Capítulo 03 Mi Nombre Es Manabí

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En el pequeño pueblo de San Benito vive una chica cuyo nombre es Manabí, ella con sus 21 años de edad ya era una jovencita independiente, que trabajaba en una agencia de moda. Confeccionaba mucha ropa para todas las ocasiones y tenía su propio departamento. A Manabí le gustaba mucho cocinar pero no tanto como amaba a los animales a los que cuidaba con todo su corazón, solo superado por su más grande fervor e ilusión, por el cual suspiraba cada mañana.

Es lunes por la mañana. Manabí abre sus ojos y con un gran grito y un buen estiramiento se los frota para poder despertar, voltea a su alrededor buscando sus pantuflas de gato, pero no logra verlas, así que se pone de pie sin nada más que un camisón, camina hacia el baño con una velocidad media. Al llegar solo se sienta en la tasa del baño y un pequeño ruido de líquido tintineando inunda el lugar.

—Disfrutando de los más mundanos y  grandes placeres que podemos disfrutar. Jijiji —se jactó con un tono muy adormilado ella aun no despierta al 100%.

Termina de orinar, se pone de pie y va directo al espejo. Frente a su reflejo revisa sus dientes, olfatea sus axilas y piensa *si aguanto un día más sin baño* se quita su camisón y lo avienta a un bote de ropa sucia y regresa a su habitación totalmente desnuda. Fue directamente a su cajón de ropa, al abrirlo saco unos calzones poco femeninos de color rojo con las imágenes de algunos luchadores, al tomarlos los olio para cerciorarse de que estuvieran limpios y se los puso dándose una nalgada ella misma gritando.

—Soy la más sexi *Posa enfrente de su espejo* de esta casa…. *baja la voz* aunque solo vivo yo aquí… *Vuelve a gritar* Pero no me importa jajajajajaja.

Después de parar de reír ella sacó un pans azul y una camiseta blanca con la leyenda “Yo Amo Los Tacos”. Al vestirse se puso unas calcetas rositas con un osito y unos tenis blancos marca NIKE. Regresó al baño, se mojó un poco  su rostro y se secó la cara con una toalla con la figura de un panda mostrando el trasero de manera abierta.

—Lista —dijo con un tono más lleno de ánimos.

 Salió de su habitación, recorriendo un pasillo con algunas fotos de ella y sus padres, junto a varios reconocimientos de su academia.

Llegó a las escaleras y bajó cada peldaño de manera infantil: brincando de uno en uno llegó hasta la puerta de salida.

—Creo que hoy desayunaré  en la tienda de Penélope  *revisa su bolsa* sip todo listo.

Ella salió de su departamento, cerró su casa con seguro y se aventuró por la calle. 

Era un vecindario muy lindo, donde solo vivían grupos de familias con hijos. Justo en medio de la comunidad había un pequeño parque, donde los niños podían jugar y los padres vigilar a sus pequeños prácticamente desde la puerta. Había toda clase de juegos infantiles: pasamanos, toboganes, castillos, resbaladillas, gira locas, y muchos juegos más.

Cuando Manabí miró al pequeño parque, vio a dos nenes que a su ver tenían más o menos de ocho años, de cabello oscuro de los cuales uno de ellos vestía pans azul con un auto de carrera estampado. El otro niño lleva bermudas amarillas, una camiseta blanca con un estampado de “GOD BOY”, nuestra protagonista los miro por un momento y sus mejillas se pusieron rojas como tomate.

—No cabe duda que este es el mejor lugar para vivir y poder admirar todos los días eso.

Mientras Manabí caminaba hacia el restaurant de Penélope, no guardaba reparó de observa a los niños jugando, hecho por el cual noto a el niño de las bermudas aprovechó que su hermano estaba colgado de brazos para bajarle el pans con todo y su ropa interior, dejando expuesto su pequeño pene al aire, con todos los infantes que jugaban a su alrededor los cuáles pararon para contemplar la escena y reír a tope.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2022 ⏰

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