La sangre de Brent
Apegué aún más su cuerpo al mío sin separarla de mi cuello, tomé su mano y sujeté su muñeca acercando esta a mi boca, perforé su piel con mis dientes sintiendo rápidamente su tan adictica esencia, Madeleine era una adicción para mi su mano libre volvió a jalar mi ropa abriendo mi camisa, el calor de su busto tocó lo frío de la mía, me sentía en el paraíso, ella era mi paraíso y lo confirmaba cada vez más.
Apoyé mi mano izquierda en su espalda baja llevándola cada vez más a la indecencia, gimió cuando la toqué allí y aquel sonido era lo más motivador para mi, fue como si me diera pase para hacerla mía ahora mismo.
Sus labios se separaron de mi cuello mientras su cintura comenzaba a moverse de adelante hacia atrás, dejé su muñeca pasando mis labios por su omoplato hasta su cuello besé intensamente antes de morder su suave y perfecto cuello, el liquido se resbalaba por mi barbilla -agh!- chilló apretando sus pequeñas manos en mi piel, sonreí, mierda esto era demasiado irreal, demasiado bueno, me alejé de su cuello tomando de manera tosca su rostro para hacer que me viera, atrapé sus labios entre los míos mordiendo estos con fuerza haciéndole sangrar inmediatamente, le gustó, su cuerpo me lo hizo saber, sangre, saliva y jadeos iban y venían, la mezcla de su sangre y la mía nos alimentaba mientras queríamos comernos a besos casi literalmente.
Sus dedos bajaron por mi pecho hacia mi pantalón intentando bajar estos, maldita sea, "ya no tengo control". Acosté su precioso cuerpo suavemente en la cama colocándome sobre ella, besé nuevamente mientras abría sus piernas con cuidado.
-Brent- mi amada Madeleine susurró mi nombre mientras sonreía, sus mejillas se veían rojas como la sangre que manchaba su cuerpo- haz...
-No lo hagas -una voz ajena irrumpió el momento, maldito, giré mi cabeza de golpe viendo a Gregory entrar en la habitación, cubrí de un jalón a la sabana la desnudez de Madeleine -Vaya, tan fácil te vuelves débil, hermano -cruzó sus brazos sobre su pecho.
-Lárgate -hablé con voz demandante, no me iba a detener -Vete ahora mismo.
-Deja a Madeleine, ¿Qué pensabas hacer? ¿matarla?, acaso crees que Madeleine está totalmente consiente? -habló con autoridad acercándose cada vez más a nosotros, miré hacia abajo notando a mi lindo ámbar observarme fijamente mientras extendía su mano a mi mejilla.
-No te vayas -su voz dulce me estremeció nuevamente- no me dejes Brent.
-Si la sigues escuchando te arrepentirás Brent, arruinarás todo. -La puerta se abrió de nuevo dejando ver a Marineth caminar hasta estar tras de Greg.
(Madeleine)
-¡Mierda! -No entendía por que gritaba molesto, solo pasé mis dedos por sus labios, con una pequeña sonrisa boba en mi rostro, sus ojos conectaron con los míos antes de darme un pequeño beso en los labios, sentí un gran desespero cuando se alejó de mi-
-No te vayas -repetí -Brent -Las lágrimas comenzaban a nublar mi vista, ¿Porqué me estaba dejando? - Brent -lo llamé de nuevo viendo como se apresuraba a salir por la ventana, intenté levantarme para ir tras suyo- ¡Brent! -grité cuando ya no lo pude ver.
-Madeleine -Escuché una voz lejana y unas manos tomar con cuidado mi rostro, miré a Gregory sentado a un lado de mi -mírame -su voz sonó comprensiva y más clara- Tranquilízate, todo está bien -su mano acarició mi cabello- bella flor de loto -susurró como si fuera una canción y de repente estuve... tranquila mirándolo fijamente- estarás bien, solo mira mis ojos ¿si? -hice como pidió dejando de llorar lentamente- olvidarás que Brent estuvo aquí contigo, te asustaste tanto cuando viste el cuerpo en la cocina que no recuerdas que más pasó después de allí, ni siquiera cuando se fue Brent, esto no pasó nunca, irás a lavarte con ayuda de Marineth y dormirás hasta mañana, las marcas de tu cuerpo las provocaste tu misma a causa de una pesadilla -asentí.

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MADELEINE
VampireEl amor salvaje que sienten no parece ser lo que realmente es, al menos no naturalmente. Cuando Brent Rousseau encuentra a Madeleine Sykes jamás pensó que dependería tanto de ella, el rey de los vampiros lleva una guerra interminable contra los demo...