Capítulo 12

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Wei Wuxian vio llegar nuevamente a Wen Xu al fondo de los Túmulos Funerarios.

Esta vez aunque quisiera gritar y patalear, ya no podía. Sus músculos estaban adoloridos y estaba al tanto de que estaba a punto de contraer una infección en varias de sus heridas, su garganta, se sentía seca, rasposa, la mandíbula le dolía al igual que el cuello mallugado por el día anterior.

Wen Xu era un ser peor que la muerte, el trato que le daba era peor que el que Qishan Wen le daba a sus prisioneros y estaba seguro de eso. No recuerda un día en que Wen Xu haya sido siquiera mínimamente humano con él.

Así que... ¿por qué?

"¿Por qué Wen Xu me está cuidando?"

A diferencia de todo el tiempo que llevaba aquí, esta vez Wen Xu no había llegado con su usual aura tormentosa y febril, si no con un aura calmada, casi inexpresiva.

Esta vez, a diferencia de las veces que lo dejaba caer de la rama como si se tratara de un trapo sucio, sin importarle si se lastimaba con las rocas del suelo, soltó las cuerdas  y lo llevó con gentileza hasta una manta que había traído. Wei Wuxian no entendía sus acciones -y nunca lo había hecho-, estaba esperando que fuera una especie de truco, alguna trampa o una nueva manera para usarlo otra vez. ¿Algo para bajar si guardia, quizá?

"Como si mi guardia alta lo detuviera." Pensó.

Sin poder evitarlo, sus ojos se ampliaron al ver a Wen Xu comenzó a rebuscar entre sus túnicas, y de ellas salió una cantimplora y un par de bolsas Qiankun. Su piel se erizó y un nudo se hizo en su estómago por instinto. Wen Xu ha hecho muchísimo más con mucho menos que eso, ¿qué plan tenía ahora para él?

Wen Xu tomó la cantimplora y se la tendió, aunque Wei Wuxian no pudo pensar mucho en ello porque apenas vio el objeto acercarse cerró los ojos al creer que se trataría de uno de sus golpes.

Tres, cuatro, cinco segundos y no había pasado nada. Abrió los ojos con cuidado de que no lo tomara con sorpresa y tembló cuando Wen Xu tomó una de sus manos y colocó la cantimplora en ella.

"Es agua." Dijo Wen Xu desviando su atención para abrir una de las bolsas Qiankun. "Bébela."

La expresión de Wei Wuxian no cabía en el asombro, tampoco en la incredulidad. Incluso su mano se sentía quemar al tacto de la calabaza -o tal vez ante el toque de Wen Xu, no sabía con certeza-. No se movió por un buen rato en caso de que fuera una trampa, ¿cuál sería la trampa?, ¿veneno?, ¿sustancias extrañas?

Wen Xu regresó su atención para indicarle con la mirada que bebiera. Sin gritos, ni órdenes... un pedido. Wei Wuxian estaba asustado, pero también sediento. Abrió la cantimplora y olió por encima. "Sin olor." Vertió un poco sobre su mano. "Sin color." Y con su cabeza retumbando al son de sus latidos se aventuró a probar un poco. "Sin sabor."

Don't  (WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora