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23. Sentirse suficiente

El silencio entre ellos era bastante incómodo, más que nada porque Seungmin caminaba a paso rápido haciendo como si Chan no estuviera a su lado.

—¿Hablamos entonces en tu casa?— preguntó Chan sin darse por vencido.

—Te he dicho que están mis padres y no podemos...

—Hace tiempo que no veo a tu madre, así de paso podría saludarla...

—¿Te crees con el derecho de aparecer en la vida de los demás así como si nada?— le preguntó irritado Seungmin, deteniendo su andar.

Chan se mantuvo callado, dejando a Seungmin desahogarse.

—¿Te crees que se me ha olvidado lo que pasó la última vez que estuviste en mi casa, justo antes de irte a la universidad?— preguntó Seungmin con voz dura—. Pues no, porque a diferencia de ti, no huyo, Chan. Llevo aguantando esa indiferencia tuya desde ese entonces y odio esa sensación, la odio. De verdad que lo hago.

Chan seguía callado, hasta que se acercó un poco para quitarle la mochila de los hombros y colgársela él mismo, sin importarle las quejas de Seungmin.

—Creo que lo mejor será que vayamos a alguna cafetería, invito yo— sugirió Chan con voz neutra, pero su mirada estaba en el suelo. 

Seungmin al final dejó de replicar resignándose a aceptar, aunque en verdad solo quería irse y encerrarse en su habitación para sufrir en soledad por su corazón roto, pero no entiende por qué su cuerpo empezó a caminar detrás de Chan.
Se odiaba por siempre acabar haciéndole caso.

Pocos minutos después, acabaron sentándose en una cafetería a un par de calles de la casa de Seungmin, pidiendo ambos un capuchino con hielo. No querían nada más, sólo hablar de una vez. Se mantuvieron en silencio todo el tiempo desde que llegaron, siendo envueltos por el sonido mezclado de todas las personas de su alrededor hablando o riendo, hasta que sus cafés en vasos de cristal fueron colocados en su mesa.

Los dos movieron sus pajitas de metal para mezclar el café con la leche, escuchándose el sonido de los cubitos de hielo chocar constantemente. Ese sonido era lo único que se escuchaba entre ellos.

—Perdona, por no haber estado para ti estos días— empezó a hablar Chan, lo cual sorprendió a Seungmin.

—Eso es lo de menos entre todo, ¿sabes?— le preguntó de manera irónica Seungmin, dándole un sorbo a la bebida.

Chan apartó la vista un instante para el escaparate de cristal, observando a las personas pasar.
Tal y como pasó el tiempo entre ellos.

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