Capítulo catorce.

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Esa misma noche, ambos llegaron al lugar que habían acordado, Louis no se sorprendió al ver a Kim estar ahí para cuando él llegó, probablemente era una precaución que estaba tomando; de lo que no era consciente es que Kim había estado esperando desde media hora antes, los nervios le habían ganado y su mente solo repetía que podía haber tomado mal la hora y entonces Louis pensaría que lo había abandonado de nuevo, claramente la situación no fue así.

—¿Esperaste demasiado por mí? —preguntó Louis, a lo cual Kim negó—, entiendo —sonrió ligeramente mientras tomaba su brazo—, hay que hablar adentro.

Al adentrar al restaurante Kim no pudo evitar sentirse fuera de lugar, sin duda esto era algo que iba con Louis, pero para nada era algo de su estilo, tampoco era que le molestara, estaría dispuesto a pagar los restaurantes más caros de París si era necesario.

Durante la comida, la disculpa no fue un tema central, no era importante en lo aboluto, para Louis no, al menos, quien estaba tomando ese momento como una cita entre ellos, Kim por otro lado, no paraba de verlo como una prueba y se esmeraba en no cometer ningún error, sobrepensando cada una de sus acciones y palabras. Louis pudo notar esto, hizo una pequeña mueca, no le gustaba para nada ver esos sentimientos en Kim, acarició su mano en busca de transmitirle algo de paz.

"Todo está bien, lo prometo." eso sería lo que quería decir, quizás en muy pocas palabras, puesto que, Louis tenía demasiadas cosas guardas en su pecho en ese momento que solo sería capaz de dejar salir al final de la noche.

La comida fue buena, la conversación comenzó a ser fluida luego de pocos minutos pues la química era natural en ellos, quizás no tenían casi nada en común, pero las palabras salían solas cuando comenzaban a hablar entre ellos.

—Louis —le llamó Kim mientras sostenía con una mano un vaso con refresco, servido de una manera que lo hacía parecer una bebida alcohólica que bebería un rey.

—¿Sí? —Los ojos de Louis se posaron sobre Kim, dejamdo en un segundo plano el filete que había ordenado para comer.

Estuvo a punto de disculparse otra vez, pero ver la mirada de Louis en ese momento lo hizo arrepentirse, sus labios mostraban una enorme felicidad, genuina y su mirada, deseaba creer, reflejaba un enamoramiento profundo, quizás solo se estaba reflejando pues era la mirada que Kim consideraba que tenía cuando veía a Louis, ahora plenamente consciente de que quiere a ese chico como algo más que un amigo.

—Oh, no, no es nada —hizo una pausa, sabiendo que no se conformaría con esa respuesta, inventó una alternativa rápidamente—. Solo, creo que no te dije que hoy te ves realmente hermoso.

—Lo sé —Louis relamió un poco sus labios—, pero es bastante lindo poder oírlo de ti.

Ambos sonrieron, Louis rio y volvió a comer de su plato, ese momento se sentía tan fantaseoso, como la calma después de la tormenta, básicamente una película romántica luego de que los protagonistas resolvieran sus problemas.

El resto de la noche fue calmada, pudieron terminar la comida y se quedaron hablando una media hora o quizás una hora más por mera diversión, cuando Louis lo consideró adecuado, le indicó a Kim que se fueran del restaurante, pero jamás mencionó nada sobre las disculpas y para Kim no fue realmente necesario pues ya sabía que el salir del restaurante significaría afrontar aquello a lo que debían darle un cierre.

Pagaron la cuenta y salieron del lugar, caminaron unos minutos por las calles, Kim solo podía sentir que el mundo se había detenido para ellos mientras veía a Louis dar vueltas sobre sus pies al caminar como si se tratara de una danza, parecía un chico irreal, demasiado perfecto para ser verdad; ahora comprendía por qué Max y Alix llegaron a creer que solo era producto de su imaginación.

Y por un segundo, Kim se deshizo de todos los pensamientos malos que formó sobre si mismo y quiso imaginar un mundo en donde jamás cometió errores, como si la noche de la obra de Louis nunca hubiera pasado, como si esa fuera la primera vez que se veían luego de la obra de la Bella durmiente.

Dos pasos, tres pasos, una vuelta, Louis no paraba de demostrar su energía y felicidad.

Dos pasos, cuatro pasos, los pies de Kim se detuvieron, tomó el brazo de Louis para detener su pequeña danza y lo acercó a él quedando frente a frente con sus rostros a nada de encontrarse, Louis se quedó algo sorprendido, pero luego sonrió, no esperaba que Kim fuera a besarlo a pesar de que todo lo demás indicaba que eso haría; probablemente fue por eso que realmente se impactó cuando Kim tomó su nunca para poder unirlos en un beso que explotaría todas las emociones en los corazones de ambos como si se tratara de fuegos artificiales.

Lentamente sus labios se separaron, a pesar de que ninguno deseaba hacerlo.

—Lo siento —las mejillas de Kim estaban enrojecidas, tartamudeo ligeramente al hablar por los nervios que le generó haber actuado tan impulsivamente.

—Está bien —Louis no paraba de sonreír, su rostro estaba igual de rojo.

Ambos se alejaron un poco para darse su propio espacio, sus corazones latian a mil por hora, ambos eran plenamente conscientes de sus sentimientos en ese mismo instante pero ninguno era capaz de dar el primer paso, que probablemente debieron haber dado antes de haberse besado.

—¿No estás molesto?

—Para nada.

Louis tocó sus labios unos segundos, la felicidad que en ese momento sentía era indescriptible, dirigió su mirada a Kim con una amplia y sincera sonrisa.

—Te perdono, Kim.

—¿Ah?

—No tienes que seguir sintiéndote culpable por esa noche, sé que de verdad lo lamentas y yo... Te perdono.

—¿De verdad lo haces? —Louis asintió.

Las manos de Louis se posaron sobre los hombros de Kim, sus ojos we encontraron directamente una vez más y esta vez conectaron de una manera en la que no lo habían hecho antes; correspondiensose mutuamente y teniendo conciencia de que así era la situación.

—¿Esto significa que estamos saliendo?

—Bueno, si no significa eso entonces es verdaderamente una buena amistad ¿No crees? —bromeó Louis antes de besar la nariz de Kim.

—Solo quiero asegurarme.

—Bueno, entonces ¿Qué tal si me lo pides?

Kim asintió ante eso, se sintió algo tonto al no hacerlo.

—Louis —le llamó, como si no estuviera consciente de lo que dirían a continuación.

—¿Si, Kim?

—¿Te gustaría salir conmigo? —preguntó, sabiendo la respuesta, sintiéndose algo ridículo por preguntarlo.

Louis soltó una dulce risa—Sí, eso me encantaría.

Y una vez más unieron sus labios en un beso, esa noche que el mundo se detuvo para ellos, cuando la ciudad brillaba más que nunca y sus corazones latian tan fuerte que todos podían ser conocedores sobre el intenso cariño que se tenían; ese momento, esa noche en general, era su noche, el mundo era solo para ellos.

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Healer of hearts | le chien kim x original characterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora