿yo en qué momento he dicho que vamos a follar? -. Preguntó con un tono de voz bajo, se fue acercando poco a poco a mi encuentro.

Me estaba empalmando, y eso no era lo peor. Adrián bajó la mirada un par de veces hasta mi entrepierna, con una pícara sonrisa me volvió a mirar a los ojos. Se había dado cuenta, notaba como mis mejillas ardían de la vergüenza.

- Entonces, ¿el empeño a que Simón se fuese a que se debe? -. Di un pasó adelante.

- Me apetece pasar tiempo contigo a solas.

- Haciendo qué.

- Tengo un parchís, ah, también tengo una barajas de cartas de Uno.

- ¿Estás seguro de que quieres malgastar el tiempo jugando a eso? -. Hundí mi nariz en su cuello, fui dejando suaves y cálidos besos por esa zona.

Jadeó. Hundió los dedos en el nacimiento de mi pelo.

- No. No estoy seguro -. Dirigió su mano a mi entrepierna, agarró mi erección la cual todavía se encontraba oculta tras la ropa.

- Andas que has tardado -. Reclamé con una amplía sonrisa.

- ¿Por qué no te callas mejor y me llevas a la habitación? -. Preguntó entre jadeos.

- ¿A la de Simón o a la tuya?

- Ahora mismo, hasta en el sofá me vale.

- Como desees.

Empujé a Adrián para que esté quedase tumbado sobre el sofá el cuál no se encontraba muy lejos de nosotros. Me volví a abalanza sobre él. Levantó los brazos inquiriendo que le quitase la camiseta, obedecí. Adrián hizo lo mismo conmigo.

Volví a incorporarme. Lentamente, bajé la cremallera de mi pantalón vaquero, sentía como Adrián me devoraba con la mirada sin timidez alguna. Dejé que los pantalones cayeran quedando vestido solamente con el bóxer.

- No sabes bien las ganas que tenía de esto -. Susurró todavía tumbado en el sofá.

Me volví a acercar hasta el, tumbándome sobre su cuerpo.

- Imagina como he estado yo entonces.

Las facciones de su cara cambiaron, deslizó la mirada hasta el suelo.

- ¿Pasa algo? - pregunté, acaricié su rostro -. Si estás incómodo paramos.

- Si por favor.

Me aparté de él. Adrián se sentó en la parte izquierda del sofá, yo en la izquierda.

- Sabes que puedes contar lo que sea, aquí estoy, para ayudarte.

Dio un fuerte suspiro. Agachó la cabeza tratando de ocultar la forma en la que lloraba.

- Joder pues que no te puedo besar. Yo quiero entregarme totalmente a tí y no puedo -. Explicó entre sollozos.

- Tu ya me has besado Adrián.

De nuevo. Levantó la mirada del suelo para volver a encontrarse con la mía.

- ¿Que dices?

¿Pueden las lágrimas de una persona romper un corazón? De ser así, el mio acaba de comenzar a crujir.

- Tu me besaste en el primer momento que me miraste a los ojos. ¿Acaso no lo entiendes Adrián? Estoy jodidamente enamorado de tí. Y claro, claro que quiero besarte, mataría por besarte, pero me da absolutamente igual. Porque estar contigo es lo mejor que me ha pasado en mi puta vida, estoy sin ti y estoy todo el puto día rallandome. Créeme, que daría mi vida por solo saber como estás cuando no hablamos. Créeme, no me importa no poder besarte, como antes te he dicho. Si tu quieres, seremos indestructibles. Pero tienes que querer.

Indestructibles [✔️][EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora