Capítulo 4

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Si le hubieran dado a elegir entre quedarse en aquella casa de acogida o vivir en la calle, habría preferido vivir en la calle. Pero si le hubiesen dado a elegir entre quedarse en aquella casa de acogida o estar donde ahora estaba, habría elegido quedarse en la casa de acogida.

La vida no fue nada fácil para ella, y más después de que perdió a toda su familia en aquel accidente y tuvieran que llevarle a aquel lugar.

A pesar de solo llevar unas cuantas semanas en ese antro, sentía que ya su vida no tenía sentido. Sentía que le habían arrancado una parte de sí.

Pero, pese a todo no había perdido la esperanza, y más después de hablar con Natalia. Ella iba a ser la persona encargada de sacarla de ese lugar.

-Natalia - dijo llevándose el dedo a los labios. Su primer beso había sido con una persona que le gustaba, porque Natalia sí le gustaba.

Eso sí, se cuestionaba todavía su orientación sexual.

No pudo evitar sonreír al recordar aquellos efímeros besos que, sin saberlo, le devolvieron la vida. Vida que perdió en el accidente con toda su familia.

¿Cómo cambiaría su vida ahora que en ella entraba Natalia? ¿Le ayudaría desinteresadamente?... Entre otras, eran las preguntas más frecuentes en su cabeza. Pero ya tendría tiempo para pensar en ellas, lo primero era lo primero. Salir de ese lugar.

***

Natalia llegó a su despacho con el sabroso recuerdo de los besos, de la rubia, de la noche anterior. Tenía una sonrisa que no le cabía en la cara.

Se veía feliz.

¿Cómo no si había encontrado al amor de su vida?

-Se te ve feliz - dijo su secretaria dejando una folder sobre el escritorio.

-¿De verdad? - preguntó embobada.

-Sí - confirmó la secretaria - ¿Una noche de buen sexo desenfrenado?

-No - contestó la morena con una sonrisa -...algo mucho mejor... Encontré al amor de mi vida - Esther, la secretaria, se quitó las lentes para mirar a Natalia por encima de ellas.

-¿Tú? - preguntó dudando Esther.

-Sí, tonta. Yo.

-Esto sí que es nuevo.

-A ver, a ver, ¿qué está pasando aquí? - dijo una chica entrando a la oficina de la morena.

-¡Marta! - exclamó Natalia al ver a su mejor amiga y luego se fundieron en un abrazo -. Qué sorpresa verte por aquí, ¿qué haces aquí?

-¿Qué pregunta es esa? He venido a ver a mi mejor amiga. ¿Es que no se puede?

-Distraída - dijo Natalia -. Siéntate - le indicó el asiento a su amiga -...Esther, trae café, por favor.

-A ver, a ver, ¿qué es eso de café? - preguntó indignada Marta -. Yo quiero una cerveza bien fresca. Esta noche, esta noche salimos de parranda.

-Esta noche no puedo, tengo otros planes.

-Ir al antro de mala muerte de Julia - dio por hecho la amiga de la morena - ¿porqué no me sorprende?

Natalia no tenía nada que argumentar, después de todo su amiga había dado con la clave.

-Micky me dijo que ya estás intentando sentar la cabeza, pero no sé, yo dudo.

-Martuki, soy la persona más feliz del mundo ahora mismo.

-No lo dudo, todo en la empresa está yendo de maravilla y tú follas todos los días como una puta actriz porno.

-Vete a la mierda...- Natalia se levantó de su silla y recogió algunas carpetas -...tengo cosas que hacer, guapa.

Un Cambio A Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora