Capítulo 06.- Este es el Dios al cual yo sirvo, Yatogami.

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Capitulo 06.-Este es el Dios al cual yo sirvo, Yatogami. 

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Miro por la gigantesca ventana que tenía el departamento. Con una gran sonrisa, comenzó a caminar por el hermoso lugar no pasando por alto ningún detalle. Hiyori daba vueltas por la vivienda, cual niña pequeña

—Es perfecto —susurró para ella misma mientras miraba asombrada los espacios vacíos imaginándose donde iría cada mueble que colocaría en aquel lugar. Sonrió, por fin ya sentía que estaba poniendo su vida un poco de orden después de toda la locura.

—Entonces, señorita Hiyori ¿Qué piensa de esta vivienda? ¿Es de su agrado? —habló la vendedora que estaba a un lado esperando a la compradora.

Hiyori paró de recorrer, a una lado, había un gran balcón, el cual, sin demoras, caminó hasta ahí. En el momento en que salió, el vendaval de invierno se hizo presente y la castaña respiro profundo apreciando aquella gélida brisa. Miró todo el paisaje que le daba aquel balcón, se podía apreciar perfectamente el hermoso parque donde siempre iba a estudiar, junto con la pequeña laguna y, más al fondo, la vista de los edificios de la ciudad. Era maravilloso. Junto con aquello, por alguna razón, estar cerca del parque la hacía sentir tranquila, protegida, tal vez, porque desde que conoció aquel chico de cabellos rubios se sentía mucho más tranquila y habían desaparecido en cierta parte aquel horrible vacío en su ser; aquel niño llegó a su vida y en muy poco tiempo ya era muy importante -aunque realmente fuera un espíritu-.

—¿Si es de mi agrado? —preguntó con una sonrisa —Me encanta, es perfecto. ¿Dónde debo de firmar?

La vendedora sonrió. —Tengo los papeles justo aquí. En el momento en que firma y ante el primer depositó, este departamento es oficialmente su vivienda.

Hiyori sin dudar se acercó a firmar. —Necesitó este departamento pronto. Ya tengo los muebles comprados, solo necesitan una dirección donde dejarlos. Así que, hoy mismo hago el primer depositó.

—Entonces hoy en la tarde o mañana puede tener las llaves. Yo estaré atenta a las ordenes que me de mi jefe. Al momento de hacer el deposito y que se procese en el sistema la llamaré para que pueda hoy mismo comenzar su proceso de mudanza.

La sonrisa de Hiyori no podía ser más grande. Por fin iba a poder tener su departamento, un lugar para ella. No negaba que le gustaba vivir en la casa de sus padres, pero, ya era demasiado mayor como para seguir en el nido. Además, después de hacer el examen y comenzar a trabajar necesitaría su espacio, su vivienda.

—Bueno, no voy a perder más el tiempo. Voy ahora hacer unas llamadas al banco y arreglar el asunto enseguida. — Hiyori se despidió de la vendedora y salió para poder conversar tranquila. Agradecía el hecho que el parque estaba al lado de su nuevo departamento.

Camino con calma al lugar y, luego de sentarse en la banca, comenzó a hacer la llamada para poder arreglar los pagos. Hiyori suspiró. Se sentía ahora una verdadera adulta arreglando todo aquello.

—¡Buenos días, Hiyori!

La joven saltó del susto ante aquel gritó a su espalda, su celular cayó y rápidamente ella lo tomó para seguir con la llamada.

—Lo siento, espéreme un segundo. ¡Yukine! Shhh.... Estoy en una llamada importante, espérame unos segundos. En el bolso te compré unos dulces, sácalos mientras yo conversó.

Yukine infló sus mejillas ante aquello ¿Acaso lo estaba tratando como un niño pequeño? ¡Diablos! ¡Él podría ser mucho mayor que ella, pero su problema es que se había quedado pequeño! —Tonta Hiyori —susurró mientras abría el bolso. Al ver lo que había en su interior hizo que todo su enojo se fuera ¡Había una bolsa de los caramelos que más le gustaban! Con felicidad sacó el paquete y comenzó a saborear aquella maravilla dulce mientras miraba a Hiyori conversar.

Joven Dios | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora