"Guapo Sasaeng" KookTae

Jealous

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Una semana había pasado del último encuentro y Taehyung, bueno, Taehyung estaba ansioso, caminaba de un lado a otro por el patio, con el que frecuentaba junto a Félix.

— Tae, le harás un hoyo al suelo, bonito — le reprendió cuando ya le estaba mareando la vueltadera del pelinegro.

— Siento que hoy me darán de alta — Habló el chico, tenía un aspecto lindo, le había sentado bien la rutina del hospital, su cara estaba llenita, se veía muy sano, sin embargo, no le agradaba el haber subido un kilo, su apariencia nunca le fue de mucha importancia, no podía ponerse inseguro en ese aspecto, pero no entendía por qué el tener pareja le hacía cuestionárselo: el ser suficientemente bonito como para que no mire a ningún otro. Era sin duda su creciente inseguridad.

Extrañaba tanto a su Jungkookie, y siempre repasaba las hermosas palabras que le dijo aquella vez. Le enviaba chocolates y lindas cartas que juraría guardar hasta su muerte. Jeon era simplemente perfecto.
Maldecía al hospital por solo aceptar visitas un día a la semana.

Entonces se acercó un enfermero. Ese que pensó que estaría cuidándolo a él solamente, era alto y desinteresado, le agradaba a Tae, pero no lo expresaba porque él encargado no era muy simpático.

— Kim Taehyung — Nombró mirando su hoja dentro de esa carpeta — Prepara tus cosas, hoy te dan de alta a las 2pm — Taehyung casi se desmaya de la emoción, miró a Félix y le abrazó momentáneamente, ya que al último no le agradaba mucho el contacto físico.

Ya era la 1:30 según el reloj y Taehyung casi voló a su habitación en compañía de su amigo ahí dentro.

Empacó sus cosas, las cuales eran básicamente cepillo y cosas de cuidado personal; la ropa que le dejó su padre hace una semana para cuando salga, los regalos de su novio, los cuales ya abundaban en la habitación y un peluche mal cosido por su más reciente amigo. Jimin también le había enviado alguna carta, diciendo que Jungkook se estaba portando bien y que esperaba que mejore.
Ambos le hacían feliz.
Leer los sentimientos de Jimin se le hizo extraño, como si tuviera mucho más que decir, por ello sus cartas siempre terminaban de manera abrupta y con un simple: adiós.

Los minutos pasaron y a medida de ello las pertenencias del pelinegro ya se encontraban empacadas, cuando el enfermero volvió a su habitación a recoger la maleta, Kim se dispuso a despedir a su amigo.

— Félix, créeme que estoy sumamente agradecido contigo, has sido mi compañía y has hecho que la estadía aquí sea agradable — Miraba sus pies por lo tímido que resultaba a veces — yo... espero que te mejores y podamos vernos fuera de aquí — No sabía cómo pedirle un abrazo, pues alguna vez le hizo entender que le desagradaba que toquen su cuerpo, pero fue su sorpresa el sentir las frías manos ajenas tomarle de los hombros para acercarle, Tae con temor puso dos manos en la espalda ajena y casi al instante se separaron, el chico tenía lágrimas en sus delgados pómulos, y por la manera en que abría y cerraba su boca presentía unas palabras venir de su parte.

— Lindo Taehyung, a mí también me gustó tenerte aquí... — hizo una pausa mientras limpiaba sus ojos, Tae sonrió de lado con mucha ternura — Y te prometo que... mejoraré para ser tu amigo allá afuera — Concluyó cuando el encargado entró al cuarto.

— Adiós, Félix

— Chao, lindo — Movió su mano quedando solo en las cuatro paredes.
Sus rodillas flaquearon y empezó a desgarrarse en llanto.
— Si supieras que no saldré de aquí — Murmuró para si mismo, con el corazón encogiéndose y las manos temblando.