Era sorprendente.
Era como tener un stalker que publica un libro de todo lo que haces cada segundo con intenciones de hundirte, era atemorizante, ahora sentía como si alguien me mirara detrás cada segundo.
—Éclat —Lo llamé cuando él dejó caer aquel libro.
—¿Por qué estamos en un libro, Olivia? — preguntó para cuando volvió a tomar aquella obra y continuaba mirando el contenido del mismo aún incrédulo.
Yo...no tenía ni una idea, mierda.
Per lo peor de todo era que ni siquiera en esa obra nosotros éramos los protagonistas, todo lo escrito se había cumplido a tal punto que asustaba demasiado, la respiración se dificultaba, eran únicamente hojas, pero para nosotros el significado era aún mayor, nuestras vidas se hallaban ahí y la forma en cómo éramos descritos en la manera más cruel y despiadada, era como si no tuviéramos vida propia.
Lo demás pasó a segundo plano, sin decir palabra alguna decidimos sentarnos en una de las mesas de la biblioteca, continuamos leyendo hasta el final, sin importar las horas que transcurrieron, había un problema, uno gigante.
Las acciones que hice en ese libro ya las había hecho, pero gran parte de aquellas sucedía cuando perdía consciencia sobre mí misma y para cuando abría los ojos ya estaba molestando a la chica nueva, me desconocía. Admito que a veces tenía ganas de golpearla a ella y todos por la forma en la que era tratada, el abuso no era ninguna broma.
—Olivia — me llamó cuando llegamos a la hoja final —, creo que estaría bien ser escépticos por esta vez.
Yo asentí, esto podría ser una broma, no obstante, tenía algunos detalles aterradores que únicamente yo sabía o mi padre.
—¡Pero esta cosa dice incluso que llegué a obligarte a que practicaras junto a mí por celos de la chica nueva! — me hallaba exaltada y muy enojada. —Es una estupidez, cada acción que he hecho en este libro lo toma como si fuera el peor monstruo, en esto yo soy la maldita antagonista principal.
Él respiró y acercó su mano hacia mi cabello y lo movió un tanto dejándolo desperdiciado.
—En ese libro no hay nada como lo que estoy haciendo ¿Verdad? — sonrió —, tampoco nada de tú maquillaje, sólo dice que tenías un estilo que era popular y llamaba la atención.
El libro representaba una verdad, sí, pero esa era de una única perspectiva, no demostraban todos los pedazos del pastel.
—Toman mis disculpas como algo irónico y sarcástico — me refería a la vez en la que realmente me disculpe con Bárbara.
—Yo soy el amigo que al final atormenta a Bárbara porque no correspondió sus sentimientos — frunció el ceño. —Lo que hay ahí — señaló el libro —, no nos representa, no somos nosotros y lo sabemos, Olivia.
Tomé aire.
Conté hasta tres dentro de mí mente.
Nos llevaríamos el libro, la señorita de la biblioteca había dicho que podríamos tomar cualquier libro siempre y cuando llenáramos el afiche de la biblioteca especificando cuánto tiempo lo vamos a necesitar.
—¿Vamos a llevarlo? —Preguntó él al mirar mi expresión, a lo que yo asentí y caminé para llenar el afiche y dejarlo en el escritorio de la señorita, mientras aquella ordenaba algunos libros, luego me despedí.
Salimos de aquel lugar con un sabor amargo, nadie dijo nada o incluso soltó palabra alguna hasta que ya unos metros lejos nos encontramos con Bárbara, era molestada por nada y menos que Travis. Éclat me miró mientras apretaba sus puños, no lo entendía hasta que recordé lo que leímos de esa "obra literaria".
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NO somos los protagonistas
Romance¿Han escuchado hablar de la típica villana de las historias cliché? Sí, la mejor amiga del protagonista masculino. Sí, la chica popular con cuerpo de "Afrodita". La que persigue a su mejor amigo sin cansancio. Pues a eso me asemejaba y creía que yo...