Capitulo 1

51 0 0
                                    

-Esta vez vas a quedarte para una fiesta de pijamas? -Pregunta Kevin regando un camino de besos por mi cuello y espalda mientras juega con el aro de mi ombligo
-5 minutos más.- Le contesto con voz pastosa mientras me envuelvo mas entre las sábanas, su apartamento es pequeño pero confortable. Estoy hibernando mas vale que nadie me interrumpa o no seré agradable. Me acurruco mas cerca de él.

-Dijiste que te despertara a las 4:30 cierto? Pues son alrededor de las 6 pequeña...

Me incorporo violentamente. Casi rompiendo mi cuello.

-Ouch. - Masajeo la zona para reparar el daño. El muy tonto ríe por lo que le lanzó la almohada en la cara.
Ahora es su turno de quejarse.

-Estas jodidamente bromeando? Oh Dios mío ella va a matarme, esta vez si va a hacerlo... porque no me levantaste?! Se supone que esta noche es importante. Oh Dios.

-Te desperté pero al parecer estabas pegada en mi cama con pegamento, ni siquiera intentes culparme.- Dice levantando sus manos y puedo escuchar la sonrisa en su voz. Tiene razón, cuando estoy durmiendo puedo ser bastante imposible.

-No es gracioso- le digo con molestia. Escucho su risa a mis espaldas.

-No hagas pucheros Lola.

Le saco la lengua. Entro en mi vestido a toda velocidad y me agacho para recoger mis stilettos del suelo. No los encuentro por ningún lado. Porque cuando estoy retrasada siempre se esconden? Cuando termino de subir mi cremallera noto algo extraño.

-Sabes, creo que acabas de arruinar mi vestido. De nuevo. -No puedo evitar reír mientras veo como hilos sueltos cuelgan del costado de mi vestido.
Me meto abajo de la cama para sacar mis zapatos perdidos y golpeo mi cabeza al salir.

-Ouch.- Vuelvo a decir sobándome la cabeza y el ríe nuevamente, ganándose un segundo ataque de almohada.

-Hey eso tampoco es culpa mia.- Lo fulmino con la mirada. Levanta las manos. -Me refiero a tu vestido arruinado. Quiero decir el tipo que lo hizo debió haber sabido mejor.- Contesta satisfecho consigo mismo. Y una sonrisa se asoma en sus labios.

-Estas sugiriendo que Balmain no sabe lo que hace?- Contesto riendo y acomodando mi cabello en el espejo. O al menos intentandolo.

-Lo que estoy diciendo es que si ese tipo Balblablabla realmente gustara de sus vestidos entonces no los haría tan jodidamente pequeños y ajustados. Solo soy un hombre. El los hizo para ser arrancados con violencia.- Se encoge de hombros y se acerca por mi espalda mientras empieza a apretarme contra su cuerpo. Masajea mis hombros desnudos y cierro los ojos pero me aparto.

-El peor razonamiento del mundo.- Le contesto sonriendo. El solo me mira con una sonrisa que muestra sus intenciones. Suspiro.

-Tengo que llegar a casa no empieces algo que no vas a poder terminar... -Le digo coqueta, rozo sus labios con los mías apenas. Me alejo y me dirijo hacia la puerta.

-Quieres que te lleve?

-No, esta bien puedo tomar un taxi.- Le soplo un beso y corro por el pasillo. Me detengo en la puerta y volteo para descubrir que esta mirándome desde el pasillo.

-Te veo mañana? -Cuestiono esperanzada.

-Te llamaré esta bien? Tengo cosas que hacer. -Dice vagamente. Asiento con un nudo en el estómago y volteo para que no descubra la decepción en mi rostro. bajo las escaleras.

Eso es lo que pasa cuando acuerdas no tener una relación seria. No se porque acepté una en primer lugar. He salido con Kevin durante alrededor de un mes y el siempre tiene "cosas que hacer" mientras que el es todo lo que yo "tengo que hacer". Al menos por decisión mía. Debí saberlo mejor quiero decir, lo conocí en un bar y coqueteó duramente conmigo a pesar de haber llegado con otra chica al club. Intente resistirme pero el es realmente caliente. Solo soy una mujer.

