Me abrazo al sentir el frío de la nieve golpeando sin piedad sobre mi torso desnudo. No sé en qué momento he accedido a meterme en un jacuzzi en medio de la montaña, en Canadá, en pleno invierno. Puede que el golpe que me di con la mesa ayer me esté pasando factura.
Me rodea por detrás —despídete como es debido de esto.
Me levanta y me lleva al frente del jacuzzi, ver el vapor del agua caliente no me hace dudar. Me meto corriendo y siento el alivio instantáneo. Bendito calor.
—Se supone que estamos revisando las nuevas oficinas de Texas. ¿No crees que volver con una pulmonía nos delatará?
—Una semana más en casa... a solas.... ¿Qué le ves de malo?
Río —llevarte el ritmo.
Me mira de reojo mientras finjo indignación.
—Stefan, tengo agujetas en sitios donde no se pueden tener agujetas. ¿Me explico?
—Perfectamente.
Se aproxima a mi cuello y empieza a darme besos húmedos. Eso pasa antes de que agarre por traición mi pie y me hunda por completo.
Salgo furiosa en busca de venganza; sin embargo, se me pasa al ver su sonrisa. Esos malditos labios perfectos curvados me reclaman.
Sinceramente, besarlo es estar más cerca del cielo.
—¡Qué rápido dejas de quejarte! —me agarra por los muslos y me sienta sobre él de un solo impulso—. Elizabeth, ¿desde cuándo consigo dejarte sin ganas de discutir?
—Desde que te has vuelto un jodido ninfómano. Me has dejado sin ganas de nada.
Esa sonrisa de pervertido desaparece de su cara. Me toma por la nuca y apoya mi nariz sobre la suya, desliza su cara hacia arriba y va dejándome besos desde la nariz hasta la frente. Hundo mi cabeza entre el hueco de su mentón y sus clavículas para pegarme más a él.'
Y no, no ha sido el momento en el que estábamos haciéndolo cuando más cerca me sentía de él. Es ahora cuando me siento arropada, esa parte tierna es la que me ha enganchado. Quizá la parte sexy y sensual es la que me llamase la atención, pero me quedo porque le importo y lo demuestra.
Las yemas de sus dedos recorren mi columna vertebral, mientras no dejo de sentir su aliento sobre mi clavícula. Apoya la barbilla en mi hombro y suspira.
¿Sentirá él lo mismo que yo?
—Stefan... —lo llamo preocupada.
—Dime.
Agarro todos mis miedos y decido lanzarlos al vacío. Tengo que preguntárselo.
—¿Te gusto de verdad?
—¿Me estás haciendo esa pregunta? ¿Vas en serio? —se retira de mi piel y me mira a la cara.
—Sí.
—¿Quién te hizo sentir tan insegura?
En ese momento, me abraza por la cintura y acaricia mi espalda mientras besa mi hombro con cariño. Puedo asegurar que nunca había sentido tanta empatía como la que estoy sintiendo por su parte, es como si sus brazos no solo tocaran mi piel, como si traspasaran hacia el alma. Realmente, acabo de dejar que vea mi parte oscura, la que oculto tras trajes y tacones, ironía y palabras hirientes... Siento que nunca seré suficiente para nadie.
—Por supuesto que sí, jamás dudes de que yo te valoro —se acerca y deja sus labios sobre los míos de nuevo. Después, me mira a los ojos—. Te aseguro de que lo que menos me gusta de ti es tu cuerpo, si es en lo que estabas pensando.
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YO [#3] (COMPLETA) ✓ (Pronombres Que Terminan En Mi)
RomanceElizabeth Shepard, con todas sus letras y una fuerza cada vez mayor aparece pisando fuerte. Ha llegado su momento, solo suyo. Todo el mundo se pierde buscando a la media naranja, lo que no saben es que el verdadero destino se encuentra en algo intr...