Aunque la idea de vivir metidos en la cama y follando cada vez que nos dan ganas es muy seductora, debemos salir de nuestra burbuja sexosa y volver al mundo real, ese en el cuál el Sr. Black es mi jefe y yo su asistente. La cena de clausura del congreso es unas cuantas horas y aún no tengo un vestido acorde a la ocasión, por lo que, después de dormir apenas cuatro horas, nos preparamos para salir.
—¡Monty! —saluda Verónica Rube, acercándose hacia nosotros mientras cruzamos el lobby del hotel—, ayer no te vi en todo el día.
—Verónica —responde mi jefe, cordial, pero sin mostrar mayor emoción por la rubia que se le cuelga del cuello para besuquearlo—. Tuve algunos asuntos que tratar de mi empresa que me tomaron toda la tarde.
Sonrío.
Yo sé que asuntos le tomaron toda la tarde, parte de la noche, la madrugada y todavía al amanecer.
—Lo espero en el auto, señor —digo en voz baja, dentro de mi papel de asistente profesional, sin dejar ver lo que me caga la existencia que esa mujer esté de encimosa.
El jefe asiente y ella me da una mirada rápida y airosa. Salgo del hotel y abordo el vehículo que tiene rentado el Sr. Black, aprovecho el tiempo para revisar mi móvil, hace rato noté que tenía llamadas perdidas de nuevo. Inicio con Chema, que es quien me ha llamado más que los demás.
—¡Apareció la señorita! —exclama en voz alta y dramática—, estuve a punto de ir a la policía y decir que tu jefe te tenía secuestrada.
El realidad sí, me secuestró un día en la habitación.
—Eres un exagerado, Chema. —Me río—. He tenido mucho trabajo, el congreso es muy… absorbente de tiempo.
El congreso y el organizador.
—Hoy termina ¿Cierto? Entonces mañana regresas.
—Sí, esta noche es la clausura, mañana viajamos a Nueva York por la mañana.
—¿Quieres que vaya a buscarte al aeropuerto? Puedo hacer un esfuerzo y levantarme temprano.
Ir a buscarme.
No creo que sea una buena idea con el Sr. Posesivo. Tengo que agregar una P más a su apodo.
—No te preocupes por eso, aún no sé cuál será la orden de mi jefe y si me dará el día libre.
—Pero, se supone que termina tu contrato después del congreso.
—Sí, en teoría. Pero el sábado también debo trabajar, a menos que mi jefe se compadezca de mí y me lo de libre.
—Ese tipo es un tirano.
Me río tapando mi boca. Lo cierto es que sí es medio tirano, pero también es cierto que no quiero que me de el día libre, quiero que me haga trabajar, en su cama.
—Lo bueno es que ya el lunes te presentas en SGP.
Carraspeo. Aún no he decidido si me voy con Jayden o me quedo con mi jefecito precioso. En verdad no tengo nada que pensar, yo quiero estar con él, pero no sé que hacer con el tema de Jay y tampoco he pensado si voy a tolerar que él tenga que grabar.
Él no quiere que me vaya, me lo ha dicho muchas veces y con su declaración de la mañana, de querer follarme todos los días de su vida, hizo que mi corazón colapsara una vez más. Pero no quiero emocionarme demasiado con eso, pudo haber sido algo dicho por la descarga de hormonas sexosas después de un orgasmo.
Cuando me pida que no me vaya sin que estemos desnudos, follando o en una dicha post coital, tomaré sus palabras como reales, mientras no.
—Hablamos cuando llegue al departamento, ahora debo trabajar —invento para terminar la llamada, no quiero hablar de esto por ahora.
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LA ASISTENTE PERFECTA
Romance¿Cuál es el trabajo de tu sueños? ¿El qué te paga un sueldo con el que jamás habías soñado? ¿O en el qué tienes un jefe ardiente como el infierno? ¿Y si se juntan ambos en uno solo? ¿Qué estarías dispuesta a hacer para conservar el mejor trabajo del...