Capítulo 5
Gina
La mañana siguiente se me hizo eterna, hundida en los recuerdos de la noche anterior. No entendía bien que había pasado, como se había llegado a esa escena con Dante. No me caía bien, eso estaba claro. Es una persona arrogante, egoísta, egocéntrica y superficial. No podía sentirme atraída por alguien como él, es el típico chico de los que aconsejo alejarse a mis amigas.
Estoy segura que es de las personas que piensan en sí mismos y nada más, de los que harían perder la cabeza a cualquiera. Pero la verdad es que esa noche sentí algo por él, algo lo cual no logre reprimir, ¿Deseo? Si eso estaba claro, pero no lograba resolver en mi interior si simplemente era solo deseo o había algo más, algo más escondido detrás de las paredes de mi corazón...<imposible, apenas lo conoces> me contesto mi mente, apagando un poco el fuego en mi interior.
Puse un poco de música para acompañar una ducha caliente. Se sentía tan agradable el agua hirviendo, golpeando gota por gota en mi cuerpo. Necesitaba apartar mi mente de pensamientos que no aportaban en nada y solo me enredaban más la cabeza. Con un extremo de la toalla que envolvía mi cuerpo, limpie el espejo que tenía delante de mí, el cristal estaba completamente empañado por el vapor de la ducha. Me observe por unos segundos en mi propio reflejo, tenía unas ojeras evidentes por no dormir nada en toda la noche, los pensamientos me habían tenido de un lado a otro, sin poder pegar un solo ojo. Pero tenía que levantarme temprano, me tocaba relevar a mi madre en la cafetería y encargarme sola por el resto del día.
Me tomes unos minutos para arreglarme, en el último tiempo me había amigado con el hecho de arreglarme un poco más. No tenía conflictos con mi persona...<hablando del físico> no tenía grandes complejos, los normales supongo yo, algún granito cuando estaba muy estresada o en mis días, alguna marca en mi piel por haber bajado o subido de peso de una manera brusca o simplemente mis pecas. Tengo el recuerdo de estar en cuarto grado y escuchar las risas de mis compañeros burlándose de las pecas que resaltaban en mi nariz. Cuando tuve la edad suficiente como para usar maquillaje, pasaba gran parte del tiempo usando base en el rostro para ocultar mis pecas, pero pronto comprendí que eran parte de mí, lo serian siempre y la verdad que me agotaba estar preocupada por estar siempre perfecta y retocando el maquillaje todo el tiempo, así que aprendí a aceptarlas y con el tiempo las termine amando, me hacen sentir que son un detalle propio de mí, que me hace única en cierta manera aunque creo que todos lo somos. Al fin y al cabo es algo que no puedo evitar, por ejemplo...en invierno con el clima frió, mi piel tiende a quedar pálida, haciendo así resaltar aún más los detalles en ella.
Detalles...
En otro momento de mi vida le hubiera dicho imperfecciones, pero la realidad es que no lo son, son simples detalles que componen un todo.
No entiendo porque los malos recuerdos también se tienen que quedar en el alma, marcados, soy de las personas que creen que eso debería ser una opción, cada uno debería tener la libertad y el poder de elegir que recuerdo quiere tener en su memoria y cuáles no, las personas serían mucho más felices y más ellas, si fuera una opción solo quedarse con los recuerdos felices, esos que te llenan y te hacen sonreír involuntariamente.
Personas me contestarían que esos malos recuerdos te forman y te hacen mejor persona o más fuerte. Pero lo que te deja una enseñanza es el momento vivido, sea bueno o malo. Los recuerdos simplemente son recordatorios de esos momentos y la verdad que un mal recuerdo solo te genera un sabor amargo en la boca, una pequeña espinita en el alma que te lastima cada vez que tu mente se le da por viajar por esos lugares.
ESTÁS LEYENDO
La Chica de la Banca Roja
RomanceAmor, pasión, amistad, mentiras, engaños y mal entendidos. Gina De Luca, una chica dulce, alegre, reservada y decidida a cumplir sus sueños. Dante Occhiatto, el menor de tres hermanos, algo arrogante y seductor, el mejor estudiante y pitcher de su...