𝐄 | Cuando Draco Malfoy fue clasificado en Ravenclaw, el mundo podría haberse derrumbado sobre sí mismo. Nadie habría asumido tal destino de cambio.
Rápidamente se convirtió en el forastero de Hogwarts. Sin compañía, iba a vengarse sin ayuda y cre...
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C l o v e - P a l v i l i o n
Bajo una mirada atenta, vibra la cautela de mi aura y puedo ver la vacilación y el pánico en sus ojos pálidos. Sobre todo sabiendo que su sonrisa no mueve mis cejas fruncidas.
"¿Puedo entrar?" Pregunta, acercándose de nuevo a la puerta, pero me quedo quieto.
Para evitar que camine e irrumpa, sólo consigue dar un paso.
"¿Por qué? Ni siquiera te conozco". Me encojo de hombros. Había algo raro en ella. No se sentía del todo bien.
Podía ver los cables que intentaban unirse en su mente. El tic-tac de su temporizador se mantenía a cero y me preocupaba que si no la hubiera dejado entrar, podría explotar.
En algunos casos, también me causó curiosidad.
La sonrisa de esta chica Jaz se ensancha, haciendo que mi desconcierto aumente.
Ella dice: "Soy amiga de Draco".
Si no hubiera ensanchado las cejas por la sorpresa, quizás me hubiera perdido en el hueco entre esos dientes. Sin embargo, la preocupación no hizo más que crecer.
Siendo realistas, debería rechazarla, apartar su rareza e ignorar ese prudente olor a miel y mermelada. Pero había algo en ella que necesitaba saber.
Sus intenciones, lo que quería de mí específicamente.
Porque Draco no tenía a nadie que considerara como amigo aparte de mí. Ni siquiera Luna. Claro que hablaban juntos, a duras penas, pero nunca pudo decir nada más de ella.
Entonces, ¿Quién era ella para tomar esa afirmación donde ni siquiera el propio Draco lo decía?
Tenía que averiguar más. Había preguntas que debían ser respondidas.
Todavía había un porcentaje de privacidad que quería retener. Así que en vez de eso, agarré mi varita de las mangas de mi bata y me quedé fuera, descalza.
"Oh..." Ella soltó una risita. Más bien resopla, con un ligero borde de perturbación entretejido en la exhalación. "Esperaba algo más privado".
Mis hombros se encogen de hombros, "No hay nadie aquí".
"No puedo garantizar eso..." Jaz frunce el ceño, a lo que espejo.
"Si querías hablar, puedes hacerlo aquí. No me hagas perder el tiempo Kaz". Es Jaz. Y la conoce muy bien. Pero jugar y frustrarla más ahora lo hace más divertido.
Jaz suspira, su mandíbula rodando un poco mientras la piel de su piel marrón claro se crispa. "Estoy aquí para hablar de Draco, en realidad".
La musa me hace cosquillas en el interior del estómago. "Ah sí, tu amigo". Digo, asintiendo siempre con sinceridad.