Suspiro, no tengo tiempo para preocuparme por Kevin ni para reflexionar mis malas decisiones, en casa me espera el pelotón de fusilamiento.

cuando llego al edificio de Isabel mi cabello se convirtió en un nido de ratas por que las ventanillas del taxi estaban atascadas en el medio. nunca he sido de las chicas a las que el viento en el auto las hace lucir coquetas y frescas. Mas bien como que mi gruesa cabellera castaña cobra vida y toma venganza.

Saludo al guardia del edificio que me mira extrañado por el aspecto que llevo. Mi vestido esta bastante roto y mi cabello luce salvaje. Además correr en tacones tiene su precio, mis pies me matan y voy cojeando un poco. Me apresuro al elevador. Apenas pongo un pie dentro de casa soy emboscada.

-Señorita Grimm? Pero que le ha sucedido?! ha sido atacada mi niña?! Debo notificar a alguien?

-Fui atacada - Abre los ojos como platos.

-Por una bestia... -Su cara se arruga en preocupación -...llamada Kevin, es bastante sexy de hecho. . - Le contesto meneando las cejas a Sidney, el ama de llaves que también es mi amiga.
Inmediatamente me frunce el ceño. Me encanta hacerle bromas sexuales porque su cara se pone roja de la vergüenza y empieza a hablar tan rápido que se traba en las palabras y apenas la entiendes. Es un poco lindo.

-Pero que niña es usted. Va a terminar como mi hermana Cecily! Ya le he hablado de sus cuatro hijos? Pues déjeme decirle que no es nada agradable tener que dormir en la lavandería con la esperanza de que esas pequeñas bestias no le encuentren. No señor.

-Voy a decirle a su madre que le compre un gato. No no, usted no se puede cuidar ni a sí misma. El gato no merece eso...

-Ey- le respondo con fingida molestía.

-Deberíamos empezar por un pez. -Continua hablando para si misma y yo decido subir a mi habitación riendo no sin antes encontrarme con una escena poco favorecedora.

Ahí en el salón, se encuentran sentados alrededor de la mesa varias personas que me miran con los ojos un poco desorbitados. Entiendo el porque. Quiero decir... Desperté no hace mucho, tengo permitido lucir un poco espantosa. Creo.

Que empiece el show.

Les doy mi mejor sonrisa y me acerco a paso lento a la mesa en la que todos están a medio comer. Veo a Isabel ponerse completamente roja y una sensación de satisfacción me atraviesa.

-Dolores que estas haciendo? -Pregunta Isabel. Puedo escuchar el filo en su voz. La furia apenas contenida disfrazada con una sonrisa tensa. Sonrío con mas fuerza.

-Oh hola. Siento tanto el retraso. Estaba en casa de Kevin ya sabes, me quedé dormida en su apartamento, ambos estábamos agotados luego de tanto... bueno ya puedes imaginártelo. Soy Lola por cierto- Digo a nadie en particular. Me río tontamente y guiño hacia el señor Davis quien me mira muy avergonzado y escucho un par de gritos ahogados indignados, parpadeo con inocencia y finjo no notar la mirada furiosa de Isabel. Veo de reojo que la señora O'Donnel me mira con desaprobación e igual o quizá más furiosa que Isabel. Sofoco una risa. Casi odio a esa mujer mas que a Isabel. Casi.

Eso Isabel, entiende de una vez por todas que cada segundo entre tu y yo, es una pelea.

Me siento triunfante cuando escucho el silencio incomodo que siguió a mis comentarios. Podría cortar la tensión con un cuchillo. Punto para mí.

Mi sonrisa se borra al instante en que escucho una voz ronca, desconocida, que a diferencia del resto, suena divertida por la situación.

Me giro en esa dirección.

-Madre no me habías dicho que mi prometida ya tenía un novio.

Joder.

Pensé que el llegaría mas tarde.

Aaron O'Donell.

Mi pesadilla personal convertida en realidad.
Aunque debí saber que se vería más como un sueño.
Bueno podría haber sido un viejo verde, así que supongo que no será tan malo.

Mi futuro prometido, esta justo frente a mí y es un completo bombonazo.

Lo miro con la boca un poco abierta quiero decir esta buenísimo. Como celestial.

Y estoy atascada con el por dos años.

Oh bueno mierda.

LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora