Prólogo.

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Alguna vez te has preguntado:¿qué somos?, ¿qué hacemos aquí?, dejadme deciros que yo sí, en más ocasiones de las que quiero admitir, pero hace ya mucho tiempo que dejé de hacerlo: ya había dejado de buscar lo que me motivara, vivía por el mero hecho de existir, caminaba sin saber a dónde me dirigía, mis pasos eran cual  caminar de un zombie, mi mirada siempre estaba perdida, en un mundo donde nada existía; ni siquiera yo.

No se si sabréis lo que se siente, mis queridos lectores, pero yo pensaba que gobernaban mi vida, que otros eran los guionistas y yo ni siquiera la actriz principal, solo una mera extra de aquella película a la que llamaría mi vida.

Se por experiencia que es lo peor que te puede pasar, ves todo a través de los ojos del escepticismo, nada te importa, aunque todo te duele, todo te ofende, aunque lo más duro creo que es el hecho de que nada te llena; deportes, trabajo, estudios, amores....Puedes tener todas esas cuestiones y sentir que algo no esta bien, que necesitas más, que no es suficiente y entonces empiezas a buscar cómo llenar esa carencia, pero buscando en los mismos círculos, buscando siempre lo material, o inclusive en otras personas, como si eso pudiera satisfacerte, sin embargo dejadme decirte que solo hará que ese vacío que sientes se hará cada vez más grande tanto que con lo que sueles buscar o comprar o sentir no vas a apaciguar. Las mejores ropas, los más caros deportes, el cine, los amores e incluso tu familia no son la solución.

Hace un tiempo ya, varias conocidas me dijeron que si no me amaba a mi misma, nunca podría amar a nadie, que valía mucho y que tenía que conocerme a mi misma, creyendo sus palabras me puse a ello, pero lo que no sabía entonces y aún me cuesta entenderlo, que sería un camino muy doloroso, lleno de piedras, traiciones, desilusiones aunque sobre todo de personas que se fueron de mi lado, que no aguantaron mi proceso huyendo así cómo si de la peste se tratase.

Ya se que esto os debe sonar, ¿verdad?, pues todos hemos tenido ese primer amor que se marchó sin dar explicaciones, ese familiar que nos trató tan mal sin saber por qué, ese amigo que dijo que iba a estar ahí siempre y cuando  lo necesitábamos sin decir una palabra se fue.

Esta historia que os quiero narrar, me ha pasado, la he vivido y sé que ustedes también, tendrán otros nombres vuestros personajes obviamente, pero estoy casi segura que alguna vez os ha pasado, y si no, quiero dejar mi testimonio para qué cuando os suceda, lo viváis al máximo, ya que cuando os alejéis va a ser doloroso pero una de las más grandes historias de amor que viváis, no entre ustedes, sino de amor propio y autoconocimiento.

Amor ForjadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora