Para suerte de Shun, Kikki lo encontró en el momento en que atacaba a Sorrento, aunque eso no explicaba por qué estaba desnudo.
-Shun, has derrotado a Sorrento –dijo Kikki viendo al guerrero totalmente noqueado sobre el suelo -¿Ahora qué haremos?
-Pásame una de esas armas Kikki, tengo que romper el pilar para que mi hermano pueda ver cuánto he crecido, tal vez así le resulte más atractivo.
Kikki no entendía muy bien pero obedeció.
En el templo de Poseidón la furia de Seiya había estallado al escuchar a Saori decir que no les pagaría. Se había decidido a atacar a Poseidón y robar lo que pudiera revender para así hacerse de dinero. Se escuchó el retumbar del suelo por la destrucción del pilar de Sorrento.
Seiya estaba enfurecido, se arrojó con toda su fuerza sobre Julián, lo golpeaba con sus puños y tomaba los juguetes y otros artilugios que el "dios" había sacado para jugar con ellos.
-¿Qué demonios estás haciendo?- cuestionaba Julián devolviéndole las agresiones
En el pilar del atlántico norte la molestia de Poseidón era percibida por el gran dragón marino. Si esto seguía así lo irritarían al punto en que destruiría el mundo. Kanon debía hacer algo para salvar a la humanidad.
-Debo detenerlos –exclamó temeroso de que algún idiota intentara destruir su pilar en su ausencia. ¿Qué debía hacer?...
Un adolorido Shun se encaminaba al templo de Poseidón albergando la esperanza de que sus compañeros ya hubieran liberado a Athena. Para su sopresa, Shiryu y Hyoga yacían desnudos y sangrando por sus rectos mientras un enfurecido Seiya arrojaba objetos a Poseidón gritando que exigía su pago.
Vió a Hyoga agotado, sudoroso y sangrando. Una banda de peluche decoraba su cabeza. Ardió en furia.
-¡Cómo te atreves a tomar a Hyoga!... ¡Hyoga es mío!
Poseidón sintió miedo, la mirada enfurecida de Shun le parecía peligrosa. No había nada peor que la furia de un caballero en celo.
Shun tomó uno de los artilugios del suelo con la forma de una cuña y se arrojó decidido a clavar dicho objeto en la frente de un Julián atemorizado. La mirada atónita de sus compañeros se clavó en el violento Andrómeda que lo había conseguido. Julián había quedado paralizado y sangraba de su frente.
-¡Saori tiene nuestro dinero!- gritó Seiya
-¡Vamos!- se le unió Shun emprendiendo una carrera en la que Hyoga y Shiryu se les unieron, una vez más un camino lleno de escaleras.
Kanon corría a toda velocidad tratando de evitar que Poseidón se enfureciera y destruyera el planeta. Esos caballeros la habían liado. Escuchó su pilar caer y lo supo, algún cobarde había esperado a que él no estuviera para poder destruirlo; no había más remedio, lo más importante era salvar el mundo.
Los caballeros de bronce disparaban sus poderes al sustento principal buscando destruirlo, los idiotas no se habían percatado que la puerta estaba justo en la parte posterior del sustento y que Julián ocultaba la llave bajo el tapete de la entrada.
Para mala fortuna de todos, Shun no había acabado con Julián. Solamente lo había desconcentrado y ahora estaba más furioso que nunca.
-Deberíamos intentar con otra cosa- dijo Hyoga cansado de arrojar su "ejecución de aurora".
-Sí, ¿por qué no te pones la armadura de tu maestro e intentas imitar sus poderes? –sugirió Shun al caballero dragón
-¡Imposible! Si mi maestro se entera de esto va a matarme –se justificó Shiryu.
-¡A la mierda estoy harto!- estalló el pegaso –, tú vas a hacer lo que Shun te dijo y vamos a tratar de derribar esto ahora, ¿me entiendes?... no voy a seguir esperando a que Saori quiera pagarme. Me voy a cobrar a lo chino si es que ya está flotando allá adentro- Seiya estaba lleno de ira, comenzaba a percatarse de que el tema de los pagos era un cuento que le decían para tenerlo trabajando. Shiryu pensó que sería mejor no explicarle lo del "planeta de los dulces"
-De acuerdo-dijo el dragón-, pásame la caja Kikki- se veía autoritario, parecía un verdadero guerrero ahora.
Mientras el dragón se colocaba la armadura en su bronceado cuerpo, los pasos enfurecidos de Julián ascendían por la escalera.
-Apresúrate Shiryu, ahí viene ese hombre- dijo Shun preocupado.
-Si no te apresuras tendremos que encontrar la forma para entretenerlo- dijo Hyoga con manos sudorosas
-¡Ya voy!- declaró el chino.
Shiryu comenzó a arrojar las armas de libra contra el sustento principal sin tener éxito, Seiya insistía con sus "meteoros de pegaso" esperando que ayudaran a Shiryu en esta labor.
Hyoga lo vio venir, Julián se veía furioso. A decir verdad no sentía la fuerza para desafiarlo; sabía que tenía que hacer algo para ganar tiempo y entonces tomó la oportunidad. Se acercó a Shun por la espalda y comenzó a masturbarlo.
-Hyoga, ¿ahora?- se quejó el peliverde sintiendo la excitación
-Nunca es un mal momento, ¿cierto?, además, si ese hombre en verdad es un dios, podría no haber otra oportunidad- dijo antes de besar los labios de Shun, quien se entregó a la pasión de Hyoga.
