-No dejamos entrar a omegas sin un alfa que los acompañe. - dijo el guardia de seguridad frente a la puerta del casino.
-Pero hoy no vinimos con nuestros alfas. - dijo Pran mientras apretaba con fuerza la mano de Wai, no esperaba que un beta no los dejara pasar.
-Tenemos dinero. - dijo Wai intentando convencer al guardia.
-No entran omegas solos. - dio por finalizada la conversación el beta.
-Vamos Oso, déjalos pasar. Ellos vienen conmigo. - dijo un omega apareciendo de la nada junto a ellos.
-Solo porque eres tú, Malee. - dijo el guardia dejándolos pasar.
-Eh, gracias! - dijo Wai una vez que estuvieron dentro.
-No es nada. Por cierto, me llamo Malee.
Pat se encontraba un poco mareado y veía un poco borroso, mientras que Korn no podía casi mantenerse en pie. Hasta que Korn trastabilló con sus propios pies y calló al piso, cosa que a Pat le había hecho muchísima gracia y había comenzado a reírse a carcajadas.
Cuando Korn dejó de maldecir por el golpe que se dió, intentó ponerse de pie un par de veces pero solo conseguía volver a caerse. Por lo que Pat una vez un poco más calmado se acercó a su amigo e intentar ayudarle solo para acabar cayéndose encima de éste.
-Vengaaaa... Leevanta... Inúuuutil... - dijo Korn arrastrando las palabras.
-Es tú culpaa... Noo debiste caerte. - le reclamó Pat.
-Yooo... No fuii... El viento me enmnnmp... Emmnpp... Coomo era...? Emnmpuajo... Eso. Fueee el vientoo que me empuajooo... - dijo completamente convencido de sus palabras.
-Vayamos al hotel... - dijo Pat cuando consiguieron ponerse de pie.
-Eh? Pero miiraaa... Yo quiero ezoo. - dijo Korn señalando hacia la calle de enfrente.
-Y qué es? - dijo Pat sin comprender el texto que decía aquel cartel luminoso.
-Ezo... Ezo ez la libertad! - dijo Korn mientras caminaba hacia aquel lugar caminando en zig zag.
El dueño del lugar finalmente les había alquilado una de las cabinas, les dio una llave y los acompañó hasta su habitación.
-La cabina está insonorizada, le aconsejamos que cierren con llave para evitar que otros clientes lo molesten. Y si desean alguna bebida, pueden tomar lo que quieran de la heladera mini que encontrarán dentro, pero a la salida deberán pagar lo que consumieron. Entonces los dejo solos y espero que disfruten de la habitación. - dijo el dueño mientras volvía al mostrador.
Habían pasado varias horas desde que habían conseguido entrar al casino, Pran sentía que algo extraño pasaba con su nuevo amigo que habían conocido, no se despegaba ningún momento de ellos e intentaba enseñarles como hacer las apuestas o a dónde debían ir.
-No quiero pasar mi última noche de soltero siendo arrastrado por todas partes por un desconocido. - se había quejado Pran cuando se había quedado un momento a solas con Wai.
-Vamos, no te preocupes por él, solo vamos a pasárnoslo bien. - le dijo Wai intentando que no se estresara.
-Pero ese omega...
-Solo ignoralo. Ya se cansará de nosotros y se irá.
Pran realmente esperaba que eso sucediera, pero el tiempo pasaba y ese tal Malee solo los había presentado ante un grupo de omegas y alfas diciendo que eran sus amigos, mientras Wai solo se entusiasmaba cada vez que ganaba apostando en la ruleta.
-Venga Wai. Invitamos a algo. Al fin y al cabo nosotros te estamos apoyando en esto. - le decían cada cierto tiempo o incluso les llegaban a pedir algunas fichas para poder apostar ellos mismos.
-Wai vámonos por favor. - le pidió Pran al no poder sentir la diversión al jugar a cualquier juego debido a la presión que sentía de aquel grupo.
-Pero no se pueden ir tan pronto. Wai aún no probaste apostar en el Poquer. - le dijo Malee.
-Pero yo no sé jugar a eso. - dijo Wai.
-Oh no te preocupes, acompañanos y mira cómo juega mi amigo. Puedes darle algunas fichas y él te va a ir mostrando.
-No sé. - dijo no muy convencido Wai.
-Wai. Tenemos que irnos. - dijo Pran.
-Vamos Wai, hoy estás de celebración, no puedes irte sin probar esto.
-Por favor Pran, solo deja que lo intente una vez y nos iremos, si? - pidió Wai.
-Solo una vez. - dijo firme Pran.
Pat estaba gritando a todo pulmón, nunca se había dejado llevar tanto como en aquel momento. Mientras que Korn intentaba mantenerse despierto, esperando su turno para entrar en el momento adecuado, pero el sueño le estaba ganando haciéndolo cabecear de cuando en cuando.
-Si no puedes seguirme el ritmo solo dilo. - dijo feliz Pat.
-Dameee esoo... Yo puedo... - dijo Korn quitándole de un manotazo el micrófono de las manos de Pat, aunque él ya tenía su micro en la otra mano. No se dejaría vencer en esa guerra de karaoke.
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Motel de citas
RomanceEn un mundo donde el dinero manda, y los omegas son comercializados como esclavos para el uso y disfrute de los alfas de clase alta, un joven alfa conocerá a su pareja destinada pero su pareja es un omega marcado por uno de los mafiosos más temido y...