El cuarto aprendiz: Segunda parte.

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Denegeo y Ava se dirigieron al estudio para proceder con la entrevista.

- Supongo que si trajo maletas fue para quedarse, o me va a decir que vino tan lejos para ser entrevistada.

- Señor por lo mismo fue que traje maletas, este lugar es muy lejos y el tren sube cada dos días, así que mejor bien preparada, si no acepto me quedare esos dos días en algún hostal de la ciudad.

- Despreocúpese, si acepta o no usted es mi invitad y puede quedarse hasta entonces, siéntese por favor, note que tiene poca experiencia cuidando niños, sin embargo, m llamo la atención su historial académico.

- Así es, estudie enseñanza didáctica en esa prestigiosa universidad que menciono en el C.V y soy muy exigente en lo que hago.

- Pero sabe que se va a enfrentar a tres adolescentes en su bella etapa de cambios de humor y madurez.

- Eso lo tengo claro señor Den, al igual que tengo claro la etapa de luto en la que están por la pérdida de su madre y la ausencia de su padre disculpe que lo mencione.

- Veo que ya está informada sobre eso también, sobre mi ausencia no voy a discutirlo, pero sobre la muerte de Estela se que es algo que ha afectado mucho a la familia y va a ser un largo proceso para recuperarnos, cosa que dudo porque jamás se supera la muerte de un ser querido y mas cuando ese ser querido era una columna en la familia, desde que ella se fue todo ha sido muy complicado y yo no puedo con tanta carga Señorita, si no va aceptar el puesto pido que lo considere, para ello dejare que lo piense, el dinero no es problema, yo estaría muy contento que me ayudara con los niños.

Aquel hombre mientras hablaba, se veía como le estaba casi implorando ayuda a Ava, entonces ella comprendió la dura carga que llevaba Denegeo en sus hombros, la entrevista termino y Ava fue acompañada por una de las trabajadoras a su habitación, estando instalada no pudo borrar la petición de ayuda de aquel hombre, algún motivo tendría para dejar a sus hijos bajo su cuido y se notaba que esos niños necesitaban de ella, toda la casa quedo en silencio solo se podía escuchar el ruido del viento producido por los arboles de ciprés, todos durmiendo a excepción de Julien que se encontraba en el invernadero junto a sus orquídeas lunares y Ava que estaba pensativa mientras observaba por la ventana, no pudo con su curiosidad por saber que eran aquellas flores que el chico guardaba con recelo , al verlo entrar decidió bajar a conocer las flores y conocer un poco mas a su posible aprendiz.

- ¡Que frio! Casi se me entumecen los labios.

- ¿Señorita Ava que hace afuera?

-Disculpa si soy un poco entrometida, quería conocer tu invernadero.

-Pues bienvenida, aquí están mis amadas orquídeas lunares que hoy con el cuarto creciente se ponen más frágiles y sueltan su olor con mas intensidad.

Ava enseguida sintió ese aroma delicioso e indescriptible, jamás había olido una esencia tan delicada y potente a la vez, mientras estaba con los ojos cerrado su olfato se intensifico más.

Julien con una sonrisa en su rostro, observaba a aquella mujer que parecía una niña teniendo una nueva sensación.

- Me agrada que disfrute el singular aroma de las orquídeas Lunares, mi madre decía que entre mas morado es su color su aroma es mas intenso.

- Que interesante, ¿Por qué se llaman Orquídeas lunares?

- Porque sueltan su aroma mas intenso en la noche y no resisten la luz solar, pero la luz que refleja la luna para ellas es adecuada, mi madre me conto que cuando, yo nací este lugar estaba rodeado de muchas orquídeas lunares, y ese olor la ayudo a ser más fácil el darme a luz, antes habían muchas orquídeas lunares silvestres, pero con el tiempo fueron eliminadas para urbanizar mas los pueblos de Esperansia, solo en nuestra propiedad se conservaron, mi madre hizo este invernadero para cuidarlas y reinsertarlas en su habitad, por eso ella me dejo este trabajo que amo, cuidar las orquídeas lunares que ma' protegió.

Distrito Esperansia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora