Capítulo 9: La oscuridad recubre al Sanador

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Plaza principal, Centro de Buranikka, Reino Jioral.

-sueltame!!! (Kureha)

Grito la chica mientras aquel grupo de corpulentos hombres la sujetaban y le arrancaban la ropa todo a su alrededor estaba envuelto en llamas, a lo lejos podía escuchar los gritos de aquellos que estaban siendo incinerados en vida, esos hombres la golpeaban, le gritaban, la llamaban de las peores formas, escupían en ella y profanaban su cuerpo

Al principio los gritos de Kureha eran ensordecedores, llenos de dolor y desesperación Además de un miedo profundo, pero al pasar las horas su voz se fue apagando a la vez que su cuerpo era lacerado, hasta terminar siendo una masa de carne irreconocible sus brazos y piernas habían sido cercenados, su habían sido desollados el dolor era tan intenso que en un momento llego a ya ni siquiera sentirlo. No supo cuánto tiempo pasó, no sabía porque seguía viva, Deseaba simplemente que alguien aplastará su cabeza contra el suelo, justo como había visto a esos soldados hacerlo con personas inocentes que estaban a su alrededor, también Clamaba que alguien clavara una daga en su corazón, para descansar de aquella terrible agonía, Pero eso no ocurrió, en su lugar solo obtuvo más dolor, en su mente resonaba las palabras de Ellen, suplicaba porque todo fuera una infame pesadilla, pero en medio de toda esta tormenta de pensamientos Intento centrarse en el dolor físico porque estaba segura de que si no lo hacía el dolor mental de lo acontecido iba a quebrantar el último atice de cordura que le quedaba, no podía seguir debatiendo entre si la princesa Norn Realmente se había revelado ante el Héroe sanador y lo había traicionado poniéndose del lado del juego de Bullet, porque aún dudaba que aquel hombre del que ella solo había conocido su amabilidad a pesar de todas las barbaridades que se decían había cometido ( Aunque Ella siempre lo había pensado como habladurías simples y vulgares rumores para desprestigiarlo) eran ciertas.... sí pensaba en que Keyaruga Solo la había usado a ella y a las demás chicas para emplear una especie de plan macabro sin saber qué fin tenía se volvería loca, simplemente Kureha estaba posada entre la delgada línea que separaba la cordura de la demencia

¿Acaso podía confiar en lo que había escuchado? sería cierto aquello tan infame que ese soldado había dicho? ¿era cierto que el poderío del imperio Grantsbach había Sido desplegado por órdenes de la princesa Norn? Porque así era, al principio la chica de cabello blanco se había enfocado en escuchar las conversaciones ajenas que mantenían los soldados a su alrededor para no sucumbir ante la desgracia, para no dejarse caer ante el primer grupo de soldados que la violaron pero que al mismo tiempo que entraban y salían una y otra vez por cada abertura de su cuerpo hablaban de una guerra que se aproximaba, una espeluznante, amenazadora y horrible guerra que estaba por iniciar. Kureha no sabía cuántos habían sido los hombres que satisficieron con su cuerpo, sus más asquerosas fantasías, en ese día en el que Ranalita no podía comprarse más que con el mismo infierno.

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-Bullet, idiota, ¿Qué hiciste? mira cómo se ha quedado jajajaja (Norn)

Dijo la de cabello rosado soltando una carcajada, que solo ponía aún más en evidencia lo mucho que estaba divirtiéndose, no había pena, ni lastima u otra emoción más allá de la genuina gracia que le producía el ver aquel chico que yacía casi catatónico a sus pies, debido al impactante shock que aquellas imágenes, sensaciones y sentimientos le habían ocasionado.

-Mi pequeño, ¿qué ocurre? fue demasiado para ti? que no acaso ya estabas acostumbrado? o te has puesto así porque ha sido ella?... ja... ja...

Dijo el corpulento hombre tratando de no reír, pero le fue inútil porque soltó una carcajada

-Jajaja... perd... jajaja perdóname cariño, ¿sí? de verdad lo lamento mi amor, pero deberías haber visto tu rostro... eres encantador, pase lo que pasé siempre consigues hacer que simplemente solo pueda amarte más y más

La Caída Del HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora