El nuevo gobernante

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Luego del anuncio el quinto Hokage le pidió a Hiruzen conseguir un espacio amplio para acoger a sus soldados y bajo a decirles  que descansaran porque necesitaría que patrullen en la noche. 

Al terminar de hablar con ellos, se despidió de Konan y Kakashi que seguían en el patio y los vio irse. Una lágrima se le escapo al ver partir a sus dos mejores amigos y compañeros.

Al quedar sólo parado afuera de la torre del Hokage, con su sombrero rojo y su túnica negra, ya investido oficialmente como el quinto no pudo evitar pensar en Rin. No pudo evitar extrañarla con todas sus fuerzas. Obito Uchiha habría dado cualquier cosa por compartir ese día con ella.

Pero no tenía tiempo para el dolor, ahora él era el Hokage y debía cuidar de la aldea. Subió a la misma oficina donde habían estado reunidos antes y estaban los dos ancianos en uno de los sillones de tres piezas y Hiruzen y Fugaku cada uno en un sillón individual.

Tuvieron una reunión que duro cuatro horas. Pensaron, debatieron y conversaron como mejorar la relación de los Uchiha con Konoha y al final de la reunión ya tenían algunas primeras conclusiones. Fugaku se encargaría semanalmente de invitar al Hokage a una reunión con el clan para que pudieran plantearle sus preocupaciones y molestias y el Hokage por su parte se comprometió a terminar inmediatamente con el aislamiento en el que vivían los Uchiha y con cualquier otra discriminación negativa que sufrieran. 

Al decidir terminar con el aislamiento, a Obito le dio un poco de risa pensar en que durante ese día de locos no se había parado a pensar donde viviría él. Que despistado era. Aunque para la primera noche no había problema, se propuso tener resuelto ese problema para el día siguiente, aunque pensó que seguramente usaría la vieja casa de Kakashi, a él no le molestaría.

En la reunión también quedaron de acuerdo en formar una fuerza de defensa mixta para evitar cualquier movimiento extraño de Danzō y Obito les anunció que durante la noche sus hombres patrullarían la ciudad de forma de evitar que cualquiera rompiera los acuerdos. Todos estuvieron de acuerdo y la reunión estaba finalizando cuando Hiruzen hizo una pregunta importante.

- Quinto, aún no has designado al jefe de ANBU.

- Eso es verdad -dijo Obito-. Es Asuma Sarutobi. Escribiré una carta notificándole a primera hora mañana.

Sus consejeros reaccionaron con sorpresa pero Obito no se detuvo a mirar sus expresiones, él sabía que tomaba la decisión correcta al elegir a un hombre fuerte, noble y confiable. Dicho eso termino la reunión y Fugaku y Obito caminaron juntos a las dependencias Uchiha. Mientras caminaban Fugaku habló.

- Es mi hijo.

- ¿Quién?

- El Uchiha que había aceptado aniquilar al clan.

Eso impactó a Obito, ya le parecía extraño que un Uchiha estuviese dispuesto a traicionar al clan, pero que fuera el hijo del líder era todavía más increíble.

- ¿Qué piensas hacer?

- No lo sé. La verdad no se me da muy bien ser padre.

- Lo siento.

- Gracias.

- Si no te molesta que me meta -dijo Obito-. Deberías hablar con él. Eres un buen hombre, Fugaku, y hoy fuiste clave en conseguir la paz, seguramente tú hijo también es una buena persona. Habrá tenido sus razones -hizo una pausa-. Las guerras son horribles.

- Si lo son.

Llegaron a la villa Uchiha y se reunieron en una de las guaridas del clan. Ahí el nuevo Hokage les contó de sus planes y escucho las preocupaciones de los Uchiha, que  estaban felices de finalmente ver a uno del clan como Hokage y aliviados de no tener que declarar una guerra sangrienta. Cuando terminaron la reunión ya era de noche y aunque Fugaku invitó a Obito a comer con él, a este le pareció de mala educación ir a su casa si Fugaku tenía problemas con su hijo así que decidió declinar la invitación.

En esa noche despejada, Obito fue a un restaurant a comer y salió cerca de las 10. Al salir, camino al lugar donde pensaba pasar la noche, era un lugar donde había estado mil veces, un lugar al que le costaría llegar, pero donde sabía tenía que ir.

Al llegar toco la puerta y al cabo de unos minutos le abrieron del otro lado. Un niño rubio de polera naranja apareció frente a él.

- ¿Está tú mamá? -preguntó Obito-.

- ¿Quién eres? 

- Un viejo amigo, dile que Obito Uchiha está en la puerta.

- Bueno -dijo  el niño-. Mi nombre es Naruto Uzumaki.

Obito sonrío.

- Lo sé

Obito regresa a casa / Los viajes de Itachi UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora