Capítulo 15

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 15:

Cuando cayó sobre él, la lluvia comenzó a caer con fuerza y los estremecedores truenos que sonaron en el cielo hizo que todos corrieran despavoridos buscando un lugar donde refugiarse. La tomó en brazos y corrió rápidamente hasta llegar a la entrada de la facultad.

- Rápido, mejor será que la saquemos de aquí.- Dijo presurosa Sango cuando llegó a su lado corriendo, junto con Miroku.-

- Traje mi auto, lo dejé junto a tu moto Inuyasha.- Acotó Miroku mientras se adelantaba y señalaba el pequeño y modesto vehículo que se encontraba estacionado junto a la motocicleta. Inuyasha abrió la puerta trasera y se sentó llevando a Kagome aún en sus brazos, sin sentido. Sango y Miroku al volante iban adelante.

- ¿La llevamos a su casa?- Preguntó Miroku mirando a Inuyasha por el espejo retrovisor. El chico de ojos dorados contemplaba angustiado los morados labios de su amada.

- Creo que... no sería prudente... - Respondió un poco nervioso. El camino hacia el departamento de Inuyasha resultaba, en condiciones normales, un viaje realmente rápido. Sin embargo, y debido al temporal que se había desatado, llegaron a duras penas no sin antes esquivar un par de autobuses y librarse de un seguro choque. Descendieron del vehículo y entraron al departamento.

- Kagome... Kagome... - Dijo mientras la depositaba en el sillón y le daba pequeños golpecitos en las pálidas mejillas. Miró angustiado y con el rostro contraído a sus amigos que lo observaban expectantes. Sango se aproximó decididamente hasta Kagome y miró a Inuyasha.

- ¿Tienes alcohol?

- Sí... claro...

- Entonces tráelo.

Caminó presuroso y hasta tropezó con la alfombra del baño para sacar del botiquín una botella con alcohol.

Sango abrió el envase y se lo llevó hasta las narices de Kagome, que luego de unos angustiantes segundos arrugó la nariz y ladeó la cabeza junto con unos pequeños quejidos que se escaparon de su boca.

- Kagome.- Dijo Inuyasha agachándose hasta ella mientras le tomaba la cabeza con ambas manos. El pelo de la chica destilaba aún abundante agua y las ropas de todos se encontraban empapadas, pero nadie parecía preocuparse por ellos mismos. Allá afuera la tormenta era total.

Comenzó a abrir los ojos y se vio de pronto con la penetrante mirada dorada de Inuyasha.

- Kagome.

Ella intentó hablar, estaba aún desorientada. Sus labios comenzaron a temblar de frío. Estaba empapada.

- Creo que le ha bajado mucho la presión- Dijo Sango, aprovechando sus conocimientos de medicina básica.- La lluvia y el desmayo la dejaron así.

- Hay que hacer algo.- Dijo Inuyasha mientras mantenía ambas manos en el rostro de la chica para que su cabeza, que tambaleaba, se concentrara en un punto.

- Llevémosla al baño- Dijo Sango.

Inuyasha la cargó sin vacilar y la dejó sentada al lado de la tina.

- ¿Y ahora?- Preguntó aún nervioso.

- Kagome... Kagome... ¿me escuchas?- Preguntó Sango a la somnolienta chica. Ella abrió más los ojos y la miró atentamente.- ¿tienes frío?

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