El rubio masajeaba con frenesí el miembro del peliverde que se retorcía entre sus brazos. Debía excitarlo a la brevedad posible si quería ejecutar su macabro plan.
-Oh Hyoga- exclamaba Andrómeda sintiendo incrementar el calor de su cuerpo.
-Te gusta, ¿no es cierto?... a que quieres más- buscaba provocarlo.
El peliverde gemía de placer perdiendo la noción del tiempo, su erección se hizo evidente una vez que el ruso introdujo sus dedos en su recto.
-Con los dedos no- se quejó.
Los gritos enardecidos de Julián se hicieron presentes.
-Los mataré, los mataré a todos-gritó con furia aproximándose al sustento principal.
-Pero antes, mi dios Poseidón- lo enfrentó Hyoga mostrándole la excitación de Shun.
-¿Hyoga?- el peliverde estaba confundido.
-¿Por qué no disfrutar de Adrómeda? Él está listo- declaró Hyoga ofreciendo el cuerpo de su "amigo"
-¿Qué estás haciendo?- cuestionó Shun angustiado.
-Tú tranquilo- dijo el rubio-, me encanta verte coger –declaró arrojando al peliverde a los brazos de Julián
El señor Poseidón estaba molesto, pero viendo las circunstancias bien podría aprovechar la oportunidad. Después de todo no había forma de que estos tontos caballeros pudieran escapar de su ira. Ya habría tiempo de matarlos y además "a quién le dan pan que llore".
Hyoga se apresuró a alcanzar a Seiya y Shiryu, debían hacer algo para terminar con esto.
-¿Cómo van?- cuestionó al ver a Shiryu incorporarse tras haber sido golpeado con los chacos.
-¡Hyoga!, deberías estar aquí ayudándonos –se quejó Seiya.
-Estaba ocupado entreteniendo a Poseidón.
-¿Despertó?- quiso saber Shiryu
-No te preocupes, ahora mismo Shun está luchando con él- mintió.
El mundo estaba al borde de la destrucción, las inundaciones destruían todo a su alrededor. Kanon debía detener esta barbarie. El valiente dragón marino corría a toda velocidad, se encontró con el desastre de la cámara principal del señor Poseidón y supo que había habido una tremenda orgia en ese lugar. ¿Qué clase de dios era?
Aunque estaba cansado siguió corriendo cuesta arriba, sólo para encontrar a Julián violando salvajemente a Andrómeda quien se retorcía extrañamente de dolor y placer al tiempo que sangraba profusamente con las estocadas de Poseidón.
-¿Qué demonios?- no había tiempo para eso, debía sacar a Saori del sustento principal y recuperar la olla de Poseidón.
Vio a los tres guerreros arrojando objetos sin sentido contra el enorme muro. Seiya ya había comenzado a estrellar su cuerpo contra el sustento y se veía maltrecho.
-¡Idiotas!- exclamó Kanon caminando detrás del pilar-, la llave está justo aquí- dijo sacándola por debajo del tapete y arrojándola a las manos de Shiryu.
-¿Hay una puerta?- cuestionaron al unísono
-¡Por supuesto que hay una puerta! O ¿por dónde demonios creen que la metió?- el dragón marino estaba molesto ante tanta incompetencia.
Shiryu abrió la puerta provocando que la enorme cantidad de agua que se había almacenado saliese de forma violenta. Los caballeros fueron derribados por la corriente y el cuerpo flácido de Athena salió arrastrándose. Kanon ingresó apresuradamente para recuperar la olla. Parecía no estar por ningún lado.
Al exterior Seiya y Hyoga discutían por el tema del dinero. Mientras Shiryu intentaba despertar a Athena
-Sólo abofetéala- sugirió Seiya, harto de esperar.
Hyoga le tomó la palabra y propinó un fuerte golpe a la que llamara su diosa. Saori despertó furibunda.
-¿Qué demonios?- cuestionó ella
-Fue ese hombre Saori, ese hombre que se cree un dios más importante que Tú- Hyoga había movido bien sus cartas.
La tonta de Saori creyó el cuento y se aproximó a Julián para comenzar una nueva pelea. Ambos "dioses" se empujaban el uno al otro incendiando sus cosmos para demostrar quién era el más poderoso. Ambos habían olvidado por completo la destrucción de la tierra.
-¡La encontré!- celebró el dragón marino al hallar la olla en un viejo armario en el que Poseidón guardaba algunos juguetes.
Salió con premura para poner fin a este desastre. Ambos dioses derrumbaban los alrededores con la furia de sus cosmos. No había tiempo que perder.
Kanon incendió su poderoso cosmos y dijo:
-¡Poseidón! No es correcto que tu ambición destruya la vida inocente de la gente de la tierra. Devolveré tu alma al descanso eterno para que puedas reflexionar y regresar como un dios digno de los mares.
Siendo honestos Kanon tuvo la ventaja de enfrentarse a un Poseidón cansado y deshidratado por sus desviaciones sexuales. De no haber sido así posiblemente habría muerto al desafiar a un dios. Sin embargo, la suerte estuvo de su lado y pudo llevar el alma de Poseidón a la olla. Ahora Athena debía sellarla.
-¡Es tu turno Athena!
La pelilila selló la olla y los mares comenzaron a invadir todo, la aguas estaban regresando a las profundidades y con ello, los caballeros perdían la conciencia ¿habría sobrevivientes?
Como pueden ver, la verdadera historia es muy diferente de las calumnias mostradas por Toei animation.