Destroyer of Worlds | Bucky Barnes

Capítulo 20

XX

Cuartel central de los nuevos Vengadores.

Dakaria.

Me desperté en la oscuridad de la noche, la habitación estaba sumida en un inquietante silencio que era interrumpido por las respiraciones de Bucky. Miré a mi lado, y pude ver como el soldado dormía boca abajo, a una distancia prudencial de mí.

No estaba segura de porque me había despertado tan repentinamente, supongo que fue por culpa de alguna pesadilla que ya olvidé, asi que volví a cerrar los ojos para intentar dormirme.

De repente, un gemido forzado corto el silencio.

Esa era la razón por la que me había despertado en primer lugar.

—¿Buck? —susurre, incorporándome en mi lugar y notando como temblaba su espalda.

El volvió a gemir.

—Buck, ¿Estas bien?

Aparte el cabello de mi rostro, y note lo mal que la estaba pasando mi compañero.

Sus piernas comenzaron a moverse inquietas mientras gruñía y emitía sonidos de pánico, tenía el puño cerrado contra las sabanas de la cama agarrándose con fuerza, sus hombros también temblaban y su respiración empezaba a sonar entrecortada.

Y ahí comprendí la gravedad de la situación.

Aparte las mantas de mi cuerpo y me acerque a él, pudiendo verlo a la cara.

—¿Estás herido? —pregunte esta vez un poco más fuerte, tocando suavemente su rostro húmedo para intentar que me mirara, pero él solo gruñó y se retorció contra mi toque mientras murmuraba incoherencias.

Aún estaba dormido, y es casi seguro que él se encontraba en una pesadilla muy realista.

Con cuidado, puse mi mano sobre su pecho para tratar de calmarlo, pero en lugar de eso, se despertó con una sacudida, abrí mis ojos con sorpresa cuando sus dedos de metal apretaron mi muñeca con tanta fuerza que inmediatamente me hizo llorar.

El también abrió los ojos, el pánico estaba pintado en su cara. Sus ojos lucían como jamás los había visto, inusualmente oscuros, jadeaba con fuerza mientras yo le agarraba con desesperación el pecho.

—Bucky. —murmure contra su fuerte agarre. —Estas teniendo una pesadilla.

—¿Dónde diablos estoy? —jadeó por aire y se retorció contra las almohadas de la cama, sus ojos recorrieron la habitación mientras trataba ansiosamente de descifrar dónde estaba.

—Estás en mi habitación, ¿Recuerdas? —trague saliva, y con cuidado pase la mano por su mejilla. —Estás a salvo, te lo prometo.

Su mirada volvió a mí en un instante, y respiró con fuerza un par de segundos antes de que finalmente pareciera calmarse.

—Sí. —suspiro y parpadeó un par de veces mientras luchaba por controlar su respiración dificultosa. —Sí, lo recuerdo. —tragó con dificultad y asintió contra mi mano, una gota de sudor corría por su sien mientras soltaba despacio el agarre que tenía sobre mi muñeca.

—De acuerdo. —asentí y me acomodé mejor a su lado. —¿Te encuentras bien?

Me sentía un poco más aliviada de ver que ya estaba mejor.

—S-sí. —volvió a tragar saliva y parpadeo un par de veces. —¿Te hice daño? —pregunto asustado, sus ojos estaban pegados a la muñeca que yo estaba frotando distraída.