—¿Qué tal si me das tutoría? —propuso mientras sonreía sutilmente.

El mayor se detuvo un tanto sorprendido, el menor se dio cuenta y se detuvo mirando hacia él, dándose cuenta que sus dedos empezaban a rascar aquellos libros con insistencia, y no podía decir si era consiente, o inconscientemente que lo hacía.

—Realmente no tengo tiempo, y no es mi especialidad —miro hacia sus libros sintiéndose extrañamente nervioso, acomodó sus lentes mirándolo de nuevo—. Deberías buscar tutoría de alguno de tus compañeros —respondió y avanzo.

—No lo decía enserio, lao Xiao. Sé que no es tu materia —el menor miro la gran puerta de vidrio de la biblioteca, y la abrió para Xiao Zhan.

—Gracias.

Los dos hombres caminaron por los pasillos de la biblioteca para regresar los libros a sus respectivos estantes. El menor ayudaba a ubicar los que tenía en sus manos y el moreno se separó de él para ubicar los que traía.

Un par de minutos después vio como un libro aparecía frente a él, miro al moreno y lo recibió.

—"Cien sonetos de amor." —musito leyendo el título de la portada.

—Creo que este podría ser interesante para ti, podrás apreciar un poco más la poesía —hablo bajo debido al lugar en el que estaban.

No había muchos alumnos a esa hora, pero seguía habiendo dos o tres.

El rubio alzo la mirada para encontrar nuevamente a esos ojos oscuros que eran opacados por aquellos lentes. Realmente quería verlo sin ellos, no había deseado tanto ver las pupilas de unos ojos como lo era con él, por alguna razón podía ver que temblaban al observarlo, viajando por su rostro.

—¿Cómo sabes que me gustara, lao Xiao? —inquirió deslizando sus dedos por aquella portada de color pastel con letras negras y rojas, la silueta de una mano masculina y una femenina entrelazando sus dedos estirados de una forma sensual, como cuando apoyas las manos de tu amante sobre la colcha— ¿Acaso habla de sexo y romance? —el moreno desvió la mirada y aclaro su garganta.

—Bueno, la poesía de por sí ya es romántica. Los poemas de este libro son de un amor apasionado y feroz —aclaro mirándolo más seguro—. Solo es un concejo porque eres joven. Esas cosas gustan a tu edad.

—A tu edad, ¿No? —Xiao Zhan alzo la mirada obligándose a verlo directamente, podía sentir su mirada titubeante sobre él, mientras que esos ojos almendrados lo observaban fríos y sin vacilación. Xiao Zhan estaba empezando a sentirse ansioso y sus dedos parecían picar, moviéndolos y apretándolos en puños. Wang Yibo volvió a notarlo y decidió cambiar de tema recordando el acuerdo con su amigo—. Lao Xiao, ¿Ya almorzaste? Podríamos almorzar en el restaurante del este, Wenhan y Seungyoun ya deben de estar esperándome.

—No he almorzado, pero no puedo hacerlo con ustedes —respondió con calma. El repentino cambio del rubio lo había tranquilizado de alguna manera—. Te dije que no quiero que tu amigo mal interprete mis buenas intenciones con ustedes. Además, ya tengo un compromiso con otra persona.

—Parece que tuvieras miedo de mi amigo —continúo, ignorando el hecho de que ya estaba comprometido con alguien más.

—¿No entiendo por qué quieres ayudar tanto a tu amigo con esto?

—Porque es mi amigo... —respondió tranquilo. Y justo en ese momento una llamada entro al celular del moreno. Xiao Zhan le hizo una seña con la mano para responder cuando lo sintió vibrar en su bolsillo.

—Fei, lo siento. En unos minutos estoy allá —corto la llamada y guardo el teléfono en su bolsillo nuevamente.

El rubio trago saliva cuando descubrió que era con su hermana con la que tenía un compromiso previo. Realmente lo sacaba de casillas que su hermana estuviera involucrada con todo, que tratara de mostrarle al mayor algo que no era. Le fastidiaba lo hipócrita que era y que el hombre creyera en ella.

Calling your name. |YiZhan/ZhanYi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora