Helen
En las oscuras calles de la ciudad de Guatemala, las goteras son visibles en las casas y las calles solitarias que llenan en la belleza inmensa de lo que es esa ciudad. Los ancianos salen en las noches a contar las terribles leyendas, así mismo transmitiendo la tradición a las siguientes generaciones y ayudar a contribuir a la inmensidad de las tradiciones de sus ancestros. En los amaneceres se ven parejas caminando hacia el parque, en medio de los arboles grandes y la humedad de un inicio de mañana.
Enfrente del gran parque se encuentra un hospital, donde en una de las ventanas me encuentro yo, viendo desde lo alto a las parejas que van de la mano alegres y sintiéndome mal vuelvo a acostarme en su camilla de hospital. Los que se encuentran a la par de mi habitación se quejan de dolor, pues son un grupo de pacientes que estuvieron implicados en un accidente y algunos no pueden descansar siempre. Entra el doctor, empieza por ver mis niveles de oxígeno y lo anota, luego examina si tengo fiebre y si tengo algún síntoma, después de eso se va. Se que el doctor no tiene buenas noticias, ya que ordeno llamar a mis padres y cuando le pregunte como veía la situación, se mordió el labio superior e ignoro la pregunta. Veo desde la ventana de la otra habitación, como mi familia llora al oír las noticias del doctor y como se lamentan por no haber otra solución a mi situación. Mis padres llegan a mi habitación con la sonrisa que siempre me muestran, me dan un beso en la frente y luego llegan mis hermanos, me abrazan y el calor que me brindan hace que me sienta bien a pesar del dolor. Cuando se van, el goteo del suero me hace recordar como las lágrimas escurren del rostro de una persona, como el dolor puede causarles las lágrimas y como algunos aguantan por creer que se verían débiles ante los demás.
Me queda poco tiempo de vida, se que jamás podré casarme ni formar una familia por el estúpido cáncer que se encuentra en mi y al cual no hay solución más que intentar si las quimios logran ayudar. Me aburro mucho cuando estoy en el hospital así que decido siempre que nadie me vea a agarrar el cuaderno de mi mochila que esta en la mesa de mi habitación para dibujar y olvidar las cosas malas que están pasando...espera...olvide mi lápiz. Obviamente no quiero dormir todo el día, así que debo buscar un bendito lápiz, por lo cual me voy a escapar de mi habitación para buscar alguno en la recepción en donde las señoras regordetas supuestamente trabajan pero en realidad salen a darse su gustito en el puesto de refacciones de doña Lucia. Tomo algunos lápices y hojas, pero cuando estoy por salir me tropiezo y caigo sobre alguien.
Era un muchacho de tez morena, con ojos avellanados y cabello ondulado, estaba herido en su brazo por lo vendajes que se ven, además que los lápices de la punta grande que tenían se le quedaron trabados en la frente, así que me levanto rápido y me voy corriendo antes de que me delate con algún funcionario del hospital. Lo veo saliendo del hospital mareado por la caída, compra algunas flores y entra al hospital de nuevo, de seguro tiene a alguien en el hospital y me siento mal por caer sobre él, pobre debería disculparme. Como me sigo aburriendo y los lápices se me perdieron, me voy a saludar a los pacientes del accidente de la siguiente habitación, en ellos se encuentran algunos ancianos y un niño con los que hablo sobre lo horrible que es la comida de hospital y el olor a suero. Cuando entra al chico con el que me tropecé y parece que todos con los que hablo lo conocen.
-¡Marc! Hijo de los ayeres, como estás? Parece que te ha caído algo en la cabeza tienes un montón de puntos rojos en tu frente, jajaja - dijo en anciano Dave mientras que yo me acuerdo que le deje la seña en su frente por los lápices.
-Me tropecé con una chica, ella dejo caer unos lápices y se me quedaron clavados en la frente, por cierto les traje unas flores...- se da cuenta que soy la misma chica que le hizo eso- espera... tu eres esa chica que se tropezó conmigo?- dijo señalándome.
- Hola, lo siento solo fui por unos lápices y tu te cruzaste- dije apenada.
- Vamos Marc, tu no eres de los que guarda rencor, además Helen es una chica muy responsable jaja, por eso deberías considerarla más- dijo la señora Gonzales.
-Lo lamento que no te ayude con lo de los lápices..- en ese momento me ofrece un lirio.
- Jajaja, déjalo de lado, es un gusto conocerte mi nombre es Marcus Gutiérrez, te ofrezco este lirio por no darme cuenta que estabas buscando tus lápices. -me dijo con una sonrisa cálida.
- ¿Por qué no le muestras el jardín a nuestro invitado Helen? - me dijo el Señor Dave dándome un abrigo que había olvidado el día anterior.
Entonces nos dirigimos al jardín hacia el ala este del hospital, Marc era una persona servicial ya que traía flores para todos los pacientes del hospital cada fin de mes, pero se sorprendió de verme porque no me había visto antes el mes anterior.
- ¿Por qué estás aquí?-me pregunto Marc mientras caminábamos hacia el jardín.
No quería que supiera que mi vida probablemente tendría su fin por el cáncer, así que sabia que haría lo que todos hacen: compadecerse de mi.
- Vine por un diagnostico de una alergia poco común, por eso solo vengo una vez al mes al hospital- dije mientras mi corazón palpitaba de nervios al ver sus ojos y mentirle sobre mi condición.
- Te ves muy bien, espero que no te haya pasado nada malo, se que la estancia del hospital no es muy buena como la aparentan - me sorprendí que supiera eso, normalmente no podemos hablar mal del hospital con los visitantes.
- ¿Cómo lo sabes?- le pregunte con asombro
- Porque padezco de Hemofilia, siempre que me hiero vengo al hospital y me quedo una semana hasta que mi herida no sangre mucho.
- En serio lo siento por lo de tu frente, que bueno que no sangro, por cierto gracias por el lirio, es mi flor favorita. ¿Cómo sabías que me gustaba?
- Parecía que te gustaba, no le quitabas la vista cuando entre a la habitación.
Cuando llegamos al jardín ya estaba atardeciendo, la luz se reflejaba en las flores haciendo del ambiente algo agradable de ver y entonces por primera vez olvidé que tenia cáncer.
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MEMENTO AMOR VITAE
Teen FictionHelen ha perdido su esperanza por su enfermedad, cuando conoce a Marc, un chico que esconde un oscuro pasado, se embarca en una nueva historia y aprende amar. Mientras cada vez más se ve atrapada por problemas externos en donde no hay salida alguna...